The Jayhawks – Mockingbird Time (Rounder / Universal)
Mockingbird Time es un buen disco, repleto de buenas canciones. No puedo tener nada en contra de temas como “Hide your colors”, “High water blues” o “She walks in so many ways”, tres clásicos desde ya en el repertorio de The Jayhawks. El principal problema de este álbum radica en las expectativas que se habían formado en torno a la reunión de la formación original del grupo, expectativas alimentadas principalmente por las pomposas declaraciones que Olson y Louris (este, sobre todo) han realizado en los últimos tiempos sobre su nuevo álbum. “Lo mejor que hemos hecho nunca”, llegaron a decir. Menos lobos, Caperucita.
Está claro que no podemos juzgar este disco en comparación con sus clásicos de los 90, pero si vuelvo a escuchar Rainy Day Music (2003), ya sin Olson, un escalofrío me recorre la espalda. Siento que esos temas fluyen, noto su emoción, aprecio su claridad compositiva sólo sencilla en apariencia. Ninguno de esos sentimientos me los provoca Mockingbird Time. Bajemos el listón un poco y comparemos este álbum con lo más cercano que tenemos: el disco de Olson y Louris en 2009, Ready for the Flood. Entonces comenté en esta misma revista lo ilusionante de la reunión y que las canciones volvían a fluir como el fruto largamente esperado de una vieja amistad que se recompone, resultado de un cara a cara sincero y sin pretensiones. Se percibía cierta química. Pues aquí también sale perdiendo su último disco, ya que no parece demasiado sincero y sí muy pretencioso. Ah, y de química, escaso.
Mockingbird Time es una casa bonita, pintada con colores vistosos, con un amplio y luminoso jardín, pero construida sobre unos cimientos desiguales y frágiles. Desprende belleza y provoca alegría, pero no engancha. Aparte de las tres canciones mencionadas (incluso en ellas) hay demasiados momentos que recuerdan exageradamente a otros ya escuchados: Neil Young, Crosby Stills and Nash, The Band…incluso la ELO en “High water blues”. “Closer to your side” encierra una gran belleza, pero se queda a punto de explotar; “Tiny arrows”, “Guilder Annie”, “Cinnamon love” o “Black eyed Susan” son correctas pero no memorables. El tema titular, “Mockingbird time”, es directamente irritante a ratos (por no hablar de su desastroso final).
Al final lo mejor de este álbum es que se añaden tres clásicos más (los tres temas mencionados al principio) a su ya amplio y excelso repertorio. Pero el sentimiento predominante es de ligera decepción. Y es que del regreso de The Jayhawks al completo se esperaba mucho más que un disco bonito y correcto con el que cumplir el expediente. Es de agradecer que, a diferencia de otros muchos grupos que se reúnen, hayan vuelto con material nuevo y de buena calidad, pero de los mejores siempre esperamos lo mejor y en este caso nos hemos quedado a medias.