Depedro – El Pasajero (Warner)
Jairo Zavala parece empeñado en reivindicarse como uno de nuestros abanderados de la multiculturalidad más diversa en cada una de sus entregas. Con su ya cuarto trabajo, El Pasajero, continuación de La increíble historia de un hombre bueno, nos invita a viajar con él a diversos rincones por los que transitan sus poco más de cuarenta minutos.
Un disco grabado en analógico en un estudio de Tucson junto a sus amigos Joey Burns y John Convertino de Calexico y con la participación de Tom Hagerman de Devotchka, que no pierde fuelle según van transcurriendo sus canciones, más bien al contrario. Porque si en su comienzo con “Panamericana”, toda una puesta de largo de la ruta que nos propone haciendo referencia a la carretera que recorre el continente americano de norte a sur, parece que estamos ante una obra en la línea de las facturadas últimamente por artistas como Xoel López o Bunbury –invitado en una de las canciones–, con el paso del minutaje nos encontramos con varias pruebas del eclecticismo que atesora la cada vez más sólida propuesta de Depedro.
Y es que el madrileño va hilando historias y poco a poco va enviándonos diferentes postales de un trayecto en el que todo cabe. Apoyado en unos sobervios arreglos en su potente chorro de voz, pasa de la pegadiza “¿Hay algo ahí?” a la nostalgia de “La Casa de Sal” o a sonar cincuentero en “Acuérdate”. Lo mismo juguetea con el africanismo en “Gigante”, que bebe de esas músicas y las conjuga con ese poso fronterizo que tan bien conoce en “Antes de que anochezca”. Para volver a detenerse en Centroamérica en esa notable “D.F”, con la participación de Bunbury o entregar piezas tan luminosas como “Solo en sonido” o tan frágiles como «Miedo».
Uno de los grandes discos de este año.