The Wave Pictures + El Hijo – Teatro Lara (Madrid)
Creo que sí, creo que ya he dejado pasar el tiempo suficiente para reposar la euforia y poder decir que el concierto que dieron los Wave Pictures en el Teatro Lara el pasado jueves 11, fue uno de los más especiales de mi vida, y creo que de la mayoría de los asistentes también (a juzgar por sus caras y sus aplausos), con la única duda de si realmente fue un concierto especial, o es que cada concierto que dan los tres chicos de Leicestershire es un momento mágico.
La tranquilidad del vetusto teatro en la primera noche fría madrileña, no podía tener mejores socios para la velada que la polifónica original propuesta de El Hijo, que con tanta timidez como calidad y meticulosidad fueron versionando gran parte de las canciones de su último disco madrileña (acuarela, 2009) cargadas de percusiones de película que se multiplicaban, un sonido cuidado hasta el extremo, y la voz heladora de Abel, que terminó por congelar al teatro cuando se despidieron tras “balada, baladí” con la gélida “toda la noche nevando”.
Fue pasadas las once, cuando sin avisar y mientras gran parte del patio de butacas aprovechaba para tomarse una cerveza o ir al baño, cuando en medio del amplio y oscuro escenario aparecieron los Wave Pictures para comenzar con la fórmula magistral que ocuparía toda la noche compuesta por un sonido natural, solos inolvidables, matices extremos, y sentimiento a raudales, todo ello aderezado con toques de humor inglés y abundante simpatía y sencillez. Sí sencillez, esa simplicidad que envuelve a los genios cuando interpretan auténitcas obras maestras, minutos inolvidables que te erizan la piel, y te encojen el corazón hasta casi robártelo, mientras aparentan no hacer el mínimo esfuerzo.
Un concierto inolvidable, cargado de temas de Instant coffe baby (Moshi Moshi, 2008) e If you leave it alone (Moshi Moshi, 2009), que duplicaban normalmente su longitud natural debido a los solos imposibles e interminables de Tattersall que parecían estrellas fugaces, y que pueden ser totalmente comparables pese a su juventud a los de los Knopflers o Kings más experimentados.”My kiss”, “avocado baby”, “too many questions” o “leave the scene behind” sonaron como una patada en la boca de toda la marabunta de grupos que inundan las radios y las televisiones de falso pop maquillado, y electrónica barata, una patada en la boca de tres niñatos de pueblo que demuestran que el mejor rock es el natural, que una voz a capella sin micrófono, triste y rasgada emociona más que un baile con chaleco de plumas, que el eco de una batería acústica con dos platos y una caja puede estremecer más que cualquier base electrónica por potente que esta sea, y que no pasa absolutamente nada si el batería del trío se pone frente al público para cantar “sleepy eye” acompañado por los suaves acordes de sus amigos, o enmudecer a un teatro hasta casi hacerle llorar con “no that you´re pregnant” (Johnny Cash died today and you say, you say things, Lovely things, to lovely other people, And I´m not invited) ENMUDECEDOR
Una tónica de intercambios de melancolía e intensidad que duró hasta el final, con continuas pruebas de velocidad para los dedos de Tattersall, que llegaron con fuerza al demoledor bis que tenían preparado a cargo de “strange fruit of david” y “i love you like a Madman” que pusieron en pie a todo el teatro, el cual a coro no dejó de aplaudir durante casi diez minutos hasta que con cara de sorpresa volvieron al escenario, para rescatar “blind drunk” de su último lp Susan Rode the Cyclone (Moshi Moshi, 2010), con el que el teatro volvió a enmuder, esta vez ante la voz a capella y sin micrófono del lider de la banda.
Sólo ellos se ponen los límites, solo ellos saben donde está su límite, y sólo ellos saben si quieren reinventar la música o ver qué tipo de música quieren reinventar. De momento sólo sé que se me va a hacer muy larga la espera hasta que el trío vuelva a Madrid para presentar su próximo disco, esperemos que para mediados de 2011.
Wave Pictures, una vez más… ¡GRACIAS!