50 Foot Wave – Golden Ocean (4AD / Throwing Music)
Visto lo visto, no sé bien qué podría llegar a deparar una próxima entrega de Kristin Hersh, pero lo que está claro es que, a día de hoy, Golden Ocean es el disco más ruidoso y rabioso de esta cantante de largo recorrido. Ya saben que ella deambulaba, en un pasado reciente, esto es entre 1994 y 2003, en solitario, por dulces territorios refinados de cantautora, y que, anteriormente, ya en la década de los ochenta, se movía en un entorno pop-rockero alternativo con Throwing Muses. Pues bien, en su faceta actual, con la formación de 50 Foot Wave junto a Bernard Georges (bajista, quien estuviera también en los Muses) y Rob Ahlers (baterista), llevando a hombros herramientas instrumentales cargadísimas, nos coge bastante de sorpresa al optar por canciones que no dan tregua, trallazos imparables de energía de alto voltage. Se alzan como un trío de lo más despierto, sólido y descontento, que da rienda suelta a la expresividad y echa por su boquita toda la irritación que desprende una garganta en desahogo, acompañando con implacables golpes y distorsiones instrumentales.
Hersh no duda en romperse la voz, desgarrando o arañándosela, si con ello logra transmitir fuerza e inconformidad, aunque no deja de combinarlo con pasajes más naturales. Hay electricidad por doquier, las cuerdas de la guitarra se arrugan y chisporrotean, la batería es genialmente activa, y el bajo, una decidida línea propulsora. Sin embargo, las canciones no dejan por ello de ser pegadizas, y desde luego ganan atractivo a cada nueva escucha. Para este primer largo (un largo bastante corto -37 minutos- como viene siendo habitual en los últimos tiempos), retoman tres temas (“Clara Bow”, “Long Painting” y “Dog Days”) de su ep homónimo de presentación, de 2004, y lo completan con otros ocho temas igualmente propios.
Tremendo hervor y visceralidad. El cd se cierra tan contundente y cortante como empezó (solo bajan algo la guardia en “Clara Bow”, cuarta pista, tomándose un respiro que echa una mirada a su pasado ochentero), diciendo -entiendo- esto es lo que hay, seamos directos y nada de sensiblerías. Mostremos nuestro lado franco. Rock por los cuatro costados.