Adrian Crowley – I see three birds flying (Everlasting Records)
Adrian Crowley es la calma en medio de tanto ruido, es la paz buscada con alma de música folk. Tres años después de su Season of the Sparks, Adrian Crowley acaba de publicar su sexto álbum I See Three Birds Flying y es difícil no enamorarse de él, sobre todo ahora en un tiempo en el que todo es incertidumbre y en el que uno necesita reponerse del bombardeo sistemático de energía negativa. I see three birds flying se convierte en el mejor lugar de reposo y descanso. La épica melancólica de «All the starlight hotel» es la mejor muestra de este viaje a los lugares más helados del mundo en los que aún brilla un imponente sol.
El álbum I see three birds flying se caracteriza por su extrema sencillez y dulzura. No hay excesos y es como si las canciones fueran susurros musicales para que nadie se despierte de un profundo y largo sueño. El camino es completamente conceptual con canciones que a priori parecen similares pero que contienen detalles por descubrir en cada una de sus escuchas. «And the last rays of summer, have all but flown / From the wind blown / At the starlight hotel«, canta en la citada «All the starlight hotel», uno de los temas más emblemáticos del disco.
«The saddest song» es otra de las joyas de I see three birds flying con esa tristeza impregnada por la voz de Crowley acompañada por una guitarra e instrumentos de cuerda, que engrandecen el mito y la belleza de los tres minutos que dura la canción. La dulce «The mock wedding» o la intensa «From champions avenue to misery hill» se unen a estas increíbles piezas llenas de belleza. Sin embargo, no todo es tristeza ni melancolía en este álbum, ya que hay temas como «Fortune teller song» o «The morning bells» que llaman a la esperanza.
Con una voz profunda que recuerda a Howe Gelb, cantante de Giant Sand, y una calma que transporta a las atmósferas de Andrew Bird e incluso de Leonard Cohen, el compositor irlandés sella con I see three birds flying uno de los mejores discos del año.