What is this thing called SONG? Mes 8
Mes 8
Por hábito
Ya me he vuelto loco. Me pasa eventualmente desde que tengo uso de una razón que suelo perder pasionalmente. Llevo casi 2 años sumergido en la discografía de Mina en lo que yo llamo un «venazo». No es un afán académico, no me estudio las fechas y productores de sus discos, los que se me quedan bien, pero no sufro por no poder abarcar toda una discografía, si no por disfrutarla a lo máximo. Es algo totalmente irracional. Probablemente pase el venazo y me quede con discos por escuchar, puesto que lo mío no es coleccionismo.
En estos picos de mi vida tengo una potente razón para existir: el placer de escuchar «esa» canción, el de redescubrir discos que he escuchado cien veces, pero nunca «de esta forma», es como mirar a una persona que conoces perfectamente y que brilla mucho más que en un primer momento, por esos gestos secretos, esa dicción especial, esa virtud oculta es lo que la hacen «ella».
Puedo poner un ejemplo definitorio: año 2000, me disponía a ir a casa de Tucson Trucker (David Campillos), en Alfafar, a 15 minutos en coche de mi casa. Antes de bajar, revisé la estantería repleta de cintas. Vi el lomo de una recopilación de los Beach Boys que le supliqué a mi padre cuando salió (1990), la cogí, bajé al coche, la puse, salí de la ciudad, entré en la autovía y… tuve que parar en el arcén. Sonaron seguidas «God Only Knows», «Help me Rhonda» y, en el momento que decidí parar, «I Can Hear Music». ¿Pero qué era esto que llevaba escuchando años, cantando palabra por palabra, y que ahora me abría una puerta a una dimensión extraña? ¿Porqué nunca había vivido «eso» antes? Desde ese momento hasta 3 años después no pude escuchar otra cosa que los Beach Boys o Brian Wilson o American Spring. Si fuera yonqui habría muerto mil veces de sobredosis.
Para no ser tan exagerado, confesaré que durante los venazos sí que escucho alguna otra cosa, pero son contadísimas las que me entran bien. Esta vez sólo me ha pasado con un disco de los Hermanos Cubero y otro de Daniel Romano, no recuerdo ninguno más.
El caso es que ahora estoy con Mina y jamás se me había ocurrido hacer una versión de una canción cantada por Mina. Hasta que se me ocurrió, gracias a revisar la original. Esto pasó con «Daddy’s Dream», compuesta por Demetrio Stratos y que Mina redimensionó a nivel constelación como «L’Abitudine».
¿Podría yo exponerme como Mina en esta canción?
Adapté la letra al castellano, siguiendo la temática de la diosa, aprendí las notas y me lancé.
Confieso que tras una primera grabación de teclado y voz sentí vergüenza. Me ruborizaba haberme metido en ese papel de mujer dependiente y en ese tono de súplica desahuciada. Mi voz se quebraba, atacaba los agudos tratando de expresar mayor emoción pero esto me enfrentaba a todas mis carencias juntas. Con una canción ajena me ha sido más fácil observarme y discernir si estaba haciendo el ridículo o tocando el hueso, paré. Reflexioné. Consulté. Estaba rozando el esperpento, pisando la delgada línea de lo patético. La toma sonaba histriónica, definitivamente mal. Además de no estar afinada la toma de voz (era una prueba), el tono de la canción no era el correcto para expresar esa emoción que perseguía.
Repetí la toma instrumental bajándola un tono y así es como la vas a escuchar en el link de abajo. Román Gil, mi chamán con Mina, aún me recomendaba bajar un tono más incluso. Y lo que dice Román es para tomarlo en cuenta, aquí dejo su EP Miau:
La base instrumental fue relativamente fácil, porque fui fiel a la original: teclado, bajo, batería. Buscaba sobriedad y grabar sin metrónomo para dejar fluir esas emociones, en la batería no hay ni un redoble, nada que llame la atención, el órgano va recto y constante en su respiración y el bajo es lo único que se permite mínimas licencias. Decidí centrarme en la voz, más concretamente en actuar como intérprete y transmitir unas sensaciones que no nacieron de mí. Cuando una composición es propia, una elección u otra materializa lo que aún no es en lo que luego será para siempre, el espacio es abierto e infinito, pero en una versión todo está condicionado. Ya hay algo anterior. Lo anterior frente a lo interior. Es extraño porque es más sencillo por una parte, puesto que ya existe, y más complejo por otra, puesto que no son tus palabras ni tus acordes y esas emociones no son las tuyas. Precisamente por esto, el amor y el desamor son los temas más recurrentes en la música pop y rock, porque es algo universal que, aunque no sean nuestras propias vivencias, las compartimos y empatizamos de una u otra forma, asemejándolas a nuestra experiencia.
La canción la acabé casi un mes antes de la fecha de lanzamiento, mientras trabajaba en una propia, pero le di vueltas y más vueltas. Regrabé la voz varias veces y aún así había determinados puntos donde me era muy complicado clavar la afinación por cantar de forma tan extrema o emocional. Para mí fue un ejercicio duro, tuve que recurrir al afinador digital en algún punto, no temo reconocerlo. Me preocupé mucho más de transmitir que de ser perfeccionista y no hice ninguna toma sin alcohol en sangre.
Trabajé la compresión del bajo y la batería con nuevos plugins, tratando de dejar un sonido natural y un poco demodé. A mí me funcionaba. No podía sacarle más punta, te guste o no, me guste o no, a día de hoy esto es lo que hay. Para mí ha supuesto desentrañar un poco más a Mina, conocerla mejor, amarla más aún. Y, como pasa en otros muchos casos, entrar tan al detalle en algo, entenderlo tan bien, le quita ese cierto velo de misterio. Esta profundización en una canción de Mina ha coincidido con el final del venazo. Aún colea, aún disfruto, pero siento que la impermeabilidad ya no es tanta, que no solo escucho discos de Mina, que tengo el olfato abierto a nuevas cosas. Es ley de vida.
Desde la humilde sombra desde la que escribo, compongo y grabo: gracias por ser tan amables y compartir conmigo estos minutos.
Como siempre, en el siguiente enlace puedes escuchar todas las canciones que El Ser Humano nos ha ido mostrando hasta la fecha en esta sección.
Me enganché a este serial el mes pasado por curiosidad, en plan ¿pero esto de qué va? y la verdad que es muy chulo lo que cuentas. Esta canción me ha gustado especialmente
Tere, muchas gracias!
Es una canción de Demetrio Stratos bestial y no te pierdas las de Román Gil, deliciosas.
Espero que vayas siguiendo mes a mes, mucha salud!
Gon
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