10 razones para no perderse la gira de Nick Cave: estas son las nuestras
Hacía más de una década que Nick Cave no venía de gira a la península y solo habíamos podido disfrutar de su directo junto a susBad Seeds o con Grinderman en diferentes festivales.
La primavera de 2015 nos lo trae de vuelta en una cita que él mismo ha definido como: «El objetivo es crear un espectáculo único; algo especial y fuera de lo común», lo que nos deja con los dientes largos y una máxima expectación hasta entonces.
Aún queda tiempo para poder disfrutar de la experiencia del directo del australiano cuya trayectoria cercana a los 40 años en activo, ha dejado un poso en la historia del rock de integridad, poesía e inspiración pocas veces conseguidas.
Para hacer la espera más llevadera queremos darte diez razones (podríamos llegar a las 100) por las que no debes perderte su directo:
1. Por interpretar como nadie «la tristeza»
(Jordi Dalmau)
Tenemos múltiples ejemplos en su carrera, pero tomaremos uno como muestra. En «As I Sat Sadly by her Side» (2001) la aliteración del título introduce a una de sus canciones más tristes pero indudablemente bella y especialmente conmovedora. La sutileza del violín de Warren Ellis y la delicadeza del propio Cave al piano son los mejores acompañamientos a esta declaración a su esposa de honesta incomprensión.
2. Por ser capaz de escribir las canciones de amor más arrebatadoras de su generación
(Manuel Pinazo)
Existen pocos artistas comparables al australiano cuando hay que desnudar los sentimientos. Para mi, uno de los pasajes más demoledores de su discografía es «Straight To You», una manera magistral de cantar al amor. Da igual que el cielo truene, que nos niegue su entrada o que los santos se emborrachen y aúllen a la luna, yo seguiré corriendo para estar a tu lado.
3. Porque sus proyectos paralelos son impresionantes
(Raúl Julián)
Cave puede alejarse de sus «discos convencionales» marcándose una nueva banda en la que abandona el lirismo y afila las guitarras sin despeinarse. Así vivimos uno de los conciertos de Grinderman: Con un explícito «Motherfuckers!» se presentó Nick Cave ante el publico del Summercase en 2008, dejando claro que justo en ese momento acababan las medias tintas. Fue un concierto sin concesiones, en el que el australiano trasladó toda la espereza de su filosofía al escenario demostrando que ÉL es el rock, el garaje y el punk. Y punto.
4. Porque su lirismo es incontestable
(Fidel Oltra)
Porque después de patearte el culo con uno de sus arrebatos de furia roquera, de hacer que se te revuelvan las entrañas a base de ruido diabólico y de dejarte noqueado y desconcertado con uno de sus experimentos mitad blues mitad cacofonía, es capaz de sentarse al piano y soltarte una balada de esas que te recomponen el maltrecho cuerpo y te hacen pensar que el cielo tal vez, sólo tal vez, exista.
5. Por escoger siempre tan bien las versiones
(Manuel Pinazo)
Cuando hablamos de ciertos artistas al citar sus influencias tenemos claro hacia dónde mirar. En el caso de Nick Cave, el abanico es la propia historia del rock. Desde el comienzo de su carrera se ha atrevido con varias versiones incluso tiene álbumes enteros dedicados a ellas (Kickin Against The Pricks (86)) donde rendía tributo a mitos como The Velvet Underground, Johnny Cash, John Lee Hooker o el gran Roy Orbison en esta «Running Scared»:
6. Por ser capaz de sobrecogernos con los mínimos recursos
(Jordi Dalmau)
Nick Cave ha creado alguna de las mejores baladas de los últimos treinta años. En «People ain´t no good» (1997), usando un acompañamiento mínimo y sin grandes variaciones, crea una atmósfera cálida y amable para una letras duras y punzantes, un recurso habitual en su repertorio y que ha conseguido desarrollar hasta alcanzar la maestría.
7. Por estar a la altura de algunas de las leyendas vivas de la escena
(Manuel Pinazo)
Existen ciertos paralelismos entre su figura y la de Leonard Cohen y no solo por el tono grave de su voz y el carácter poético de sus letras. Cave siempre ha hablado de cómo Songs of Love and Hate (1971) le cambió la vida rindiéndole siempre pleitesía y atraviéndose en numerosas ocasiones a versionar temas del canadiense, desde «Suzanne» a «Tower Of Song», «Avalanche» o la definitoria «I´m Your Man»
8. Por ser capaz de mostrar su faceta pop sin perder su esencia
(Jordi Dalmau)
Con «The Weeping song» (1990) a dúo con con el Bad Seed Blixa Bargeld, a pesar del dramatismo del título, afloja su casi perenne gravedad, se permite incluso algunos detalles juguetones, como la insospechada inclusión del xilófono, y desarrolla un tema donde llega a amonestar al sentimentalismo sin motivos. Lo más cercano al pop que se puede encontrar en su discografía.
9. Por sus dúos memorables
(Manuel Pinazo)
A principios de los 90 Cave tuvo un tórrido romance con PJ Harvey a quien invitó a participar en Murder Ballads (96) -Kylie Minogue también participó-, disco en el que narraba con su peculiar estilo algunos crímenes famosos. El álbum incluía un dueto con ella en «Henry Lee» y creo que el vídeo que la acompañó, grabado de una sola toma, es posiblemente el que contenga la mayor pasión contenida de la historia. Brutal.
10. …Y porque su último disco merece mucho la pena
(Jordi Dalmau y Fernando del Río)
Aunque sus fans siguen suspirando por recibir una vez más otro de sus discos que pueda ser considerado legendario, Nick Cave sigue manteniendo su duende. Esta canción de su más reciente referencia surge como un hibrido entre un tema de Tom Waits con las letras más surrealistas de Bob Dylan, todo esto nombrando dos veces a Miley Cyrus y sin perder la gravitas australiana.
Aunque escribir canciones como esta ya debería ser un motivo de peso para no perderse a la bestia de las Antípodas, que en esta gira vaya a estar acompañado de su (prácticamente) inseparable amigo, Warren Ellis, es otra razón más que suficiente. En «Jubilee Street» (escrita por ambos) podemos escuchar la guitarra, los arreglos y el violín del loco barbudo; responsable de la explosión sonora en la que suele acabar la versión en directo de este tema.