A Guy Called Gerald – To All Things What They Need (K7)
No se escuchaba nada nuevo de Gerald Simpson, desde que en 2000 publicó Essence, un deslumbrante ejercicio de drum’n bass solarizado y helenístico, que continuaba la senda de Black Secret Tecnology, este más babilónico y nubio, siempre turbador. Al mancuniano A Guy Called Gerald, una de las indiscutibles figuras creativas de la música electrónica –impulsó el acid house, el techno y el jungle a territorio inexplorados- se le asocia un don para crear ritmos imperecederos gracias a su obsesión por una espiritualidad historicista nada barata y sí muy consciente y estudiada.
Sus discos llegan en cuenta-gotas. Se deja ver cada cinco años, y normalmente, cuando lo hace, sienta cátedra. Imaginamos que, en su día, Black Secret Tecnology confundió a propios y extraños, tanto como lo hace hoy To All Things What They Need. El primer contacto es de rechazo. ¿Porqué saca esto ahora? ¡A este tío se le ha ido la pinza! Pero no. Pronto, a la tercera o cuarta escucha, comprendemos sus seguidores que la genialidad se mide con parámetros diferentes. Que aquí sólo existe la voluntad de seguir creando con los mismos pinceles con los que se ha pintado en los últimos 20 años.
El deje orgánico sigue primando. Hay una búsqueda interior, que es la que diferencia al buen creador electrónico del malo. Prima la lentitud tensa, y ya no hay drum’n bass. Ni una mota. Sólo un amago de ritmo visionario y el innegable talento de Ursula Rucker y Finley Quaye, coadyuvan con el antiguo sonido del ex 808 State, cuya música ha influído en los años 90 como pocas.
A clasificar al lado de Solaris de Photek, la homónima película de Andrei Tarkovsky y la novela de Stanislav Lem. Coloquen en esa estantería un manual de taoísmo que, eventualmente, ayudará a comprender las actuales obsesiones de Voodoo Ray. Un disco muy serio que gustará a quienes ya le conocen. Neófitos empiecen por Essence.