Sábado del FIB Benicassim 2015 – Recinto de conciertos (Benicàssim)

Seguimos con nuestra narración del FIB. Continuamos con la jornada en la que Los Planetas y Blur volvieron a rememorarnos las noches mágicas que siempre han caracterizado al festival.
Papaya 
Desde hace ya varias ediciones, el FIB trata de incluir en su programación grupos emergentes nacionales. Razonablemente, no les corresponden los mejores horarios, así que, a menudo, toca madrugar para ver propuestas tan frescas como la de Papaya. Pop ochentero de aires caribeños, que en directo adquiere cierto poder hipnótico en torno a la figura de la carismática Yanara Espinoza. «El rey de las camas» fue lo mejor que escuchamos en la primera parte del sábado del FIB.

Beach Beach 
Los mallorquines afincados en Barcelona firmaron el año pasado uno de los mejores discos nacionales que pudimos escuchar durante 2014 (The Sea). Como lo publicaron después del verano, no pudieron aprovechar la vertiente festivalera que tienen unas canciones de evidente tirón guitarrero. Ruido y melodía con potencia suficiente para llenar el escenario grande de Benicassim y dejar sonriendo a todos los ingleses que ocupaban las primeras filas en busca del mejor sitio para Blur.
Reverend and the Makers 

La Fiesta con sabor británico se instauró desde muy primera hora en este sábado abarrotado del festival. Un tipo que hacía de maestro de ceremonias a lo Gran Wyoming, exaltando las bondades de los equipos y las ciudades más importantes de la protagonista Inglaterra, se convirtió en el mejor representante de la cultura pop festivalera a eso de las ocho de la tarde. Antes intentamos llegar por lo menos a la M.O.D.A. pero el inverosímil atasco que se creó a la entrada del pueblo de Benicasim y que nos obligó a gran parte de los asistentes, medios acreditados incluidos, a aparcar en Narnia supuso que lo más destacable que hemos podio reseñar es este maravilloso grupo, en el que la presencia, el hooliganismo y el temperamento subido de tono se dan la mano en un invento genial que convirtió estas primeras horas del festival, en una celebración más propia de las cinco de la mañana. Sin lugar a dudas, un estupendo concierto en el que aunque los españoles éramos una anécdota entre tanto british desaforado, disfrutamos de lo lindo de la característica más destacable típica rollo guilty pleasure que hace único a este festival.

Hinds 
El concepto de hype se queda corto para definir el fenómeno que rodea a estas cuatro chicas que, aún sin publicar disco alguno, han tocado en Glastonbury. Quizás sea porque su propuesta de guitarras divertidas entronca muy bien con la nueva tendencia garagera que nos invade desde Pitckfork y demás oráculos similares. También colabora la frescura y naturalidad con la que abordan su éxito, pero bordean el abismo cuando abusan del amateurismo. Es decir, verlas tocar rejuvenece a cualquiera, pero no deben dejar de vigilar los evidentes márgenes de mejora que tienen en las voces, los coros y casi todo en general.

Kaiser Chiefs 

Aunque en el interludio entre Kaiser Chiefs y los Reverends and the Makers intentamos echar un vistazo a The Hinds, el conato de tormenta que amenazó al festival nos asustó de lo lindo, rememorando ediciones pasadas y nos quedamos refugiados bajo teja. Lo que supuso que una vez pasado el nubarrón de los miedos, nos situáramos en una buena posición para disfrutar del conciertazo que se han marcado los Kaiser Chiefs. Vale, confeccionado a base de grandes tics, y de recursos manidos, con bien de si tú dices Ben, yo digo Aflek (hola Love of Lesbian), o lo que es lo mismo, bien de ooooohhhh, uuuuuh, y un buen nutrido número de que fucking amazing que sois. Pero es que eso es lo que buscamos en el concierto de un grupo del que posiblemente casi nadie escuche un disco entero hace años, pero que en directo son de un entretenido insuperable. Tirando de absolutamente todos y cada uno de los grandes éxitos que cabría esperar y mezclando con temas nuevos, que por cierto están más que a la altura de la circunstancia, los británicos han dejado bien claro que tienen carrete para largo y que son ese típico segundo espada que siempre apuntala la diversión en un cartel festivalero.
Curtis Harding 
Puede que sea demasiado pronto para hablar de una nueva estrella del Soul, cuando nos referimos al cantante de Michigan, Curtis Harding, pero quizás sólo sea cuestión de tiempo para que le veamos entre los grandes contemporáneos del género. Con su debut, Soul Power (2014) ya ha apuntado maneras y, de momento, aquí le tenemos, girando por Europa, desde la lejana cuna del sonido de la «Joven América». El concierto que dio en el marco más pequeño del FIB se basó, básicamente, en el mencionado disco, dando una lección de estilo y buena música sobre el escenario. Y es que en Curtis Harding y los músicos que le acompañan, hay cero artificio y mucho Soul de alto octanaje. Los pocos afortunados que le pudieron ver, disfrutaron del concierto de comienzo (el tema con el que abrió fue el que da titulo al disco) a fin, con el cover de Mamas & The Papas, «California Dreamin». Haceos un favor y no perdáis de vista a este soul man.
Frank Turner & The Sleeping Souls 
La inclusión de ingles Frank Turner, más propio de un Azkena Rock, donde ya le pudimos ver, pone de manifiesto la apertura de miras, o al menos el intento de ello, por parte del renovado FIB. No es que en el computo global del cartel, una vez vistas todas las bandas, no hubiera ido a tono, pero un tipo tan «rockero» como Frank Turner, por mucho que nos empeñemos en tacharlo de «folkie», no deja de «chocar» con otros nombres. Sea como fuere, el británico comenzaba su actuación con ganas, en el escenario, Fiberfib, atacando con: «Recovery», «The Road», y el hit; «Glory Halleluja» con el que terminó de conseguir en pocos minutos que la explanada de enfrente de su escenario se llenase de gente que, en su mayoría, no le conocía muy bien.
En las filas delanteras era totalmente diferente y se podía ver a jóvenes con camisetas, banderas y carteles caseros saludando al ex cantante hardcore, género del que ha conservado la energía a la hora de encarar sus conciertos. Otros temas destacables de su set, fueron: «Plain Mailing Weather», «Get Better» o «Try this at Home». Concierto completo, tal y como nos tiene acostumbrados el cantante y guitarrista.

Darwin Deez  
Otro de esos extraños casos de artistas que en su país no le conocen ni en su barrio, pero que en el Reino Unido tiene una nutrida legión de admiradores, gracias en mayor parte al NME y a la prensa musical inglesa, siempre ávida de nuevas caras y sensaciones. El grupo liderado por el propio alter ego de Darwin Deez, cuyo nombre real es, Darwin Smith, no ha inventado el fuego, pero tienen canciones con gancho, sus conciertos son luminosos y su pop de guitarras hace bailar, suficiente últimamente para hacerte un hueco en el mercado británico. Darwin Deez dieron un concierto así, divertido, bailable y muy simpático, y eso en un festival la gente lo sabe agradecer, otro de esos conciertos que comenzó con poca gente y acabó prácticamente lleno.

Los Planetas 

Y de repente llegaron los reyes del indie patrio y nos han hecho llorar. Con una explanada frente al escenario grande, Las Palmas, abarrotado hasta la bandera, sorprendentemente para un festival como este de marcado carácter anglosajón, los granadinos han traído directamente la vuelta del espíritu de este festival sin necesidad de artificios ni luces de neón. Tirando directamente de la patata, y alcanzando sentimientos, esos que en estos días se encuentran a flor de piel, han arrancado el alma de los presentes a base de trallazos indiscutibles. Esos mismos que conforman tal vez la mejor radiografía del ser y el pensar de los españoles en cosas del corazón. Como colofón a tanto apocalipsis emocional se han traído como sorpresa a Mendieta, sí ese mismo futbolista que en la letra de «Un Buen Día» se marca un gol realmente increíble, para tocar con ellos la guitarra. Una auténtica obra de arte que finiquitaron con «De Viaje» y que ha dejado tantas lágrimas como alegrías en la tarde noche de hoy.

Mark Ronson
¿Es un pájaro es un avión? ¿Es un DJ es un productor? ¿Es un artista es un jeta? ¿Es un live set es un set de DJ? Nada de eso, lo que acontecía en el escenario Fiberfib, mientras los de Granada hacían llorar al público mayoritariamente español, mientras los británicos de las primeras filas (que llevaban ahí todo el día guardando sitio para Blur) miraban alucinados, era mucho más que todo eso, era Mark Ronson. Mark salía al escenario parapetado detrás de sus platos y un mac, ocultando, en la práctica totalidad del «concierto», su figura, dando protagonismo a los dos cantantes y bailarines que le secundaban. El FIB ya había anunciado desde su web que lo de Mark Ronson iba a ser un DJ Set, pero al poco tiempo cambió y anunció que finalmente sería un «Live Set». Y ¿qué diferencia habrá entre un Dj Set y un Live Set de Mark Ronson? pues básicamente que en el Live Set va a acompañado de cantantes y bailarines que la lían bastante mientras él improvisa, o al menos lo interpreta, en algunas canciones, en otras no se molesta y se fuma su cigarro y se bebe su copa mientras los «frontmen» arengan a los de enfrente.

Independientemente de todo esto, el set de Mark Ronson y los suyos puso patas arriba el escenario Fiberfib a base de bailes y los éxitos de su disco, Uptown Special, del que, evidentemente, cayeron, entre otras, «Uptown Funk», desatando la locura generalizada de los más jóvenes en primera fila, «Feel Right», al principio del concierto, o «Summer Breaking».

Blur 

Otros que van sobrados de bagaje musical y que no han desperdiciado en absoluto la ocasión para demostrar que su reunión no es sólo una cosa de dineros. Damon Albarn y los suyos han realizado un ejercicio gimnástico de poder musical que dejaba atónitos a la ingente masa de público que se abarrotaba ante el escenario principal. Con una contención muy medida entre temas nuevos y antiguos, Blur han recuperado el pasado haciéndolo pasar por presente, no en vano su nuevo disco es lo más destacable de este 2015, y eso se nota en el siempre activo y actualizado de Damon, que lo ha dado absolutamente everything para que su concierto de regreso fuera todo y más de lo esperado. Y así ha sido. Volver a oír canciones tan insertas en el imaginario colectivo como «Girls & Boys» o «Song 2» codearse con solvencia con temas tan pertinentes como los nuevos «Go out»o «Lonesome Street», es la mayor prueba de que el grupo podría seguir perfectamente en activo, y que su directo resulta igual de avasallador que su colección de canciones. Una maestría propia únicamente de un genio tan válido y tan reivindicable como Damon Albarn.

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