Biscuit – Biscuit (La Castanya)
Biscuit es de esas bandas que realmente no sabría clasificar, aunque tampoco lo necesitan. Porque como banda, se bastan y se sobran con su música, que bebe de influencias tan variadas en las que cabe el rock, el punk, el power pop y el garage y con la que ya llevan más de dos décadas dando guerra. Con respecto a su formación, este quinteto formado por dos guitarras, bajo, batería y teclas nacían en 1993, sin embargo, su primer LP no vio la luz hasta 1996 bajo el nombre de Lunch Music. Sin duda todo un aperitivo de lo que a lo largo de los años han ido ofreciendo con ese sonido tan característico que pocos atribuirán a una banda nacida en Vilanova i la Geltrú.
Y es que si uno cierra los ojos y oye atentamente a Biscuit, inevitablemente recuerda los sonidos más puros del rock americano.Y así lo vuelven a demostrar en este último álbum de estudio con once canciones que, en apenas treinta minutos, consiguen mantener un ritmo eufórico y enérgico desde el primer minuto. Basta sino, con escuchar los primeros acordes de “Welcome to Dundersville”, una canción que traducida a imágenes, conduce al oyente a pensar en chalets adosados, bicicletas y césped bien cuidado en los que se esconden algunos rebeldes dispuestos a quemar la barra de los bares más gamberros de la ciudad. En pocas palabras, una mezcla de suaves melodías con potentes riffs de guitarras y una contundente batería que convierten a este disco desde su inicio, en algo muy apetecible.
Tras ella, la ascensión en las canciones se convierte en una constante en la que se juega con la presencia de géneros como el punk, tal y como ocurre con “Blame me” o “Duke’s Tale”. Esta última, con una adrenalínica e imponente armónica disparada y con matices en música y voz con los que se evoca directamente a grupos como Offspring y en la que por cierto, se detecta el buen rollo que existe entre la banda tanto dentro como fuera del estudio de grabación. Asimismo, hay cabida para el soul en composiciones como “Hot Chip” o el garage en el tema “Agus Young”, con, incluso, pequeños atisbos de oscuridad. Aun así, el verdadero sonido de Biscuit sigue manteniéndose en el power pop, por lo que resulta imposible no mencionar a las que muchos consideran sus bandas de clara referencia como The Who o The Byrds. Sin embargo, se puede ir más allá ya que los catalanes también recuerdan a los míticos Buzzcocks e incluso a The Knack.
En definitiva, Biscuit vuelve a demostrar por qué, a pesar de no estar en las primeras filas, su trayectoria sigue un camino en linea recta del que más de uno no podrá escapar.