All La Glory – Everybody’s breaking everybody’s heart (Happy Place)
Quizás All La Glory no sea un nombre conocido más allá de un círculo de afortunados visionarios allá en un Sevilla natal, y de aquellos que hayan tenido la suerte de verlos acompañando a Chencho Fernández, pero la banda de Juano Azagra (Bombones) ha facturado uno de los discos de pop potente, alternativo y nuevaolero más interesantes del año. Everybody’s breaking everybody’s heart (Happy Place, 2016) es su segundo álbum después de que debutaran con un disco homónimo hace ya cuatro años, pero en este tiempo muchas cosas han cambiado hasta el punto de que no parecen el mismo grupo. Movimientos en la formación, incorporación de una voz femenina (Pilar Angulo) y un cambio de dirección musical, del country-rock más clásico de sus inicios a una mezcla de power pop, new wave y rock alternativo de calidad, les han llevado hasta este punto de inflexión.
Los riffs de guitarra se adueñan del disco nada más arrancar “Looking for a thrill”, un tema que huele a clásico intemporal pero que no es más que el inicio de un álbum con media docena de potenciales singles de éxito si la Música, así en mayúsculas, todavía importase algo en este país. Guitarras con sabor a 90s, a Gigolo Aunts, a Nuevo Rock Americano, a los Blue Öyster Cult, a aquellos grupos del 79 con corbatita estrecha. “Pretty eyes” podría ser una joya perdida de la nueva ola de las que nos hacían babear en los recopilatorios de la época que se pusieron de moda hace unos años, pero no, es de aquí y de ahora. La suma de voz femenina y medios tiempos elegantes y guitarreros (“Reasons to get lost”, “Vera” o “Glow”, por ejemplo) hace que vengan a mi cabeza los mejores momentos de una banda poco valorada como The Cardigans, en general su última época a principios de este siglo, aunque las guitarras jangle y los estribillos jubilosos podrían pertenecer a REM, Fountains of Wayne, Boo Radleys o Long Ryders.
El disco se cierra con dos canciones que son el ying y el yang, el desenfreno y la melancolía, la locura sobre el escenario mientras la gente hace el pogo y el momento de lágrima y mechero (ay no, que eso ya no se hace). “Do you wanna” resume todo el ímpetu y el descaro de la música que han mamado All La Glory, mientras que la sorprendente “This love affair”, con solamente un piano acompañando a la voz, es un cierre extraño tras tanta euforia aunque, de nuevo, con aroma a gran clásico. Y no quiero terminar sin mencionar una producción muy inspirada y un sonido perfecto, nítido, algo que no debería ser noticia pero lamentablemente lo es. Grandioso, en todos los aspectos.