The Cardigans – Long Gone Before Daylight (Universal)
La concepción de Long Gone Before Daylight ha sido costosa. Después del boom que vivieron hace cinco años gracias al single “My Favouite Game” y a su disco Gran Turismo (98), The Cardigans se emborracharon de éxito y desde entonces Nina Persson y los suyos (aparte de proyectos como A Camp) han estado intentado dar con un nuevo sonido.
Rumores de separación y conflictos entre los miembros del grupo, grabación de hasta cinco versiones diferentes de cada una de las canciones, y el paso por hasta tres estudios de grabación (en Suecia, España -Málaga- y Gran Bretaña) hasta conseguir un disco diferente al resto de sus trabajos. Un cambio de registro alejado del pop revival de sus comienzos y de su reciente sonido de pop con arreglos, y más cercano al pop acústico y las baladas más convencionales para cuya elaboración los suecos han contado con la colaboración de miembros de Hellacopters, The Hives o The Soundtrack Of Our Lives.
Long Gone Before Daylight , a pesar de ser un trabajo romántico y luminoso resulta contradictorio. Porque si en ocasiones el disco tiene buenos momentos como el single «For What Is Worth», el resultón medio tiempo «Communication», la pegadiza «Live And Learn» o dulzura austera de «You´re The Storm» o «And Then You Kissed Me»; en el otro lado situamos piezas excesivamente edulcoradas, como entre otras, «Couldnt Care Less» o «Feathers And Doom», (más propias de los irlandeses The Corrs) o un «A Good Horse» que podría ser el nuevo single de Roxette.
Será la falta de espontaneidad, la americanización de su sonido o que aún tenemos un buen recuerdo de Life (95) y First Band On The Moon (96), pero pensamos que tanto cambio y perfeccionismo ha motivado que se les haya ido de la mano.