Xebi SF – Tibidabo (Satelite K)
El gironés Xebi SF, excomponente de los Savats, se dio a conocer en solitario hace un par de años con un álbum de debut llamado Duermevela (Doneu-li Records, 2014). Allí ya había muchas pistas de lo que iba a ser una constante en su, aunque breve hasta el momento, intensa carrera. Estaba el toque de cantautor folk luminoso o decaído, según el momento; también los temas personales y sociales, los arreglos pop, las similitudes con Nacho Vegas, el costumbrismo. Todo ello, corregido, mejorado y aumentado, aparece en este Tibidabo (Satelite K, 2016), un trabajo que da mayor sensación de cohesión, fruto quizás de haber optado por el castellano como único idioma.
En Tibidabo la temática social destaca, aunque no sea mayoritaria, sobre otras cuestiones, mostrándose Xebi SF (que huye de la etiqueta de “cantautor” y prefiere definirse como “bandautor”) crítico con causticidad e ironía tanto sobre la situación política como, en general, sobre la peligrosa deriva de una sociedad que, en busca de nuevos referentes, no parece estar encontrando los correctos. A través de ritmos mediterráneos engañosamente festivos y de coros multitudinarios asistimos a una feria de la crítica social en la que casi no queda títere con cabeza: los expertos políticos de barra de bar, la gente que no se enfrenta a su madurez, los desahucios, las poses, el postureo de las redes sociales… En “La vida moderna”, bajo un manto instrumental que podría ser obra del Nick Cave más fronterizo, no hay casi ninguna frase que no sea brutal: “consume hasta las cejas, hipotécate a los 30…drogas a los 20, running a los 40…la política está de moda o es cosa de la edad…otra vez las Mountain Bike entre la gente…ahora van depilados…” Le sacude de lo lindo a la vida superficial, pero el tema no está exento de crítica al sistema, claro: “los niños juegan, pelota de trapo, sus padres están fuera, quince horas de trabajo…firma aquí este contrato, te aseguro un interés de lo más bajo…”
Hay también momentos para respirar hondo y disfrutar de la música, por supuesto, como en la deliciosamente 80s “Y ahí estás tú”, que me recuerda a grupos como La Mode o Un Pingüino en Mi Ascensor. “Quiéreme la vida toma” es una rareza de gran belleza, como también el final de “8am” o “Tibidabo”, situada al final del álbum y, esta sí, completamente instrumental. En este aspecto el disco rebosa eclecticismo musical y ningún rubor a la hora de optar, en cada momento, por los arreglos y la ambientación que mejor le va a cada canción. Sorprendente segundo disco de Xebi SF, además con algunas canciones que invitan a la reflexión ahora que tanta falta nos hace.