ArtículosDestacadaEspecialesNoticia

40 años de los New Romantics en 10 (+2) canciones

Si hay una imagen que recurrentemente viene a la mente al mencionar la década de los 80 en el plano musical, esta suele estar asociada a la new wave. En el fondo, la new wave lo era (casi) todo en la primera mitad de la década y se convirtió en un concepto con mil caras. Pero si hubo un movimiento efímero e influyente en la estética de los ochenta, éstos fueron los nuevos románticos. Como una reacción exageradamente opuesta a la roña, el descuido y la agresividad punk, los new romantics optaron por la elegancia y el exceso estético como señas de identidad, aterrizado todo ello en un barroquismo de excesiva teatralidad que conformó una escena restringida y ciertamente distinta a lo que se había vivido hasta entonces en el Reino Unido.

Como fenómeno eminentemente británico, su nacimiento vino de la mano de la historia musical de las islas. Era 1980 y la década acababa de nacer asistiendo al mismo tiempo al parto de cientos de estilos, muchos de ellos enmarcados por escuelas de arte, diseño, moda y una ferviente creatividad musical. Los nuevos románticos eran herederos directos del glam de Bowie y Roxy Music, y a su vez estaban tan asustados por la barbarie punk como fascinados por los experimentos de la música industrial y electrónica de grupos como Cabaret Voltaire y con una necesidad imperante de devolver la belleza a todas las formas artísticas.

Así fue como parte de la juventud de (sobre todo) Londres y Birmingham comenzaron a formar núcleos de resistencia en ciertos clubes. El más reseñable de todos era Blitz, donde centenares de asiduos convertían cada noche en un desfile de moda imposible, con reminiscencias al romanticismo británico pre-victoriano, donde se exhibían también peinados cimentados a base de laca y maquillajes que mostraban por igual decadencia y sentimientos.

A su alrededor creció también una escena musical con sus propias características y una idiosincrasia que acabó por integrar, como cualquier otra expresión artística, la totalidad de la escena. Esta es la historia de ese movimiento musical del que se cumplen cuatro décadas y que duró en su forma más auténtica un par de años y lo hacemos a través de diez canciones seleccionadas. No todos los que fueron están y, como suele ser habitual, algunos de los que están dicen que nunca lo fueron.

1. Spandau Ballet: To Cut a Long Story Short (1980)

¿El primer sencillo puramente new romantic? Muy posiblemente. Spandau Ballet llegaron de la mano de la escena para quedarse el tiempo necesario y editar unos cuantos éxitos que, a día de hoy, siguen siendo clásicos. Todo empezó aquí, con un vestuario cuidadosamente elegido, unos peinados que marcarían tendencia y, sobre todo, la fórmula mágica rítmica y vocálica que marcaría el movimiento: bajo notable y golpes electrónicos como base rítmica, voces pomposas y melodía bailable para mover el esqueleto a golpe de convulsión de cadera y brazos. La audiencia los bendijo y ellos respondieron con auténticos pelotazos hasta el final de los días de oro neorrománticos: “True” o “Gold”, de inicios de 1983, ya tenían pie y medio fuera.

 

2. Visage: Fade To Grey (1980)

Si hay un tema new romantic por excelencia por todo lo que representa, ese es el segundo sencillo de Visage. Este grupo fue casi un experimento como segundo proyecto de algunos de sus componentes que merodeaban en otras formaciones. Pero lo fue en el momento adecuado. En noviembre de 1980, cuando se edita “Fade To Grey”, la extravagancia neorromántica comenzaba a despuntar y esta canción desató la locura. La sencillez y poca complejidad del tema, además de una cuidada estética y unos coros en francés, ayudaron a posicionarlo rápidamente como uno de sus himnos. Su vocalista, Steve Strange, había estado involucrado en la escena de clubes londinenses que rendían pleitesía a Bowie y fue elegido para dar la cara, literalmente. Con la explosión vino la necesidad de la industria de sangre nueva y, para 1982, Visage no importaba ya mucho y Strange se convirtió en el juguete roto de los new romantics.

 

3. Adam and the Ants: Antmusic (1980)

A Adam Ant le irritaba que se le identificase con los nuevos románticos. Un tipo peculiar que en los primeros años del punk británico había explorado el universo del post-punk más genuino con Dirk Wears White Socks y que había sido capaz de influenciar al mismísimo Darby Crash (The Germs), de la noche a la mañana se calzó el disfraz de corsario. Dijo que lo hizo con cierta ironía, pero ya era tarde. “Antmusic”, de noviembre de 1980, fue un éxito inmediato para aquellos de los que rehuiría, pero seamos sinceros: el resultado bailable evolucionado desde una idea musical arquetípica y la estética de todos ellos no engañaban a nadie. Si no se creían new romantics, su ensoñación fue larga, con otros éxitos como “Stand and Deliver”, de 1982, que marcaron el periodo de pe a pa.

 

4. Ultravox: Vienna (1980-1981)

Ultravox venía de la escena punk, y por esa época, su nombre sumaba un signo de exclamación y John Foxx era la voz audible de la banda. Aunque en su disco de 1977 Ha! Ha! Ha! se comenzaron a entrever cambios estéticos y musicales (“Hiroshima Mon Amour”), que se consolidaron en su posterior System of Romance, no fue hasta 1980 cuando el cambio radical fue evidente. Éste vino de la mano de Midge Ure, que había sustituido a Foxx, y pronto ese giro arty y pomposo empezó a construir parte de los cimientos de los nuevo románticos. “Vienna”, el single grabado en 1980 y lanzado a los pocos días de 1981, venía con la marca registrada de serie: un himno synthpop, más tranquilo y melancólico que sus compañeros de viaje, que remitía a la vieja Europa, al romanticismo más idealizado y a una densa niebla que no podía encarnar mejores reminiscencias para la escena.

 

5. Duran Duran: Planet Earth (1981)

La respuesta de Birmingham a los londinenses Spandau Ballet. Esta era la típica presentación de Duran Duran, cuyo nombre estaba inspirado en el antagonista de Barbarella, a la que rendirían pleitesía años más tarde. “Planet Earth” fue lanzada en febrero de 1981 y fue la primera vez que se empleó explícitamente el término “new romantic” en una canción. Ese mismo año saldría a la luz su primer LP, homónimo, que incluiría, además de este tema iniciático, “Girls on Film”, uno de los clásicos del movimiento por excelencia. Un año después vino Rio, con una deliciosa portada en deuda con la estética neorromántica. Y desde ahí a un estrellato en el que forjaron con algunos de los éxitos más recordados de los ochenta.

 

6. Classix Noveaux: Guilty (1981)

En febrero de 1981, Classix Noveaux se hicieron notar, por fin, en las listas británicas. Sus dos sencillos anteriores, “The Robots Dance” y “Nasty Little Green Men” pasaron relativamente desapercibidos, pero “Guilty” era demasiado bailable y pegadiza como para acabar hundida en las cubetas. La formación de Sal Solo desapareció con toda la movida, pero fueron fundamentales en ella y, a posteriori, vitales para conformar las escenas new wave en Europa del Este, donde alcanzaron estatus de leyenda.

 

7. Soft Cell: A Man Can Get Lost (1981)

A Soft Cell le tocó la lotería con su versión del “Tainted Love” de Gloria Jones. Sin embargo, antes de ese lanzamiento, en 1981, el dúo formado por Marc Almond y David Ball se habían estrenado en el mundo de los sencillos con “A Man Can Get Lost”, pieza de ritmos sintéticos y bailables, suficientemente glamouroso para situar rápidamente a la banda en la esfera neorromántica. Luego vendría “Memorabilia”, perdidos entre los Cabaret Voltaire más asequibles y la estética neoyorquina de Suicide, para acabar el año con el toque de gracia del platino de su Non-Stop Erotic Cabaret.

 

8. Heaven 17: Penthouse and Pavement (1981)

1981 fue el año de la proliferación de bandas asociadas a los nuevos románticos. Muchas de ellas fueron iniciadas poco antes del subidón, y otras fueron proyectos paralelos con más o menos fortuna. Heaven 17 representaba un tercer grupo, el de los escindidos, ya que Martyn Ware y Ian Craig Mars venían de The Human League. Su propuesta inicial debía bastante al funk, por lo menos a la preeminencia del bajo, pero el resultado final de todo lo que rodeó a su primer elepé, Penthouse and Pavement, fue bien recibido por la escena new romantic, quizá porque ofrecía algo distinto ante tanto barroquismo o quizá porque rozaba los límites de esa misma teatralidad.

 

9. The Human League: The Sound of the Crowd (1981)

Dare fue el tercer álbum de The Human League y uno de esos que ilustran 1981. Culpa de ello la tuvo el éxito de varios de sus sencillos, empezando por “The Sound of the Crowd” y acabando por el celebérrimo “Don’t You Want Me”. El primero abrió la puerta a lo que se estaba cociendo aquel año, y entraron hasta la cocina la cadencia vocálica y los ritmos transcritos al surco con beats de sintetizadores. El resultado de la pegadiza melodía, que incitaba a un baile sincopado y desenfrenado, fue más que suficiente para hacerse un hueco en la escena, espacio del que se harían dueños aquel 1981.

 

10. Depeche Mode: Photographic (1981)

A pesar de haberse pasado media década de los 80 negando la etiqueta, lo cierto es que había algunas coincidencias entre los primeros Depeche Mode y la escena neorromántica como para dejarlos escapar. Provenientes de bandas seminales con nombres tan ampulosos como French Look o No Romance in China, uno de los grupos más importantes de las últimas cuatro décadas fue, en algún momento de su vida, etiquetado como nuevo romántico. “Photographic”, sin haber sido lanzado como sencillo, era una melodía sintetizada al máximo y con la estética como temática. Éste, junto con otros temas en la misma línea como “New Life”, puso al álbum Speak and Spell en la órbita de los Blitz kids. El futuro les depararía otra cosa, eso sí, pero en el otoño de 1981 la banda sonora de la escena también contó con ellos.

 

 

Epílogo

Como si de una declaración se tratase, Talk Talk, la banda liderada por Marc Hollis, publicó en julio de 1982 The Party’s Over, anunciando que el fin estaba cerca. El grupo se había fundado en medio de toda la explosión neorromántica un año antes y, con cierta lógica, su primer álbum evidenciaba esa influencia, como puede escucharse en “Talk Talk”, un tema de construcción casi paradigmática del final de los new romantics. Sin embargo, los londinenses no tardarían en despedirse de la etiqueta para evolucionar hacia otros caminos marcados por la vanguardia y la sofisticación.

 

Los estertores de 1982 también lo fueron del movimiento como tal. Para finales de ese año, la escena se desvanecía entre la celeridad de la evolución de la new wave hacia otros sucedáneos y la propia congestión de la intensidad y exceso barroco con el que se vivió. Si bien la mayoría de grupos siguieron en activo (algunos hasta hoy en día), fue en parte porque optaron por otras vías creativas siempre dentro de la nueva ola: Depeche Mode y su giro más industrial en su Construction Time Again tras su todavía reminiscente “Get The Balance Right”; los no citados hasta ahora Culture Club, con sus arpegios reggae; OMD y Yazoo con una vertiente synthpop; o Simple Minds, con su orientación más pop-rock serían un claro ejemplo de ello. Mientras, los que se empeñaron en mantener viva la llama apenas sobrevivirían un par de años más.

Sin embargo, la huella estética y creativa dejó un poso del que se aprovecharía, sobre todo, la Europa continental, donde bandas como los alemanes Alphaville o los noruegos A-ha se meterían de lleno en un estilo similar desde sus respectivas concepciones, todas, curiosamente, en 1982 (año en el que, por cierto, debutaría Mecano con un elepé puramente neorromántico). No obstante, siempre ha habido un decalaje entre las islas y el continente, y ahora no iba a ser distinto.

 

Sin casi tiempo para transitar de uno a otro, los nuevos románticos derivaron hacia la escena oscura, a la que darían parte de su estética como base, o hacía una inspiración más funk, quizá más claro en una transfiguración más cercana a lo estadounidense. Algunos años después llegarían el romo (acrónimo de los romantic modernist), tan efímero como artificial, y el electroclash, que le debía casi todo a la hipnótica Liquid Sky, un buen resumen estético de lo que fueron esos años, y cuyo homenaje quedó patente en ese “1982” de Miss Kittin and the Hacker.

6 comentarios en «40 años de los New Romantics en 10 (+2) canciones»

  • Fantástico trabajo, muy bien explicado y documentado; qué recuerdos, 40 años que cambiaron la música y a muchas personas, los mejores para mi con diferencia Depeche Mode; Alvaro de Benito te has salido, enhorabuena

  • Muy buen artículo. Documentado y muy preciso. Sin ser un gran fan de los new romantics, creo se hacían muy buenas canciones bien arreglados e incorporando teclados modernos para la época. Se suele usar muchas veces como adjetivo peyorativo por eso me ha gustado el artículo, por la seriedad del enfoque. Enhorabuena!

  • Un par de temas de tu selección son raros, y poco «new romantics», ¡con la gran variedad que disponías! Spain is different, yes.

Deja una respuesta

WP-Backgrounds Lite by InoPlugs Web Design and Juwelier Schönmann 1010 Wien