Entrevistamos a Jorge Pérez (Tórtel)
Tórtel, el proyecto comunal comandado por Jorge Pérez regresa con Las tres tormentas (Intromúsica Records) para continuar avanzando y evolucionando hacia parajes que, como el propio Jorge explica en esta entrevista, le han alejado de las características del propio cantautor para ayudarle a transformarse en otra cosa.
¿Un cantautor vanguardista? Tal vez. Nosotros no quisimos pasar la oportunidad de preguntarle sobre la que es una trayectoria desafiante y estimulante.
«Necesitamos prestarle más tiempo y cariño a muchas cosas que, en medio de esta avalancha de información constante en la que vivimos, nos pasan por delante sin que casi nos demos cuenta»
¿Cómo definirías la evolución de Tórtel desde que arrancaste en 2009 con Lugar nuevo?
Mi idea con Tórtel desde el principio fue no formar una banda, precisamente para que se pudiera convertir en un trabajo colaborativo mucho más grande y abierto, un lugar en el que poder aprender y explorar junto a otros músicos y amigos, pero al mismo tiempo un lugar íntimo y libre donde sin dar explicaciones a nadie yo pudiera desarrollar mi propio mundo y tratar de dar forma a las canciones que imagino.
Desde Lugar Nuevo (disco que era más bien una maqueta grabada en casa de Joaquín Pascual) hasta Las tres tormentas han pasado muchas cosas, creo que todos los discos que he hecho pueden sonar mejor o peor, estar más o menos inspirados, pero son muy honestos con cómo era yo entonces y lo que podía dar. Curiosamente fuera de las evidencias de cambio de sonido, producción o arreglos… Hay una conexión muy fuerte en la esencia de Lugar Nuevo y Las tres tormentas.
¿Dirías que Tórtel comenzó con timidez, como algo paralelo, para reafirmarse año tras año?
Nunca pensé que fuera a ser un proyecto paralelo, más bien al contrario: supuse que llegarían otros proyectos (como así fue, Maderita, Coleccionistas, un EP junto a Alberto Montero) pero todos orbitando alrededor de este. Es cierto que tanto Lugar Nuevo como Entusiasmo suenan tímidos, como cantados en voz baja, he ido desprendiéndome poco a poco de muchas de mis inseguridades. He ido ganando confianza. Al principio me provocaba mucha frustración no ser mejor músico, lo limitado de mi voz… He ido aprendiendo a ser más valiente. Desde luego siempre he tenido en mente que yo grababa mis canciones entre otras cosas para que fuesen escuchadas, así que me preocupaba hacerme entender, que las canciones de alguna forma también tuvieran ese poder para conectar. Sinceramente con Las tres tormentas no he pensado casi nada en cómo iría a recibir este disco una imaginaría audiencia. He pensado mucho en las canciones que yo necesitaba hacer. No ha sido un año fácil en el terreno personal y se ha hecho evidente algo que yo siempre he tenido claro: hacer canciones es un refugio y una compañía. Por supuesto espero que una vez hechas le gusten a cuanta más gente mejor, creo que las canciones están vivas cuando se comparten y se escuchan.
¿Partiste de alguna idea cuando empezaste a escribir este nuevo disco?
Tenía claro que no me apetecía recurrir al más manido y previsible sonido de banda de rock. Particularmente ya no me estimula demasiado. Sin embargo me divierto mucho explorando con cacharros como samplers, cajas de ritmos, procesadores… Sentía que para estas canciones todas esas herramientas podían ayudarme a hacerlas sonar desde un lugar especial. Tampoco quería limitarme a las estructuras típicas de ‘’ intro-estrofa-estribillo-puente. Quería probar a que las canciones pudieran fluir de otra forma, más libre… Dejarlas andar y ver hacía donde me llevaban.
Para componer siempre parto de una guitarra acústica y una voz. Es un concepto bastante clásico: buscar los acordes, tener una melodía y una letra… A partir de ahí me divierte “destrozar’” la idea más clásica de songwriter. Me “cargo” la guitarra acústica y en este disco, tanto Alberto Rodilla como yo, creímos que sería divertido cargarnos también la voz. Ya sabes, la idea de que en la voz está la autenticidad y personalidad del cantautor. Nosotros empezamos a procesarla, a rodearla de armonías vocales creadas por plugins, a enmascararla… En cierta forma la idea era deshumanizar la voz. Y así es precisamente como pienso que en estos tiempos tan locos que vivimos resulta más honesta mi voz.
¿Y a nivel de producción?
Comencé trabajando las primeras canciones del disco con Alberto Rodilla, ya habíamos hecho juntos mi disco anterior, Transparente, y ambos teníamos ganas de explorar un poco más. Parimos Capa Oscura, Las tres tormentas, Vamos Búho y El rey podrido mano a mano. No tengo duda de que era la persona perfecta para sacar el sonido que yo tenía en mente para estas canciones. En muchas ocasiones proponía cosas que a mí ni se me habían ocurrido, o incluso opuestas a lo que yo tenía previsto, y resultaba redondo. Ha sido por su parte un trabajo incansable y muy exigente. Ha hecho crecer muchísimo estas composiciones. Sinceramente creo que Alberto es un genio. Es muy joven y tiene muchísimo que dar. Pronto publicará sus primeras canciones, son un cañón.
Después pensé que para el resto de canciones del disco iba a ser interesante trabajarlas de otra manera; tocarlas en el local de ensayo con Jesús Macià y Enric Alepuz (los músicos de la formación en directo y parte fundamental del proyecto) y después buscar otro tipo de mezcla y producción. A Alberto Rodilla le pareció una muy buena idea, incluso me animó a que lo hiciera así. Para estas canciones pensé en Abel Hernández. Creo que está en un momento creativo impresionante, tanto en su proyecto de canciones (El Hijo) como a la hora de producir la música de otros. Para mí es todo un referente. Efectivamente funcionó a la perfección, mejor imposible. Alguno de los materiales que le hicimos llegar a Abel estaban, por así decirlo, muy atados, pero otros muchísimo menos, fue increíble ver cómo manejaba todo aquello. Me encanta que el disco finalmente, aunque tenga mucho de las distintas personalidades de Abel y Alberto (y sus maneras diferentes de entender estas canciones) suena tremendamente homogéneo a la vez que muy rico, y esto es prueba también de su generosidad, poniéndose siempre al servicio de la canción.
Si tuvieras que definir en una frase la idea central de Las tres tormentas, ¿cuál sería?
Hay una frase, precisamente en la canción que da título al disco, que creo que lo resume bien ‘’No estoy buscando atención, si os pido algo, es más paciencia’’. No soy nadie para pedir atención. Además estamos en esta época de redes sociales y likes, donde parece que todo el mundo anda con el mismo mantra: “hazme caso, hazme caso’”. Sin embargo, sí creo que necesitamos prestarle más tiempo y cariño a muchas cosas que, en medio de esta avalancha de información constante en la que vivimos, nos pasan por delante sin que casi nos demos cuenta. No nos vendría mal mirar de forma más pausada, echar el freno y escoger. Las tres tormentas en un disco que quizás no te convenza a la primera pero es posible que si le das un par de oportunidades acabes encontrando algo que a simple vista se te había escapado y quizás te atrape o te sacuda de alguna forma.
Trabajar con alguien de la categoría de Joaquín Pascual es un puntazo y sueles hacerlo. ¿Cómo es trabajar con él?
Joaquín es muy importante para Tórtel. Fue él quien me animó a grabar las primeras canciones para este proyecto. Me abrió las puertas de su casa y fue allí dónde grabamos juntos Lugar Nuevo. Yo soy una persona muy insegura, por aquel entonces más, y él me espoleó para que me dejara de tonterías y terminara todas esas canciones en las que estaba trabajando entonces. Necesitaba empuje y me llegó desde la persona y momento idóneos. Para mí siempre ha sido como un hermano mayor, un ejemplo y una fuente de inspiración, no solo en el plano musical. Creo que hay muy pocos artistas en este país dando tantos firmes pasos adelante. Su último disco, es una gran muestra libertad y valentía; alguien que da un golpe en la mesa y hace exactamente lo que quiere sin dar explicaciones a nadie. EX JP es magistral. Trabajar con él es muy divertido. Nos conocemos desde hace veinte años y compartimos muchísimos momentos juntos, pero es mucho más especial cuando hacemos música.
También te quería preguntar cómo es trabajar con Abel Hernández.
Abel es una fuente inagotable de sabiduría, nunca deja de buscar, de escuchar, de descubrir… Es mi dealer personal de nueva música. Lo mismo con la producción; no deja de trabajar, de investigar, de divertirse planteándose retos, es como un mago loco encerrado en su estudio creando pócimas. Su bolsillo de trucos no termina nunca. Se ha volcado en cada una de las canciones en las que ha trabajado en este disco. Tengo mucha suerte. Su apoyo va mucho más allá de lo estrictamente musical. Abel siempre está ahí.
Llama mucho la atención el arte del disco, tan digital, vamos a decir. ¿De qué manera encaja con las canciones?
El arte del disco se relaciona directamente con esa idea del “cantautor del Siglo XXI” que antes te contaba. La portada es una búsqueda que no carga en Google Images del propio título del disco, Las tres tormentas. Así que aparecen por azar esos colores y esos recuadros. Creo que es una forma muy sencilla de simbolizar cualquier proceso creativo; tienes algo en mente, te lanzas a por ello y en el camino haces otros tipos de hallazgos maravillosos. Cuando Carlos Arroyo Galaxia me propuso esta idea me pareció perfecta. La portada habla no solo del azar, también del amateurismo, de apropiarse de lo que no es de uno (en este caso se riza el rizo extrayendo el diseño de Google), de la falta de técnica y de la supuesta deshumanización (en esa línea también van las fotos de promo hechas por el propio Carlos). Creo que todo ello encaja muy bien con este disco. Un disco que por otro lado me resulta tremendamente emotivo y personal.
Valor seguro, no tiene disco malo este hombre