Escala 1:1: «The Man Who Sold the World» de Bowie, lo que pasó y cuándo pasó
Uno de los grandes clásicos de David Bowie, “The Man Who Sold the World” es una de esas canciones imperecederas que han marcado carreras o, por lo menos, llamado la atención de muchos artistas que la vieron como paradigmática de una época seminal. Mucho tuvo que ver el magnetismo que desprende el tema, atrapado en una instrumentación hipnótica con ese riff de guitarra que casi lo elevó a marca registrada y una evocación poética oscura. Nunca fue publicada como sencillo, o no al menos bajo su propio mérito, pero quizá fuera su inclusión en la cara B de “Space Oddity”, en 1973, lo que le daría el espaldarazo definitivo y algo más de popularidad, ya que, solo desde entonces, comenzó a versionarse.
Lulu (1974). La pionera.
Marie McDonald McLaughlin Lawrie, Lulu, que es más corto, fue la primera en reivindicar el tema, aunque de aquella manera. Expliquemos brevemente. Su versión, así de primeras, es un poco inclasificable, pero tiene a Bowie y Ronson como productores, además de que el propio duque blanco toca en la misma el saxofón y se marca algunos coros. Todo ello condujo al renacer de la escocesa y abrió la veda, solo en ese año, a tres versiones más que pasaron sin pena ni gloria.
Midge Ure (1982). Sintetizado.
El vocalista de Ultravox se marcó, bajo sello propio, una versión muy propia del sonido de los primeros ochenta, con voces que coqueteaban con la reverberación y una música repleta de sintetizadores y percusiones sintéticas que le infirieron todavía más oscuridad. Si se pone bien la oreja, hasta dirías que tiene algo de “Vienna”, pero puede ser fruto de la predisposición. O no.
Nirvana (1994). Espaldarazo y nuevas generaciones.
Aunque ya en 1993 no era raro escucharla en sus directos, la versión de Nirvana alcanzaría ese estatus de “¿ah, que es una versión?” entre las generaciones a las que Bowie les sonaba ya muy lejano gracias a su inclusión el su celebérrimo MTV Unplugged in New York. El resultado hacía bastante justicia a las dos partes: por un lado, era muy reconocible y la veneración hacia Bowie quedaba patente con tal sublime señal de respeto; por otra, el sonido áspero y la voz de un Cobain que -en la época de la grabación, noviembre de 1993- aventuraba su trágico final, dotándola de esa angustia grunge.
Simple Minds (2001). Rejuvenecimiento para el siglo XXI.
Simple Minds fueron los responsables de hacer la gran primera versión del nuevo siglo, con una carga de guitarra eléctrica mucho más marcada y amplificada y hasta alguna reminiscencia, triplazo, a una electrónica de carácter industrial. Aunque uno no sabría decir si la propuesta a estas alturas era reivindicativa, sí que se puede asegurar que no estuvo de más, ya que aportaba los sonidos y la producción que imperaban en esa transición.
Algunas más de ese centenar y pico.
A pesar de que algunos de los grandes nombres arriba expuestos llegaron a producir versiones buenas y muy dignas, “The Man Who Sold the World” tiene una nómina amplia de propuestas que son, digamos, prescindibles. Si hasta la aparición de la de Nirvana se contaban casi con los dedos de las manos, las visiones estilísticas de este tema se dispararon desde 1994 produciendo por doquier una marea de reinterpretaciones de las que ahogan. Aquí elijo, de nuevo, cuatro complementarias al póquer de arriba, bien por su especial interés pre-Kurt Cobain, o bien por su originalidad en la concepción.
Coco York (1987). Versión eminentemente ochentera y con voz femenina, la producción exageradamente en línea de lo que se estilaba hizo que el tema se adentrase en otro estilo.
Richard Barone (1987). A toro pasado, alguien la tildó en su día como la versión que anticipó la de Nirvana. Con presencia de sonidos cuerda frotada quedó bastante decente.
Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernandez Miró (2014). Una aportación española a la lista, empapada de guitarra clásica y voz sublime rozando por momentos el sadcore.
Øllebirde (2018). No quieren engañar a nadie con su pasión por el pop electrónico nórdico que destilan (la Ø les delata) y, por supuesto, tampoco lo hacen con esta versión.
Grandísimo especial. Gracias Muzikalia por hablar de una mis canciones favoritas perteneciente a uno de sus mejores discos y favoritos también.
Enhorabuena Álvaro de Benito.
muy interesante reportaje