Tulsa – El Sol (Madrid)
Antes de hablar del concierto, tengo que agradecer a la Sala Sol las facilidades que nos puso para acceder al concierto, a pesar de que al comprar las entradas tuvimos un problema con la web de Codetickets y no pudimos llevar impreso nada más que un resguardo. Dicho esto, hablemos de música.
Tulsa no es una de mis teóricas preferencias. Mis gustos son más poperos, así que la orientación americana y sureña de las composiciones de Miren Iza, a veces me distrae demasiado. Sin embargo, las melodías, su voz frágil y esa capacidad para impregnar de sentimientos las canciones hacen que termine escuchandoles mucho más de lo que a priori podría suponer.
Miren ha decidido irse a vivir dos años a Nueva York a desarrollar su otra vocación, la psiquiatría, así que, al menos momentáneamente, debemos olvidarnos de Tulsa. Por lo menos, no se han ido a la francesa y ayer se despidieron como debe ser, con un directo en la Sala Sol de Madrid.
La noche la abrieron Joe La Reina, juvenil combo vasco navarro de inspiración americana, por lo tanto, con muchas cosas en común con Tulsa, pero con una orientación absolutamente más hedonista. Sorprendieron por la solidez de una propuesta que, prescindiendo de cierto abuso del barroquismo, podría acercarse mucho a Mumford & Sons.
Miren salió al escenario visiblemente emocionada pero tan sencilla y tímida, que dedicó la mayor parte de su homenaje a agradecer a público, banda y amigos el apoyo prestado durante estos años. Arropada por su lujosa banda –Alfredo Niharra, Charlie Bautista (Christina Rosenvinge, Russian Red), Gabriel Marijuan y un nuevo bajista-, y como no podía ser de otra manera, mezcló temas de sus dos discos – Solo me has rozado (2007) y Espera la pálida (2010)-, con alguna nueva versión.
El público, que había agotado todas las entradas, escuchaba sumido en un respetuoso silencio como Miren derrochaba sensibilidad y llenaba de emoción la sala, especialmente con «Matxitxako» o «A mis brazos», la versión traducida de «Into my arms» de Nick Cave.
«Algo ha cambiado para siempre», otra de las canciones rotundas de Miren, sirvió para que dar espacio en el escenario a alguno de sus amigos, comenzando con Santi Campos, que estuvo muy digno tratando de no estropear demasiado (según sus propias palabras) su canción favorita de Tulsa. Big City, a pesar de que Miren casi se olvida de llamarle al escenario, aportó cuerpo a «Seguramente me lo merezco» y la percusión de Pablo Serrano (Russian Red), también tuvo su espacio.
Aún con la banda sobre el escenario, el primer bis y amago de despedida lo protagonizaron «Solo me has rozado», y una versión en castellano de «Till The Next Goodbye» de los Rolling Stones. En el segundo bis ya solo salieron Miren y Alfredo, y con cierto nihilismo irónico («no me gusta hacer las cosas a medias, voy a tocar una canción de bajón de verdad), despidieron la primera vida de Tulsa con tanta melancolía como esperanza, «Contigo tocaré el cielo» y un último tema, «Tus Flores», escrito por Ricardo Lezón de McEnroe. Hasta pronto Miren.