1965: Bob Dylan – Bringing It All back Home (Columbia)
Los discos que cambiaron nuestra vida
Supongo que en mayor o menor medida todo el mundo tiene un pasado del que avergonzarse. A veces también hay presentes y futuros sobre los que poco se puede presumir pero al menos en el mundo del aficionado a la música uno siempre se cree dueño de sus decisiones. Precisamente por eso muchos escondemos, o al menos no sacamos a relucir, los que fueron nuestros primeros pasos por esta afición tan rara que supone el descubrimiento de nueva música y el intentar abarcar y comprender los resultados de nuestras pesquisas.
Como no puede ser menos, un servidor se movía, ya hace unos cuantos años, por terrenos musicales que ahora me resultan extraños y que estoy intentando a veces olvidar y siempre escabullirme. Cuando me da por abrir la caja de zapatos donde guardo lo que he conseguido salvar de esa época tengo la sensación de estar invadiendo la intimidad de un extraño. Quién debe ser el tipo ese que guarda CDs de este grupo? Por que demonios grabaría esas cintas tan raras? La verdad es que siempre acabo riéndome de mi mismo y recordando con mucha nostalgia esos días. A fin de cuentas, lo que ahora soy se lo debo a ese chaval y visto lo visto no acabó tan mal la cosa.
Pero no todas las cintas de aquella época esperan el advenimiento del Apocalipsis en esa caja de zapatos. Hay algunas que han logrado sobrevivir al paso de los años, las modas y nuestras constantes metamorfosis. De hecho hay dos o tres que quizás me cambiaron como casi ninguna otra lo haría nunca. Una de ellas es un Best of de Bob Dylan. A decir verdad, no recuerdo muy bien como aterrizó en mis manos. Seguro que fue un regalo ya que aquel que era yo en esos días jamás habría comprado la dichosa cinta. Para mi Dylan era una especie de dinosaurio del que no estaba muy seguro si todavía seguía vivo o a qué se dedicaba por entonces. Sea como fuere, en algún momento sentí la necesidad de escucharlo. No me dijo mucho la primera vez. Recuerdo que los cambios de voz de aquel tipo me desconcertaban. ¿Como podía ser que la misma persona cantara con tantas voces distintas? Las canciones me parecían lentas, monótonas y demasiado ariscas. Pero entre ellas había una excepción: «Mr. Tambourine Man». Ah! Qué canción! No sé que tenía pero me atrapó enseguida. No me importaba la voz, ni el ritmo ni lo que duraba. Solo sabía que conseguía emocionarme como hasta entonces no lo había hecho ninguna otra. Aunque no entendía casi nada de lo que cantaba, incluso hoy en día sigo sin saber de qué va la canción, me transmitía tanto que no sabría explicarlo. Sencillamente mi mente se desprendía al escucharla, seguro que cualquiera que disfrute de verdad con la música sabe de qué estoy hablando.
El Best Of poco a poco me fue gustando más y más, especialmente las primeras canciones del disco que eran las que se correspondían con su época folk y los discos eléctricos de mediados de los sesenta. Enseguida aquel disco se me hizo corto y me fui a comprar uno nuevo. La elección entre toda su discografía fue fácil, busqué el disco que tenía la canción que tanto me gustaba, así que compré el Bringing It All Back Home. Ya en casa, al abrir el disco me prendé de la portada. A pesar del pequeño tamaño del CD, esa imagen se me grabó en el cerebro. Me parecía de una fuerza extraordinaria, tan sencilla y a la vez con tantos detalles. Me pasé la escucha del disco observándola y leyendo las notas interiores. Al ponerlo por primera vez fue curioso porqué, a diferencia del Best of, con éste conecté enseguida. Me asombré de «Subterranean Homesick Blues», la primera canción, me pareció un disparo en la frente. Ya escuchaba Hip Hop por entonces y recuerdo que me pareció que aquel tipo estaba haciendo un rap prehistórico. Luego cada canción me parecía genial, iban pasando una a una y seguía cautivado. Con «Love Minus Zero /No Limit» ya se me puso la carne de gallina. Sentía que estaba descubriendo algo enorme, mi emoción no paraba de aumentar. Y cuando llegó la parte acústica aluciné. En esa primera escucha, ya con las emociones burbujeando por mi piel, la parte folk me pareció maravillosa. Todavía hoy así lo pienso pero jamás he vuelto a sentirla de esa manera. Cuando acabó «It’s All Over Now, Baby Blue» me quedé tirado mirando al techo por un buen rato. Necesitaba que mi mente volviera al cuerpo.
La memoria es una cosa curiosa, casi no recuerdo otros episodios de mi vida supuestamente más trascendentes pero esa escucha al Bringing It All Back Home la tengo grabado a fuego. Huelga decir que a partir de entonces, sin prisas pero sin pausas, encaré mi camino musical de una manera muy diferente. Poco después vino el OK Computer… pero eso ya es otra historia.