Vagamundos, el nuevo viaje de La Gran Esperanza Blanca
Como siempre decimos al hablar de ellos, no deberían necesitar presentación. La banda valenciana formada por Cisco Fran, Spagnolo Ferocce, Chuso Al y Chiti Chítez y que viaja bajo el nombre de La Gran Esperanza Blanca, lleva nada menos que desde 1986 -con algunas intermitencias, eso sí- dando el cante. Un cante en el que, además, fueron pioneros.
Su empeño en el uso de la música de raíz norteamericana (a saber: country, bluegrass, folk, rock and roll y blues) para adaptarla a su universo particular en lengua castellana no es que tuviera demasiados rivales en los años de su formación. Eso ha cambiado con el tiempo, obviamente, pero no el universo particular de una banda cuyas canciones son siempre emanaciones sinceras de los más puros entusiastas que uno se pueda echar a la cara.
A través de su no muy dilatada, pero notable, discografía, que incluye varios singles, epés y cinco largos, el último de los cuales, Alice Maravilla (2020) reseñamos aquí, nos han contado muchas historias que tienen que ver tanto con sus vidas, obsesiones, anhelos o imaginario. Todo ello asumido siempre desde una forma particular, eminentemente mediterránea, de observar las cosas. Ese carácter sencillo, apaciguado, disfrutón, que hay en Valencia se transmite en todas y cada una de las canciones de un cuarteto que continúa firme y libre contra los vientos y mareas que producen modas, devaneos sociales o el paso inexorable del tiempo.
Tras sus dos anteriores ofrecimientos discográficos -el recopilatorio celebratorio de sus 35 años de existencia #12 & 35 (2021) y el mini elepé Mestalla (2023)- llega ahora Vagamundos, un disco de preciosa portada y más o menos conceptual que intenta reflejar uno de los principales motores vitales que une a los miembros de la banda: los viajes. Viajes por Norteamérica, Sudamérica, Europa o, claro, por la vida. Un álbum corto, de 5 canciones, que vuelve a mostrarles pletóricos.
Como siempre compuestas por Cisco Fran, estas cinco nuevas piezas reivindican de nuevo el sonido ya consolidado de la banda, con una frescura que hace desechar por completo la idea de que sus artífices llevan 38 años juntos. Parece que llevaran dos. Así lo atestigua briosa, con unas guitarras muy Byrds, «La reina de Brooklyn», una bonita pieza llena de corazón que funciona como fantástico aldabonazo de entrada a este pequeño cuaderno de bitácora que continúa con piezas tan bien ensambladas como la vaquera «Rico de verdad», el insólito maridaje entre el tango y el bluegrass que supone «No es cuestión de fe», ese delicioso pequeño vals que es «Tulsa» (de la cual hay una versión alternativa dedicada a uno de los lugares totémicos, llamado igual que esa ciudad, en el universo musical de la ciudad de València), o el encabritamiento a-la-Crazy-Horse que supone la final «Una senda», que rubrica otro capítulo del viaje de esta banda incombustible que con su existencia demuestra muchas cosas buenas y a la que siempre es un placer volver a escuchar.
Aquí tienes Vagamundos, lo nuevo de La Gran Esperanza Blanca, desde su página de Bandcamp.