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Alhambra Monkey Week (Varios emplazamientos) Sevilla

Marcadas en el calendario con mucha antelación y todos los honores que merecen, las fechas del Alhambra Monkey Week vuelven a presentarse como una cita ineludible que cumple ya dieciséis años y que pone a la capital andaluza en el foco de la actividad musical en un encuentro esencial entre artistas, prensa, gente venida de aquí y de allá y multitud de historias detrás con un denominador común: el amor por esto que nos mueve. A pesar de las dificultades que llegan por parte de las instituciones en forma de obstáculos para tratar de impedir el perfecto desarrollo de las actividades planteadas, lo cierto es que el festival volvió a ser un éxito rotundo de público, constatando su espíritu de supervivencia con miles de personas volcadas en mantener viva la llama de un evento de carácter único y transversal, capaz de atender a las diferentes vicisitudes asociadas a la situación de la industria musical, dando voz a quienes tratan de resistir  como elementos vehiculares con los que poder seguir al tanto de lo que va sucediendo. A pesar de ello, vemos incomprensible el maltrato a una cita cultural de este calibre por parte del ayuntamiento de Sevilla, que obligó al festival a ajustar horarios de manera un tanto inexplicable y prácticamente sin tiempo para reaccionar, aduciendo problemas con el ruido en una zona notablemente apartada que por cierto, tiene cientos de locales de ocio nocturno abiertos hasta horas posteriores. Algo que sabemos no ocurre en acontecimientos de la ciudad ante los que parece no importar ruido alguno.

Alhambra Monkey Week dio el pistoletazo de salida el miércoles con el tradicional cóctel de inauguración que contó con diversas recepciones acompañadas de showcases, en esta ocasión auspiciadas por instituciones como INAMU, Instituto Nacional de la Música de Argentina; Navarra Music Commission, y el Gobierno de Canarias, dando el relevo al día siguiente a las interesantes charlas organizadas en el marco del Monkey PRO, donde periodistas y gente de la industria pusieron en común su visión del engranaje del que forman parte y de los hilos que lo mueven, de cómo poder llegar a la gente y mantener vigente (y digna) la actividad periodística y cómo adaptarse a una realidad cambiante que muchas veces ahoga a los medios y a las promotoras.

Tuvieron lugar el II Congreso Nacional de Festivales de Música en Vivo coordinado e impulsado por la FMA (Asociación de Festivales de Música); el encuentro anual de la Asociación Europea de Salas y Festivales Live DMA previa invitación de la Asociación Cultural Coordinadora Estatal de Salas Privadas de Música en Directo ACCES; la iniciativa _reHUB+, proyecto de capacitación y creación de redes para artistas emergentes coordinado por The Goodness Factory de Turín con la participación de Rocknrolla Producciones y Eventos Culturales y la Universidad de Pavia; o una nueva entrega de Suntracks, cita en colaboración con la Fundación SGAE con music supervisors de la talla de Alex Menck, Laura Katz, Liz Pfriem, Alicia Leinot, Mike Turner o Siân Rogers, entre otros.

Muzikalia estuvo presente en una de ellas, con representación de nuestro director Manuel Pinazo acompañado por Sebas Alonso de Jenesaispop (presidente y vicepresidente de PAM, Periodistas Asociados de Música, respectivamente) y por Albina Cabrera de KEXP, junto con la moderación de la periodista Laura Pardo. La temática en este caso se centró en la diversificación como supervivencia en los medios digitales poniendo el acento en cómo buscar herramientas de diversa índole con el fin de continuar resultando interesantes y trascendentes para el público. Y es que unidos y compartiendo preocupaciones, ideas y proyectos, es como podemos ir manteniéndonos a flote frente a los bandazos que promueven las tendencias efímeras y la decadencia detrás de muchos de los contenidos que pueblan las redes sociales. Información rigurosa frente a clickbaits y sensacionalismos baratos. La charla terminó con un mensaje positivo y de reivindicación del periodismo musical, algo que debemos cuidar, dada su necesaria labor para documentar ya no solo la evolución de la escena y el tejido cultural, sino nuestra propia memoria cultural.

En lo musical, esta primera jornada de Alhambra Monkey Week transcurrió con picos importantes de intensidad de la mano de los infalibles Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, que jugaban en casa (su cantante Dandy Piranha también protagonizó una interesante ponencia en las jornadas pro Sé de un lugar: el Rock Andaluz), y de la selecta propuesta de las fiestas organizadas en varias salas de la ciudad, con ganchos de la talla de Baiuca, Queralt Lahoz o esa banda de culto que es Atención Tsunami.

El carácter urbano del festival, aprovechando los distintos ambientes que propone la capital sevillana, desde la zona del Teatro Central, con la carpa de circo y la pista de coches de choque, donde se emplazaban los Escenarios Alhambra y Jaggermusic, hasta el espectacular enclave del Espacio Santa Clara, con dos zonas diferenciadas, pasando por las míticas salas de la ciudad: X, Fun Club o Holiday, pusieron bien a las claras la naturaleza poliédrica de una ciudad que sobrevive a la invasión turística sacando músculo a través de los excelentes espacios y recursos de los que dispone y reivindicando y dando protagonismo en ellos a la cultura en sus diferentes expresiones. Recuerdo especial para el paso sanador de Yerai Cortés acompañado de unas bailaoras que realzaron la magia de su guitarra flamenca. E igualmente, el electrizante paso de los franceses Brama con un coctel de influencias tan imposible, como imperdible.

El viernes desplegó una oferta rica en opciones para todos los gustos, entre la que destacó la orfebrería pop de Gorka Urbizu, acompañado de una banda excepcional con Jordi Matas y Joan Pons de El Petit De Cal Eril, entre otros, y dos baterías, haciendo justicia a las bondades de uno de los discos del año, el enorme Hasiera Bat (Only In Dreams, 2024) poniendo la piel de gallina en la Torre de Don Fadrique, donde también brillaron en el Clasutro los destellos shoegaze de la ex Hinds Ade Martín y sus Shangai Baby.

Mientras tanto, en la Sala Holiday ya se empezaba a caldear el ambiente con la sutileza folk-pop de Anna Colom y el collage de ritmos de Camellos, sustitutos de Alcalá Norte, y que nos hicieron mover las caderas sin descanso. A vueltas con los decibelios andaba el ayuntamiento, provocando una reestructuración de los horarios, con el consiguiente perjuicio para multitud de bandas que se vieron obligadas a tocar a otra hora y en otro espacio, o directamente, a acortar sus conciertos. Los esperados Meridian Brothers fueron unos de los agraviados, sin que ello impidiese su triunfo a base de ese mestizaje sonoro tan característico, sacudiendo cuerpos y conciencias.

En el Escenario Alhambra, Ángeles Toledano primero y Queralt Lahoz después, dieron una clase magistral de flamenco, fusión y raíces bien asimiladas para poner patas arriba a un respetable que conectó desde el inicio con su visión vanguardista del folclore y la cultura popular. Las sesiones de dj´s que se sucedieron por las salas, propusieron diferentes formatos para agitar al personal: desde el reclamo popular de Ángel Carmona con una sesión de eminente aroma hispanoparlante a la batidora de beats desparramada por Pogo Dj’s o Fría Jones. Fue una jornada vertiginosa en la que no hubo espacio para el descanso y que vino a subrayar la apabullante propuesta del festival, marcada por el eclecticismo y la infinidad de propuestas interesantes entre las que perderse.

Para la última jornada de Alhambra Monkey Week, quedaban aún muchos nombres marcados en rojo: de la curiosa combinación de caracteres entre Severine Beata y Javier Álvarez, al pop de cámara de Júlia Colom, pasando por la efervescencia de Pinpilinpussies o el escapismo trianero de Pony Bravo, sin olvidar el pase sorpresa de Vera Fauna a la hora del almuerzo, con Noni de Lori Meyers y Ángeles Toledano, que participan en dos temas de su inminente nuevo disco.

Una vez ya entrados en calor, urgía coger sitio para acoger como merecía la atronadora tormenta de rock embrutecido que despliegan Triángulo De Amor Bizarro, ahora en formato power-trío. La pista de coches de choque se convirtió en una olla a presión absoluta en la que hubo empujones, bailes alocados y pogos por doquier, mientras los gallegos atacaban Salve Discordia (Mushroom Pillow, 2016) que fue el disco que nos deparó esta vez su tarot ambulante dentro de la gira especial que están llevando a cabo con motivo de su vigésimo aniversario como banda. Lo suyo fue una explosión de actitud y energía capaz de mover un Airbus, como ya nos tienen acostumbrados. Remataron la jugada ganadora con unos cuantos clásicos de ahora y de siempre para volver a constatar que juegan en otra liga. Sublimes y necesarios una vez más.

 

Parquesvr volvieron a tirar de ironía entre ritmos bailables para mantener la intensidad en todo lo alto, conducidos por el carisma de un Javier Ferrara en plena forma. Por su parte, el dúo jerezano Space Surimi tomó la Sala Holiday con su mezcla de hip-hop, funk, rap y electropop, para celebrar su victoria en La Batalla De Bandas organizada por Radio 3.

Con la incógnita sobre qué sucederá en el futuro con Alhambra Monkey Week en Sevilla, nos despedimos con multitud de imágenes, conversaciones, momentos y vivencias que guardar en la retina tras unos cuantos días inolvidables de reencuentros, puestas al día y proyección de ideas en torno a una realidad complicada como es la que experimenta el mundo de la cultura en general, y en este caso, el de la música en particular, que requiere de fórmulas con las que prácticamente reinventarse a cada momento por la cantidad de problemas de muy diversa índole que asolan a los diferentes agentes implicados. Pese a ello, iniciativas como esta son un motivo más que suficiente para seguir adelante, con ilusión y esperanza.

Fotos Alhambra Monkey Week: Javier Rosa

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