Brian Eno – FOREVERANDEVERNOMORE (FOREVER VOICELESS EDITION) (Universal Music)
No es la primera vez que nos encontramos con un experimento de tipo discográfico perpetrado por el genio del ambient. A Brian Eno, es su colosal creación, parece que no le vale con un único lanzamiento para una obra o idea determinada, sino que va y viene sobre la misma, pensando en qué momento se ha dejado fuera una u otro concepto, hasta encontrar la solución: modificar, añadir o expandir su propio lanzamiento para que este sea completo.
Digo que no es la primera vez porque, y le será familiar a quien siga la última trayectoria de Eno, ya ha ocurrido varias veces en los últimos años. Reseñemos aquí ese Reflection (Universal, 2017) que hacía definitiva las propuestas de Reflection (I-IV), de ese mismo mes, curiosamente. Aunque más evidente si cabe queda en la memoria aquel Mixing Colours (Deutsche Gramophon, 2020) y su posterior Mixing Colours (Expanded) mano a mano con Roger Eno, hermano y coautor de algunos de grandes temas colaborativos, en el que el primer metraje se veía incrementado en siete temas y algo más de media hora extra.
Ahora, Brian Eno propone FOREVERANDEVERNOMORE (FOREVER VOICELESS EDITION) lo que nadie mejor que ese título puede expresar: el lanzamiento de las versiones instrumentales de aquel FOREVERANDEVERNOMORE (Opal Music, 2022), un álbum lleno de colaboraciones en lo musical, pero que destacaba especialmente por la aparición vocal lúgubre del propio compositor.
Por eso, este lanzamiento es especialmente interesante, porque propone una comparativa entre el resultado de ese FOREVERANDEVERNOMORE con un lánguido Eno en su faceta vocal frente a ese Eno más conocido (o esperado) por todos. Las versiones instrumentales nos acercan mucho más al compositor que conocemos, manteniendo esa línea de relación y conocimiento casi orgánico de lo que se espera del británico, de ese ambient que más que su hijo legítimo, ya es como ese vástago moldeado a imagen y semejanza de su padre.
Resalta la evidencia de cómo varia un tema en su versión completa a su versión instrumental en el mundo de Eno, donde su apuesta vocal nos retrotrae a paisajes más propios del mundo de Dead Can Dance o, incluso del de Michael Gira. Escuchen si no ese “Garden of Stars”, a ver dónde les lleva, y después su “Crystal Light”, transitando así la misma referencia entre un mundo de oscuridad industrial y otro más cercano al misticismo apocalíptico que, siendo hermanos en la falta de luz, se convierten en temas totalmente distintos.
A veces podemos llegar a pensar en aquella cosa tan de los sencillos de electrónica de los 90 y de otros momentos, con esos singles con la versión de radio, pero también con la instrumental y la capella. Pongamos el ejemplo de “We Let In” y “And Let It In”, espejo una de otra, donde se ha eliminado en la segunda la línea vocal de Eno, pero no la de los acompañamientos femeninos, lo que hace que en la primera se ceda ese protagonismo del acompañamiento que sí que adquiere en “And Let It In”, resolviendo prácticamente la apuesta “instrumental” a favor de una apuesta más experimental.
Se trata al final de certificar que la expresión vocal modifica un estado de conciencia, como es obvio desde cualquier punto de vista, incluso el científico. FOREVERANDEVERNOMORE (FOREVER VOICELESS EDITION) recupera ese empirismo, dando a entender que, en muchas ocasiones, esas dobles facetas que se hablan sobre muchos artistas residen casi exclusivamente en el prisma a través del cual lo vemos nosotros.
Escucha Brian Eno – FOREVERANDEVERNOMORE (FOREVER VOICELESS EDITION)