Steven Munar And The Miracle Band – Time Traveller (Miracle Records)
Hace casi un año hablaba aquí mismo sobre la reedición de Police Looking After Thieves, de The Tea Servants, y terminé deseando que se hiciera justicia con aquella banda hoy desaparecida y poco recordada. Bueno, pues ahora toca pedir lo mismo para la carrera en solitario (con su banda The Miracle Band) de Steven Munar.
El mallorquín de origen inglés ha vuelto a crear un trabajo muy personal, diferente y complicado de clasificar. Time Traveller es uno de esos álbumes que, con pocas escuchas, destacan unos cuantos palmos sobre el mar, uniforme y sin oleaje, de la música que tragamos cada día. Y lo hace con un estilo propio, que bebe del folk, del pop y del rock, un poco más de uno que de otro según la canción. La voz de Steven Munar, puesta en un acertado primer plano, suena elegante, comedida y brutalmente expresiva. También muy acertado es el contraste de los coros y segundas voces femeninas, un contraste que causa el mismo efecto desasosegante, en temas como «Beneath the waves», «The lines in the sky», «Time traveller» o «Where is the love» (aquí con buena cuota de protagonismo), que se puede encontrar en ciertas canciones de Leonard Cohen.
Sin embargo, donde más se crece Steven Munar, como aquel desodorante de la publicidad, es en las distancias cortas. Cuando se pone en plan Cat Stevens (la preciosa «No more begging for love», «City of cats») o Al Stewart («It could have been a fire») resulta brillante, entran unas ganas tremendas de escuchar con atención sus letras, y ahí descubres un submundo dentro de otro mundo, repleto de confesiones, miedos y pecados.
En fin, un álbum que lo tiene todo para llamar la atención: melodías impecables y diferentes, buena voz, letras interesantes, y una cumplidora banda en buena forma que llena las canciones de matices poco evidentes pero que se hacen notar. El cierre, primero con «What the oracle said», en donde por momentos parece que estemos escuchando a Jethro Tull, y definitivamente con la instrumental «Orient in Majorca», inabarcable en sus detalles orientales y clásicos, no hace sino confirmar lo ya dicho: una banda y un músico/compositor/cantante en plena forma, con exquisito gusto, que conocen y dominan el terreno (amplio) que pisan, y que deben dar el salto tarde o temprano. Necesitamos gente así.