The White Stripes – Get Behind Me Satan (XL / Everlasting)
Uno escucha el nuevo disco de los White Stripes y le asaltan las dudas. Esa facilidad para engarzar hits uno detrás de otro resulta bastante sospechosa. ¿Dónde está la trampa? No puede ser que sean tan fabulosos, a fin de cuentas son dos “pavos” que han cambiado el disfraz rojiblanco por el rojinegro (nota para futboleros: nada que ver con el atlético o el milán, es una cuestión meramente estética). No puede ser que les salgan canciones tan jodidamente buenas así de fácil. Pero si en “Blue Orchid” parecen AC/DC, pero si el Jack ese canta como Mick Jagger, y esos guitarreos a lo Jimi Hendrix, … Entonces lo vuelves a escuchar una y otra vez, y resulta que el disco no flojea ni a la de ocho, a su manera es tan sólido como Back in Black, como Exile On Main Street, como Electric Ladyland, es rock and roll en estado salvaje. Los condenados tienen puesto el punto de mira en los mismos mimbres que aquellos y además no dan un paso en falso. Hoy por hoy son los más listos de la clase.
Y es que The White Stripes le tienen pillado el truco. El quinto disco oficial de la banda más cool del planeta vuelve a ser su mejor disco hasta la fecha. Si White Blood Cells era un disco de notable (como mínimo), entonces Elephant fue de sobresaliente. ¿Estaban guardándose la matrícula de honor para este Get Behind Me Satan? Va a ser que sí.
La autoimpuesta austeridad instrumental una vez más se vuelve a su favor, la fórmula guitarra más batería se completa esta vez con el piano y la marimba (una especie de piano-xilófono). El resultado, riffs perfectos, contundencia rítmica, calidad melódica y exotismo controlado. Si le sumamos el buen hacer de Jack como letrista el resultado es tan sencillo como magistral. Y poco más hay que decir. Sólo háganse esta pregunta después de escuchar el disco, ¿qué hubiera pasado si este fuera el nuevo disco de los Rolling Stones? Pues sí, el mundo se habría parado.
Y lo mejor es que el siguiente va a ser mejor.