Click ‘n Roll, Fotos Icónicas (I): The Clash, reventando el marco
«La mejor fotografía rock & roll de la historia». Con esta contundencia coronaba la Revista Q en 2002 a nuestra protagonista de hoy. Sin embargo, hay que aclarar que desde el primer momento la icónica imagen ha estado marcada por la casualidad y el rechazo de sus principales protagonistas.
La fotógrafa Pennie Smith llevaba unos años siendo referente en el mundo fotográfico de la industria musical, poniendo de riguroso blanco y negro a lo más granado de la época. Su gran trabajo llegó a ojos de la prestigiosa revista New Musical Express, quien la contrató para cubrir uno de los acontecimientos musicales más importantes de la época; la gira de Led Zeppelin por Estados Unidos. Tras salir exitosa de dicho evento, pasó del jet de de los Goliats del Rock para cabalgar a lomos de uno de los abanderados del punk: The Clash.
A finales de la década de los 70 el incendiario punk estaba perdiendo fuelle y muchas de las bandas que lo crearon se empezaron a autoinmolar, eso sí, no sin antes dejar el panorama musical patas arriba. Joe Strummer y los suyos no iban a tirarse por la borda a las primeras de cambio y supieron adaptarse para seguir combatiendo unos años más.
El 21 de septiembre de 1979, unas 3000 personas se congregaron en el Palladium de New York para ver a la banda inglesa. Pennie, como era de suponer, también se encontraba allí, aunque por un instante pensó en quedarse en el hotel. Ya en la noche, y por segunda vez ese día, cambió de idea al decidir colocarse sobre el escenario en el lateral opuesto al que solía hacerlo. Estas pequeñas y aparentemente insignificantes decisiones hicieron posible el gran disparo.
No uno, ni dos, sino tres (dura realidad la del mundo analógico), fueron los intentos que hizo la fotógrafa para capturar lo inusual que estaba ocurriendo. Sin ningún motivo aparente, Paul Simonon, bajista de la banda, empezó a reventar su bajo fender precision ante la mirada atónita del personal. Muchos asistentes pensarían reconfortados que esa es la actitud punk que esperaban ver en un concierto de tal calibre. Nada más lejos de la realidad. El propio Paul confesó haberse lamentado de haber destrozado el mejor de los instrumentos que tenía en la gira. Es más, es la única vez, que él mismo u otro miembro, hacían el Pete Townshend en el escenario.
La mayoría de los implicados aquella noche han declarado que el concierto estaba transcurriendo con total normalidad. Pennie, con unos cuantos conciertos de la banda ya a sus espaldas, no detectó ningún problema que pudiese alterar al bajista. Strummer llegó a decir que fue unos de los bolos más memorables. Incluso Paul, pensaba que el grupo lo estaba haciendo bien, pero se sentía un poco descontento con su actuación personal. Es por eso, que frustrado, estampó su cabreo en el suelo.
Todo esto ocurrió a tres meses del lanzamiento del siguiente y mítico álbum de los británicos: London Calling. Pasada la gira, empezaron a buscar una posible portada para el disco entre el ingente material de la fotógrafa. Ardua labor, que fue interrumpida por el definitivo That one!, que salió de la boca del líder de los Clash, quien afirmaba que reflejaba fielmente la potencia musical del grupo. Tuvo que convencer al reticente Simonon e, incluso, a la propia autora, que consideraba que la imagen era pobre técnicamente, estaba borrosa y fuera de foco.
La imagen posee una evidente fuerza visual, un bressoniano momento decisivo y, aunque no sea del agrado de la fotógrafa, el movimiento borroso a lo Robert Cappa le confiere bastante dinamismo.
Convencidos finalmente todos, pasó a ser el turno de otro de los miembros de tripulación, el ilustrador y diseñador Ray Lowry.
En la propia gira, le dijeron que se pusiese manos a la obra en el diseño de la nueva portada y el artista recurrió a un disco que había comprado días atrás en Chicago; el primer disco de Elvis.
Circulan muchas conjeturas sobre el motivo de la elección de ese disco. Que si fue homenaje al cantante, provocación, plagio, bla, bla, bla. Parece que la realidad es mucho más simple, ya que Lowry quiso hacer un homenaje al diseñador que creó el emblemático cover del Rey. No deja de ser una paradoja que los propios Clash tengan una portada idéntica al de una de las figuras más criticadas por el punk. Sin ir más lejos, una de sus líricas reza: «No Elvis, Beatles, or Stones».
Polémicas aparte, es considerada una de las instantáneas más icónicas de la historia, que incluso fue seleccionada en 2010, junto a otros 10 álbumes, para aparecer en sellos de la Royal mail británica.
La carrera de Pennie Smith siguió siendo un éxito y puedo seguir retratando a bandas de la talla de Oasis, Morrissey, Radiohead, Blur, Strokes, etc.
Pocas imágenes poseen tanta fuerza visual y oportunismo como para definir, no solamente una banda, sino todo un movimiento cultural.
Consulta las otras entregas de Click ‘n Roll aquí.
Mola este especial!! Esperando la segunda. Porque entiendo que habrá una segunda, ¿no?
Es una sección nueva que esperamos ir alimentando con nuevos artículos, sí. Gracias!
Felicidades, me parece muy interesante esta nueva sección.
Esperando la segunda toma!