Discos

Caribou – Andorra (City Slang/Sinnamon)

Cuarto largo para Caribou, aunque oficialmente, y más en el terreno de la electrónica donde el alias es el sonido, es su segundo LP tras haberse cambiado el nombre de Manitoba por causas legales. El canadiense Daniel Snaith vuelve a retorcer lo hecho hasta ahora, vuelve a reformularse evitando repetir un sonido en cualquiera de sus canciones. Si en unos comienzos con Start Breaking My Heart (01) Manitoba veía la frontera del ambient y el downtempo próxima a su música, cada referencia nueva ha ido eliminando esos campos. En el caso del downtempo se mantuvo más la estela, pero con Andorra ha habido el stop definitivo; desprenderse del calificativo de lento para pasar a un dinamismo puro, alegría, y gozo en cada tema.

En apariencia es lo que transmite Snaith con su nuevo trabajo, evitar caer en melodías reiteradas en unas bases suaves siendo sustituidas por un conglomerado de instrumentos que él mismo toca. No hay que olvidar su formación matemática, su padre es una eminente figura dentro de este campo, y su hermana va camino de ello, casualmente Snaith se licenció hace unos años de la misma rama, siendo la música un fiel reflejo de este campo. Inicialmente las cifras que la discográfica suministra son de 670 canciones compuestas para Andorra, de las cuales sólo nueve han pasado a formar parte del disco, verdad o mentira (¿es acaso relevante?) la elección del esqueleto del trabajo es perfecta. Bien podríamos hablar desde el inicio hasta el final, nada hace que caiga la escucha en un comienzo soberbio para aburrirse con un final de relleno como en muchos casos pasa. Aquí vemos la mezcla entre grandes temas y otros más simples y anodinos, dejando el último puesto, la nota final, a la mejor canción del largo. Con “Niobe” Caribou puede optar sin duda a una de las mejores canciones de electrónica del año, sus casi nueve minutos son la ensoñación llevada a la canción, entre un tímido inicio y una voz, deja paso a un juego de subidas y bajadas que vuelven loco a cualquiera. Pero antes de quitarse el sombrero ante él “After Hours” se ha quedado por el camino, alegre como ninguna sabiendo conservar un halo oscuro a su vez; “She’s The One” bebe del pop californiano electrificándolo, labor para la que se ayuda de Jeremy Greenspan (Junior Boys); las restantes mantienen el nivel, con un inicio del trabajo pegadizo (“Melody Day” adrenalina pura) y en la recta final más lento con “Sundialing” la cual atrapa y no deja libre.

Un gran trabajo, ya que el pabellón estaba muy arriba tras The Milk of human kindness (2005) pero Andorra ha sabido mantenerse firme, sin necesidad de superarlo al ser sonidos diferentes. 28 años cuenta Snaith, dos grandes obras a sus espaldas ya, y lo que le queda…

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