Woven Hand – Ten Stones (Soundsfamilyre)
Tras el incontenible torrente de propuestas de mayor o menor mérito que el año nos va legando, es fácil dejar escapar alguna que otra gema. Hasta diez piedras, en este caso.
Parece que poco a poco, y tras más de diez años en este negocio, David Eugene Edwards está empezando a recoger frutos. Lástima que con su anterior grupo, los magníficos 16 Horsepower no pasaran de eternos outsiders, siempre a la sombra de grupos como Uncle Tupelo, Lambchop o Songs: Ohia, mientras ellos revertían las constantes del género. A veces, por suerte, el tiempo pone las cosas en su sitio.
Ten Stones es ante todo un gran disco de rock. Más oscuro y de mayor empaque que su anterior largo, el no menos estimable Mosaic, su nuevo trabajo resulta incluso tétrico por momentos, llenando todos los momentos del disco con una épica que en manos de cualquier otro autor hubiese sonrojado a más de uno. Sin embargo, Edwards conoce perfectamente la diferencia de matiz entre rico y recargado, y nunca llega a sonar demasiado ampuloso. “The Beautiful Axe”, poderosa apertura del LP, es una de las más sentidas canciones sobre la fe y la esperanza jamás escritas, plena de emoción y con su única y privilegiada garganta protagonizando una de las cimas del disco y de su carrera.
Por su parte, la litúrgica “Not One Stone”, plantea un presente desalentador, y junto a la preciosa melodía crea imágenes nada halagüeñas que perdurarán en el subconsciente del oyente. El resto de temas está a la altura, oscilando entre el notable (“Kicking Bird”) o el sobresaliente (“Horsetail” es una auténtica delicia de apenas tres minutos). Mención especial para la descorazonadora “Quiet Nights of Quiet Stara”, de sofisticada armonía y cadencia jazzie. Personalidad, se le suele llamar. Woven Hand ha creado un disco místico y atemporal, que no alude ni recuerda a nadie excepto a él mismo, y que a cada nueva escucha cala más y más hondo.
Un extraordinario trabajo que puede ir con la frente alzada ante cualquier lanzamiento anterior del autor, y que aventaja en varios cuerpos al grueso de la producción discográfica de este año.