Chucho – Los Años Luz (I*M Records)
Los años luz (16), el celebrado regreso discográfico de Chucho -premeditadamente o no- se abre con un tema que lleva por título “Esto es un error”. Y desde ese mismo instante es esa afirmación la que se convierte en inmensa pregunta para todo aquel oyente que se considere fan con solera de la banda albaceteña.
Pero quizá lo mejor sea enunciar otras dos preguntas que pesan como una losa: ¿Es Los años luz un disco que está a la altura de un legado imprescindible? No, no lo está. ¿Es entonces Los años luz un mal disco? No, tampoco.
Más allá de la inmensa valentía que tiene recuperar un mito musical indiscutible de la mejor tradición independiente española en estudio –sobre las tablas ya habían demostrado de sobra que esta reencarnación del imaginario de Fernando Alfaro era la más excitante e indiscutible de todas (leer aquí)-, hay una serie de consideraciones a tener en cuenta para posicionar Los años luz en su justo lugar.
Para empezar, este nuevo trabajo de Chucho no suena del todo a Chucho, más bien remite en su tono y formas a los últimos trabajos en solitario de Fernando Alfaro cuando baja de revoluciones o, incluso, al imaginario primitivo de Surfin’ Bichos cuando tira de “malsanismo”. Los años luz no es ni tan desatado y eléctrico como 78 (97), ni tan épico y emocionante como Tejido de Felicidad (99) –probablemente una de las creaciones no ya musicales, sino humanas más imprescindibles en la historia del homo sapiens-, ni tan ambicioso y elaborado como Los diarios del petróleo (01) y tampoco tan arisco y desafiante como Koniec (04) –uno de los discos más infravalorados del universo conocido-.
Es como si tuviera un poco de todos, pero, a su vez, como si le faltara un bastante de todos ellos también. Insisto en que estos apuntes no inciden en lo negativo de un álbum, sino en recalcar la trascendencia asombrosa que esta banda ha tenido en el devenir de mi vida y del panorama independiente español.
Otra de las cosas más asombrosas de Chucho siempre ha sido para mí, lo sigue siendo de hecho, su tremendo músculo y enjundia musical como banda (recuerdo excitadísimo cuando se anunció su regreso escénico lo bien que sonaba en el local de ensayo “Motor de perro negro”). Pues bien, ese valor indiscutible lo aprecio ciertamente difuminado en este conjunto de canciones; no sé si quizá sea por la producción (los discos pretéritos de Chucho, cada uno en lo suyo, sonaban apabullantes) o por el tono espartano de las intenciones de la obra.
Estoy convencido de que el directo estas canciones van a crecer y que, ensambladas con su legado pretérito, irán engarzándose hasta formar un todo más armónico y asumible. Pero, a día de hoy, sinceramente, a mí me sabe a poco. Lo mejor que puedo decir de Los años luz es que me pide de inmediato otro disco posterior de Chucho; me resulta una suerte de impulso, una demostración que exclama “eh, estamos aquí”, pero que requiere y demanda con todas sus fuerzas y esperanza por mi parte un posterior “Y somos capaces de hacer algo tan brutal como esto”.
Pero, por supuesto, es innegable que Chucho – Fernando Alfaro en todas sus versiones, vaya- asegura un retén de nuevas canciones a incluir en nuestro imaginario ventricular. Aquí, personalmente lo son, por un lado, las bastardas y malsanas “Nadie es inocente” y “Fuego fatuo” y, por otro, las inusitadamente bellas e iluminadas “Cosas hermosas” y “Los rayos”.
Otra de las virtudes entrañable y hermosa de Los años luz es que suena a nostalgia de lo vivido, a un viaje al fondo de la memoria, de las sensaciones rememoradas y perdidas en el tiempo. Es este quizá el asiento que demanda y requiere su escucha para ser entendido y disfrutado un disco que más que deleitarse en crear nuevos incendios, se ensimisma en hacer minuciosos dibujos melancólicos con las brasas de antaño.
Me ha gustado bastante. Está lleno de los lugares comunes que muchos esperábamos y aparte, ofrece nuevas e interesantes caras
Me gustan bastantes canciones del disco, quizá no llegue a las cotas de otros trabajos pero Chucho es uno de los mejores grupos de España y las personales letras de Fernando Alfaro están entre lo mejor de la historia del pop en español.
Desidia + Fuego fatuo + Banderas negras, son tres de las mejores canciones que se han creado desde que cambiamos de milenio.
Este disco nos muestra la mejor cara de Alfaro, y debemos celebrarlo. Gran disco.