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Alberto Montero – El Desencanto (Bcore)

Vivimos desde hace tiempo en el terreno del desencanto, quizás ahora agravado por la era pandémica en la que el miedo, no sólo del contagio y la muerte televisada, sino por el control férreo de las instituciones sobre nuestra intimidad y nuestros cuerpos. La política del miedo se ha instalado para convivir en este mundo globalizado como una segunda piel.

Cada vez circula más información, pero cada vez nuestra enajenación es más insana. La ubicuidad en las redes sociales, el consumismo, la conquista del espacio mediante selfies estúpidos que se venden por likes a granel, la proliferación de la ultraderecha aupada, en parte, por obreros descreídos, y así hasta llegar al simulacro más salvaje en un escenario distópico que amenaza con aniquilarnos. Y todo esto inmersos en una globalización que los mercados bursátiles -bajo el contumaz apoyo de los gobiernos de diferentes tendencias ideológicas-, como si fueran feriantes trileros, nos la venden como si fueran globitos de colores a un pueblo embrutecido, pero ansioso de mentiras hinchables.

Esta decepción por la sociedad actual de postverdades y fakes es uno de los ejes argumentales del nuevo disco de Alberto Montero. Pero también es un disco en el que el propio autor se enfrenta a su propio proceso creativo para, de esta manera, revisarlo críticamente. Es de artistas talentosos dar un paso atrás y, en retrospectiva, hacer un esfuerzo de análisis sobre tu corpus artístico para detectar carencias y virtudes antes de que tu propia obra te aborde y te engulla.

Un trabajo que ya estaba preparado antes de que el aire se viciara y llenara las UCI’s de cuerpos sin nombre, pero que parece profético, sin duda. Montero había puesto el listón muy alto (¿demasiado?) con La Catedral Sumergida, un delirio maravilloso que lo aupaba a los altares tras una carrera sin tacha.

En este excelente El Desencanto (Bcore, 2020) prefiere dar a su discurso un mayor nervio, incluso crudeza en algunas partes rítmicas, aunque la solemnidad reside en su mayúscula producción. Un sonido rutilante, repleto de texturas, armonías y timbres que van envolviendo al oyente. La sección rítmica que acompaña a Alberto Montero desde hace años – Ramón Gil, Xavi Muñoz, y Luis Torregrosa– sigue engrasada a la perfección. Ambrosía para los oídos.

Se abre el álbum con “Buscando Un Lugar Donde Vivir” con un precioso juego coral con ecos a CRAG y a los Love. “Mira” es como una montaña rusa, con un Montero poniendo al limite su voz, un trabajo fantástico de Torregrosa a las baquetas, y una letra que narra las escurridizas expectativas del artista ante la recepción de su obra.

Sobre los estados depresivos nos canta en “No Sé” cuyas reminiscencias conducen a Morrissey, y la ansiedad por la pérdida de valores sirve de marco para la expeditiva “Lluvia”.

La colaboración de Laeticia Sadier en la hermosa y campestre “Le Soleil” es otro de los puntos álgidos, aunque ese rayo de esperanza a ritmo de protopunk de “Todo Es Cíclico”, y la dura plegaría de aceptación que es “El Monstruo” completan una de las remesas de canciones más importantes de este año.

Escucha Alberto Montero – El Desencanto 

 

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