Christian Kjellvander – La Lata de Bombillas (Zaragoza)
Confío en que el poder emotivo de la música jamás deje de sorprenderme, con unas sensaciones reencontradas la pasada noche gracias al músico Christian Kjellvander. El sueco ofreció toda una lección de cómo tratar la sencillez con convicción y honestidad hasta conseguir conectar con un público obnubilado ante el despliegue de sentimientos.
El artista, activo en la escena desde mediados de los 90, presentó acompañado de un fiel escudero a la guitarra eléctrica las espléndidas canciones incluidas en The Rough And Rynge (2010), su último trabajo hasta la fecha. Dos tipos tranquilos y reservados que lograron conmocionar a los apenas veinte espectadores que, acurrucados en sus asientos, asistieron en respetuoso silencio a una ceremonia casi pastoral.
Una voz exquisita desvelada en canciones como “Long Distance Runner”, “Transatlantic”, “Bad Hurtn”, “Slow Walk In The Country”, “Gardner River” o “Blue Tit”, que cuando finalizan obligan a tragar saliva antes de poder aplaudir con fuerza su profundidad y capacidad de convicción. Partes meditadas o acústicas encajaron en meritorio equilibrio con pasajes convenientemente electrificados y enrevesados con efectos y pedales de reminiscencias 90’s arrastradas por el músico de su época en la banda Loosegoats.
Las tenues luces del local enmarcaron un concierto íntimo y sin distancias protagonizado en exclusiva por una obra desgarrada que demuestra influencias de Neil Young, Donovan o Nick Drake, además de similitudes en elegancia con reputados vocalistas de bandas contemporáneas como Kurt Wagner, Stuart A. Staples o incluso Richard Hawley.
El dúo dejó a su paso una de esas extrañas y exclusivas sacudidas que, por inesperadas o sentidas, suelen tardar tiempo en olvidarse.