Azkena Rock Festival – (Vitoria)
Más o menos recuperados del grandioso fin de semana en el Azkena Rock Festival estamos empezando a asimilar muchas de las sorpresas que vimos y escuchamos en el que ha sido, según la opinión de muchos, el mejor festival del año.
Paniks comenzaron, no con muy buen sonido, pero sí presentando una propuesta muy interesante que llega de la mano del sello Biakbat Recordings de Basauri, “The Panik Kontroversy”. Después Zein y alternándose en los escenarios una sorpresa muy, muy grata: La Secta. Su último trabajo consiste en un 7” editado dentro del Club del Single de Munster, titulado “The killer who wants some fun”, y que, tal y como Ignacio (guitarra) nos comentó, se grabó en febrero de 2002 en el estudio Chokablock de Bilbao a las órdenes de Mikel Biffs (Safety Pins). Fue a principios de 2003 cuando salió a la venta este single que contiene 3 temas, dos propios y una versión de Sonic Rendez Vous Band. Un gran concierto el de La Secta.
Jason Ringberg and The Nashville Allstars aparecieron en el escenario Azkena pasadas las 7 de la tarde, con el sol de frente, iluminando a una banda que nos hizo pasar un muy buen rato, aunque tanto el sonido como la puesta en escena –y no me refiero al look, ni a los malabarismos, ni mucho menos a los chistes de bajistas- quizá dejó algo que desear, sobre todo en cuanto al juego de guitarras.
Sin duda uno de los conciertos más interesantes del día, esta vez en el escenario San Miguel, fue el de Ben Vaughn Combo, que demostró elegancia, delicadeza y a la vez una fuerza increíble en sus temas. Mención especial para el teclista… de lo más majo que pasó por el festival.
The Jayhawks, tengo que decirlo muy a mi pesar, ofrecieron quizá el menos bueno de los conciertos que hemos podido presenciar sus seguidores españoles. Un poco pesado y sobre todo muy largo, aunque no faltaron momentos míticos en los que interpretaron viejos hits de “Hollywood town hall” o “Tomorrow the green grass”, dos de sus mejores álbumes.
The Cramps ofrecieron un concierto totalmente para fans, con desmadre incluido, tal y como todos estábamos esperando.
El concierto de Cracker, único en España, tuvo momentos brillantes -como “Euro-trash girl”- y en general mantuvo muy buen nivel durante todo el set. Guitarras, batería y bajo junto a secuencias, acordeones y teclados combinados con muchísimo talento y elegancia.
Y por fin la más esperada de las actuaciones del Azkena, la de Iggy and The Stooges, único y primer concierto en la península. Os puedo asegurar que no quedaba ni un alma deambulando por las instalaciones del festival. Todo el mundo estaba viendo a Iggy and The Stooges, y no sólo viendo, sino flipando, desmadrándose y dejándose llevar por algo realmente único.
Iggy estaba un poquito más achacoso que las últimas veces que lo pudimos ver, pero se movía y ejercía como el mejor de los frontmen posible. “I wanna be your dog” sonó dos veces, no os digo más. Un concierto centrado en sus dos primeros álbumes del que todos salimos con esta gran lección de actitud bien aprendida.
A Fireballs of Freedom no nos quedaron fuerzas para prestarles demasiada atención, aunque nos han comentado que estuvo realmente bien. Nos fiaremos de nuestros informadores.
El segundo día en el Azkena Rock Festival fue especialmente bueno, tanto a nivel de sonido como de actuaciones.
La tarde comenzaría con uno de los conciertos más emocionantes del festival. En el escenario San Miguel abrían Petti & Etxeko Utza a las 17:15 de la tarde. La cantidad de público era inversamente proporcional a la calidad de la propuesta musical de este cantautor que en esta ocasión se hizo acompañar de su banda, brindando melodías y actitud con mensaje a cada segundo. Todos y cada uno de los miembros de la banda estuvieron a una altura impresionante, vistiendo las canciones de Petti con elegancia y sobriedad y estando siempre en su sitio. Una preciosidad.
Después de la actuación de Jet Lag en el escenario Azkena nos trasladamos a tomar posiciones para ver y escuchar a lo que supuso sin duda uno de los conciertos más contundentes y con mejor puesta en escena de todo el festival, el de The Cherry Valence. En la promoción se decía de ellos que prometían ser la revelación del festival… y lo fueron. Presentaban su disco “Riffin´” y, con marcadas influencias de Led Zeppelín aunque bien llevadas a su terreno, nos apabullaron a todos los que, desprevenidos, los veíamos por primera vez en directo. Geniales.
Siento mucho no poder comentar el concierto de The Jeevas, pero entre lo sorprendidos que salimos de ver a The Cherry Valence y la emoción de la cuenta atrás para ver a Hermano, os lo podéis imaginar.
Y ahora me vais a permitir que no sea imparcial al referirme al siguiente de los conciertos, el de Hermano, única actuación en Europa. Los fans de Kyuss nos agolpábamos en las primeras filas ya desde hacía una hora para poder contemplar de cerca a uno de los mitos vivientes del rock, John García y su relativamente nueva banda, Hermano.
El concierto comenzó con la increíble “Señor Moreno´s plan” y entre alegato y alegato a favor del rock y la clase trabajadora fueron cayendo prácticamente todos los temas de su disco “Only a suggestion”: “5 to 5”, “Landetta”, “Alone jeffe”, y las cañerísimas “The bottle” –siempre he pensado que es una magnífica canción para abrir el disco- y “Manager´s special”. Pelos como escarpias.
Alguna versión -“TNT” de ACDC- y lo que todos estábamos soñando a esas
alturas… que tocaran algún tema de Kyuss. Nuestro sueño se hizo realidad con “Green machine” –del álbum “Blues for the red sun”- y con él se produjo el momento más enérgico y emocionante en mi opinión de todo el festival. El público respondió como merece un momento de ese calibre, disfrutando al máximo, dejándonos el sudor escuchando un mito.
Puedo decir sin duda que jamás olvidaré ese concierto, que ya ha pasado a ser uno de los más mágicos a los que he podido asistir, y creo que hablo en nombre de muchos.
Al finalizar John García atendió a todos los seguidores de la banda, uno por uno. Firmó todas las entradas, todas las portadas de discos, se sacó fotos hasta que ya no quedaba nadie sin complacer. Todo un tipo.
Como podréis comprender, no pude ver a Teenage Fanclub. No estaba preparada mentalmente para bajar de mi nube.
Lo siguiente que presencié fue la actuación de Steve Earle & The Dukes. Clase y elegancia a raudales. Muy, muy bien. Un buen momento para cambiar de sensaciones y dejarse llevar. Un gran descubrimiento por mi parte, ya que era la primera vez que veía en directo a este hombre, ¿y por qué no?, también un mito.
Después Hellacopters. Concierto de puro rock´n´roll con invitada especial en los bises incluida: Texas Terri que como siempre nos enseñó más de lo que queríamos ver. En fin…
Luego vendrían Ray Davies y The Dictators pero mi cuerpo ya estaba separándose de mi mente y decidí abandonar el recinto mirando atrás, pensando cuál será el cartel que nos esperará el año que viene. Con que sea la mitad de interesante que el de este año pueden contar conmigo. Sólo espero que el año que viene no esté marcado por una noticia tan triste como ha sido la muerte de Johnny Cash. Estuvo presente en el pensamiento de todos nosotros. Descanse en paz.