Ricardo Vicente – ¿Qué Haces Tan Lejos De Casa? (Bandaàparte/Marxophone)
Ricardo Vicente asume al fin el protagonismo exclusivo que su talento e inspiración venían demandado desde hace tiempo. Un esperado viaje en solitario que llega tras haber formado parte activa de Tachenko y La Costa Brava, además de publicar el EP Gloria y La Belleza Sureña (2010) compartido con Francisco Nixon y asumir un tercio de El Problema de los Tres Cuerpos (2011) junto a The New Raemon y el propio Nixon. Tras años de autocontención, el estreno definitivo del zaragozano acumula impulso y ambición hasta desembocar en una cuidadísima doble edición de libro/disco.
La presentación del mencionado álbum junto a sus dos camaradas sirve como punto de partida a la hora de recopilar una jugosa serie de experiencias -efectivas o soñadas-, en un juego de narración y trascendencia enlazado en armonía a través del poder de los textos. ¿Qué Haces Tan Lejos De Casa? (2013) es un alucinado, inhabitual y exquisito paseo por la hoja de ruta de la banda, con viejos lugares y conocidos haciendo apariciones inolvidables, que deriva en un relato de alma costumbrista, pinceladas fantásticas y resolución atípica. La decisión de salir de gira para defender el proyecto en directo supone la escusa para afrontar (y recuperar) virtudes y miserias del trascurrir vital, en un camino de contrastes y contradicciones imposible de evitar, y donde los límites que separan la realidad de la imaginativa no necesitan difuminarse porque resultan inexistentes.
La novela encuentra notable correspondencia en un disco protagonizado en exclusiva por pop delicado en apariencia y plenamente cuidado en detalles, en el que el músico se vacía a lo largo de once composiciones que destilan emotiva honestidad tras encontrar éste su interpretación definitiva. Un capítulo, una canción. Una canción, un capítulo. Ambas secciones completadas y complementadas entre sí, asumiendo el significado conjunto de la ocurrencia. «Lo podría explicar de forma más tradicional pero no quiero», afirma el propio autor hacia el final de la presente obra. Una decisión arriesgada y agradecida que evita la evidencia y su consecuente inocuidad, al tiempo de concretar un volumen que resulta tan enriquecedor para el lector como seguramente liberador para el mismo remitente.