Charli xcx – brat (Atlantic)
Se abre el telón. Bajo un fonde de color amarillo lima se leen en caracteres glitchqueados en negro que anuncian el universo brat. Bajo esta escritura difuminada que es la portada del nuevo trabajo de Charli xcx se encuentra unos de los discos de pop orientados al baile más inspirados de esta temporada por anómalo y mutante. La inglesa ya hizo partícipe a sus fans del proceso creativo de este trabajo en su cuenta de Instagram bajo el epígrafe de 360_brat, porque entre las diferentes variantes que usan los artistas pop ¿maintream? es la de interactuar constantemente con la mirada de un espectador ansioso de novedades.
“I’m tectonic, moves, I make ‘em/ Shock you like defibrillators/ No style, I can’t relate/ I’ll always be the one, ah” (“360”)
Esta es una era en la que la atención y la mirada se hallan cautivas bajo un mantra de inputs que crecen a un ritmo vertiginoso a cada segundo. La información que se nos ofrece no sirve para otra cosa que para saturar y alienar nuestros sentidos. Somos mercancía, nuevos esclavos de la información segmentada que se mide bytes, algoritmos, la velocidad del random, y muchas dosis de deseo libidinal. Todo ello se lo agencia y lo arroja a bocajarro Charli xcx en este abrumador brat (Atlantic, 2024) que está compuesto por temas que son como placas tectónicas que colisionan, y nos hacen desestabilizarnos y perder los referentes espacio-tiempo.
“Talk to myself in the mirror/ Wear these clothes as disguise/ Just to re-enter the party…” (I Might Say Something Stupid)
La artista inglesa forma parte de lo que se ha hecho llamar hyperpop, ese término tan postmoderno que viene a situar su música entre los contornos de una sociedad desquiciada, que ha perdido el norte y que ha arrebatado a la juventud la esperanza de un futuro. Ya no se escuchan el paso de las manillas del reloj, la Historia se ha desprendido del tiempo, y lo único que podemos hacer para olvidar (por unos momentos) es bailar. Bailar como un acto hedonista y (¿por qué no?) disruptivo. En los surcos de este brat conviven muchas mentes preclaras en la actual música de baile: desde el capo del sello PC Music A.G. Cook (coautor de la mayoría de los temas y productor del disco) pasando por Pablo Díaz-Reixa hasta Cirkut. Estetas de la deshumanización de los cuerpos moviéndose en la pista de baile.
“It’s alright to just admit that I’m the fantasy/ You’re obsessing, just confess it ‘cause it’s obvious” (“Von Dutch”)
Si partimos de la base de que este disco es una incitación para bailar en plena rave, Charlotte Emma Aitchison coge las riendas de un producto que es un festejo a los ritmos entrecortados que producen subidones de adrenalina. La canción que abre el disco, “360” es un hit imparable en donde experimentar con el house, y el pop comercial a lo Icona Pop. El minimalismo en forma de footwork se alinea con la narrativa de Aphex Twin en la fantasía de “Club Classics” en donde la sombra de SHOPHIE está muy presente. A la genial productora también está dedicada “So I” (“Your star burns so bright /Why did I push you away?”), y en “Mean Girls” todo queda saturado de graves inflamados para radiografiar a una juventud que baila hasta morir.
Las inseguridades de la autora recorren todo el disco, y por este motivo su escritura en primera persona alude a sus cuitas. Ejemplos: “Rewind” reflexiona sobre el peso de la fama de forma descarnada, “I Think About It All The Time” esboza la desazón de sentirse en un tiempo que no le pertenece, y por este motivo, se cuestiona si la vida le dará nuevas oportunidades, o “Girl, So Counfused” desacraliza el amor romántico y el papel que desempeña la mujer en una sociedad patriarcal.
brat es un prodigio de disco que representa como hacía mucho que no lo hacía un disco, el zeitgeist de una época. Espejos, rímel, efectos digitales que difuminan la voz en aras de una no-autoría, pop de ventanas emergentes, hipervínculos hacia una inabarcable colección de sonidos en donde el pitch sube y baja como si estuviéramos en una ciénaga de detritus y carmín.