Festivales

Domingo del FIB Benicassim 2015 – Recinto de conciertos (Benicassim)

Regresábamos al recinto del FIB en su última jornada con bajada notable en la cantidad de asistentes. Por la mañana la organización ya había hablado de los datos de asistencia y la celebración de una edición sin ningún incidente reseñable.

El domingo, último de los días los días, comenzaba a pesar en los «Fibers», que ya notaban el cansancio acumulado, Pero no fue así en los conciertos ni en los artistas, ya que podríamos decir que esta jornada ha sido la mejor en cuanto a calidad de actuaciones y sorpresas en artistas desconocidos para el grueso de los asistentes.

Augustines
El cuarteto neoyorquino, Augustines, era el primer grupo internacional en inaugurar el escenario Las Palmas, aun sin demasiada gente y con los rigores térmicos que propicia el Sol en la Costa del Azahar. Sin problema para ellos, los de Brooklyn se las saben todas en directo y consiguieron levantar una actuación que, en principio, se preveía como el típico concierto de comienzo de festival. A pesar de que sus discos no pasan de de ser el típico «Indie Rock» de manual, con algunos hits, eso sí, en directo echan los restos y se convierten en una autentica apisonadora de Rock & Roll. Temas como: «Nothing to Lose But Your Head», «Cruel City» o «Strange Days» cobran mucha más vida que en versión enlatada y todo ello, a pesar de algunos problemas técnicos que se vieron rápidamente subsanados como explicó en perfecto castellano, el cantante y guitarrista, Billy McCarthy. Toda una sorpresa en directo.

Hudson Taylor
Mientras, en el otro extremo del recinto del FIB, los hermanos Hudson Taylor debutaban en el festival con su único disco, Singin for Strangers, un trabajo repleto de Pop-Folk fácil de digerir, sin complicaciones, en el que, como es lógico, basaron su corto set. Los de Dublín reúnen las condiciones adecuadas para triunfar, cancionero facilón, presencia y juventud, si a eso le añadimos una estudiada actitud sobre el escenario, lo tenemos todo para un concierto muy celebrado, a pesar de la temprana hora en el escenario, Fiberfib.

Public Enemy
Inmediatamente después de los irlandeses le tocaba el turno a toda una leyenda del Hip Hop, Public Enemy, de cuando el género musical no era únicamente una competición de ver quien posee más oro, coches de lujo o quien se rodea de mujeres más despampanantes. El discurso revolucionario de Check D y Flavour Fav se ha mantenido intacto y en plena vigencia a través de los años y, además, han vendido miles de discos e incluso han sido incluidos en el Rock & Roll Hall of Fame, todo ello sin que la «Industria» nos los devolviera convertidos en una simple broma.

Con un poco de retraso sobre la hora anunciada, salían al escenario junto a todo el séquito que les acompaña, todos puño en alto y gritando «Fight the Power!», a partir de ahí todo un «no parar» sobre el escenario, Fiberfib, con un Flavor Fav haciendo cabriolas sobre un patinete, a sus 56 años, y Chuck D rapeando como una taladradora nerviosa, mientras el resto de la banda funcionaba con la precisión de un reloj suizo.

Además de dar un par de adelantos de lo que, presumiblemente, será un nuevo trabajo discográfico, ofrecieron un set más que completo con una selección de temas clásicos, entre los que se encontraban los imprescindibles e inevitables; «Don´t Believe the Hype», «Bring the Noise» y «Fight the Power». Ya, casi al final del concierto, nos regalaron lo que seria el equivalente de un sólo de guitarra en versión DJ, a cargo del DJ actual de la banda, DJ Lord con temas de Nirvana y White Strypes y la canción «Timebomb» en el que se volvieron a intercambiar los instrumentos (Flavor Fav ya había agarrado el bajo en otro tema) y Flavor Fav se puso a la batería y Chuck D le dio a la harmónica.

Como dato anecdótico, Public Enemy habían estado por la tarde dando una vuelta por el recinto del FIB, haciéndose fotos con los fans y charlando con todo aquel que se acercaba a ellos, lo que nos da una idea de lo majos que son. Grandes y entrañables.

F.F.S. (Franz Ferdinand y Sparks)
Pocas colaboraciones tienen tanto sentido como esta, el experimento de mezclar a las dos míticas bandas cantando canciones nuevas compuestas al alimón por los dos grupos, y unos cuantos de los temas más representativos de los dos componentes, ha resultado de lo más singular y de lo más entretenido.

Un espectáculo teatralizado a imagen y semejanza de Sparks pero con la determinación y la fiereza del rock de los escoceses Franz Ferdinand. Tan acertado ha sido el tándem que el público ha celebrado con igual devoción los temas conocidos de cada grupo casi tanto como las nuevas canciones. Bueno, casi tanto, porque cuando han sonado «Take Me Out» y «Do You Want To?» el escenario Fiberfib casi se viene debajo de tanta emoción descontrolada. Y es que la tarde del domingo está resultando un no parar de gratas y buenas sorpresas, de un tirón hemos podido disfrutar de la maravillosa charanga made in USA de los Public Enemy, luego han llegado F.F.S. para detonar de un plumazo el cansancio acumulado, y justo minutos antes de que escribamos esta crónica Portishead daban el sello de calidad típico de los conciertos del domingo, el día en el que por alguna norma no escrita siempre caen los mejores conciertos.

El espectáculo cabaretero de F.F.S. sentaba bien como hilo conductor a unos Sparks que por momentos casi se veían algo ensombrecidos ante la admiración que el público del festival les tiene a sus compañeros escoceses, ya han pasado por aquí en numerosas ocasiones, pero cuando ha sido el turno de Sparks para tomar la batuta del show entendemos perfectamente porque Franz Ferdinand se han aliado con ellos, en busca de la frescura que se les estaba agotando a tenor de las últimas actuaciones que les hemos visto, y desde luego que el acierto es de pleno al diez. Sonrisas, aplausos, y buena música.
Celica XX
A la joven banda madrileña le tocó la «papeleta» de encarar su concierto en el escenario más pequeño del FIB, cuando los otros dos ya estaban a pleno rendimiento, con estrellas internacionales y nacionales (Vetusta Morla actuaban en el principal), lo que les supuso tocar ni para un centenar de almas. Una pena, ya que la propuesta «Shoegazer» de Celica XX gana enteros en directo y temas como: «Niños Luchando», «Tundra» o «Veneno por Navidad» suenan auténticamente atronadores. «Esa es la idea«, nos decía, José, el bajista, cuando se lo comentábamos en la zona de prensa. No hay que perder de vista a los madrileños.

The Riptide Movement
Son de los grupos que más han sufrido el empequeñecimiento del escenario FiberFib, las coristas quedaron sepultadas al final del escenario que eran tan alto que resultaba casi imposible verlas. Un pena porque sus simples coreografías y su saber hacer daban empaque a ya de por sí lustrosa actuación de los dublineses. Con instrumentos de metal para paliar las arenosas guitarras del rock que profesan, cercanos a unos Wilco, pero más pasados de tuerca y muchísimos más efusivos que los de América. La banda ha defendido con simpatía y solvencia unas canciones magníficas con las que algunos arrancábamos la última sesión del festival. De hecho tanto ahínco que hemos estado sufriendo por la vida del bajista que en más de una ocasión se ha acercado al borde del escenario con gran peligro de caer desde una más que considerable altura. Esperemos que tengan más suerte la próxima vez y les programen en un escenario más amable en el que su música se pueda disfrutar como se merecen.
Crocodiles
Mientras F.F.S terminaban de facturar uno de los conciertos más bonitos de este FIB, una propuesta musical que, a priori, no tenía mucho que ver, comenzaba en el escenario pequeño. Se trataba de los comentados anteriormente en un artículo en esta casa, Crocodiles, la banda de San Diego, liderada por Brandon Welchez. Lo que, en principio pudiera haber sido un concierto de guitarras noise y feedback controlado, se convirtió a la luminosidad y a las melodías en grandes momentos, haciendo un complemento perfecto para lo que estaba ocurriendo en el escenario Fiberfib, como hemos comentado. Crocodiles no se pudieron ir por una puerta más grande, cuando se despidieron con el clásico de Plactic Betrand, «Ca Plane Pour Moi».

The Cribs
Mucha expectación por ver al trío de Wakefield, Reino Unido, convertidos en cuarteto para los directos, sobre todo por parte del público foráneo, no es de extrañar; la NME les convirtió de un plumazo en «The Next Big Thing» cuando, la pasada década dijo que su canción, Hey Scenesters!, era uno de los mejores «himnos» indies de todos los tiempos.

Si alguien que no conociera a The Cribs me hubiera preguntado ¿Qué tal el concierto? no me hubiera quedado más remedio que responder; «son malos pero son buenos». Y es que los gemelos tienen temas, actitud y en directo se dejan la piel, pero viendo su directo, en algunas ocasiones, te da por pensar si no tendrán tiempo de ensayar o si no han aprendido a tocar como es debido en los más de diez años que llevan juntos.

La sorpresa del concierto vino cuando, gracias a las bondades del mundo audiovisual, se cantaron una canción junto a Lee Ranaldo, mientras este salía en las pantallas del escenario en un vídeo grabado.

Portishead
Los cabezas de cartel de la jornada de cierre del festival han sido Portishead, que seguros de su arrollador magnetismo solicitaron en el contrato que ningún otro escenario tuviera programadas actuaciones a la vez que ellos. Poca falta les hubiera hecho incluir esta cláusula en el contrato, porque la potencia de sonido ha sido tal que por momentos durante el concierto hacía rebotar las sienes y sentir crujir las costillas. Atronadores, arrolladores, fantásticos, una obra maestra, una obra de arte, ingeniería de sonido y mucha emoción.
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Un escalón por encima de lo que ya nos tienen acostumbrados. A quién puede importarle que haga lustros que no se deciden a sacar un disco nuevo si con el repertorio que tienen y que para cada gira moldean a su antojo da la sensación de que existe disco nuevo cada año. Una Beth Gibbons que en su papel de esquiva, sigue parapetada en sus mismos tics, dando la espalda al público cada vez que no le tocaba cantar, ha demostrado una potencia de voz a la altura del espectáculo. Una oleada salvaje de ritmos industriales, a los que les han añadido todo tipo de instrumentos y arreglos tan complejos que parecía increíble creer que todo sonaba en directo.

Obviando bases pregrabadas, prácticamente ninguna, en un concierto en el que la destreza de los músicos ha sido esencial para mantener vivo el legado de una leyenda que nació en los noventa y que a día de hoy no es que siga vigente, es que es ahora cuando más se acercan a la perfección.

Novedades Carminha
Como no tenemos el don de la ubicuidad, habíamos estado esperando en el escenario Fiberfib para asistir a la presentación de la danesa Karen Marie Ørsted o más conocida como Mø, pero con más de media hora de retraso sobre el horario, llegaba la hora de ver a unos gallegos que pasaron por el FIB como una exhalación, como un torbellino de Punk directo y arrollador. No nos equivocamos si decimos que ha sido el grupo nacional que más gente ha conseguido congregar en el escenario en forma de autobús y el que más ha sorprendido a cierto sector del publico británico, no era difícil ver a grupos de ingleses saltando sin saberse las canciones. Y es que Novedades Carminha han encontrado la formula perfecta en sus canciones simples pero efectivas de Punk bailongo. Nos hicieron bailar y desternillarnos con: «Fiesta tropical», «F.O.L.L.A.R», «Jódete y baila», tuvieron tiempo de dedicatorias, y eso que sólo paran para darle al clarete, dedicando su tema, «Pesetas» a Joe Crepúsculo, que un rato antes había sorprendido con su espectáculo de música inclasificable en el mismo escenario, y se despidieron con un guiño a sus primeros tiempos, con «Te vas con cualquiera» y haciendo la versión de Los Saicos, «Demoler». Un broche de oro y orujo para cerrar esta edición del FIB. ¿Quién quería ver a One direction, perdón, quise decir a Bastille, cuando estaban los Novedades en el escenario de al lado?

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