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Dos noches junto a Nick Cave & The Bad Seeds

Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. Eso pensé tras comprobar que Nick Cave obviaba nuestro país en la gira de presentación de Skeleton Tree, mejor disco internacional de 2016 para Muzikalia. Porque a pesar de las múltiples visitas previas del australiano a nuestros escenarios, esta gira resulta especialmente interesante por varios motivos. El primero se refiere a las circunstancias, de sobra conocidas, de la vida personal de Nick Cave. Skeleton Tree se editó apenas un año después de la trágica muerte de su hijo adolescente y éramos muchos los que pensamos que su publicación no conllevaría la habitual gira. Cualquiera que viese el doloroso y magnífico documental One more time with feeling podría haber sacado esa conclusión.

Por otro lado, dicha obra (maestra) es especialmente difícil de trasladar al directo. No solo por el desafío emocional de enfrentarse cada noche a su interpretación, sino por su propio sonido, intimista y asfixiante, de tonalidades perturbadoramente sombrías. Cuesta, a priori, llenar un escenario con temas como “Anthrocene” o “Distant Sky” y, más aún, conectar con el corazón del respetable cuando esas canciones surgen de un dolor tan íntimo y personal. Si tenemos en cuenta que este tour se desarrolla en recintos de gran formato (pabellones y polideportivos, básicamente) en vez de sus habituales teatros o salas, completamos la exposición de motivos por los que Mahoma debía ir a la montaña y comprobar como salía nuestro admirado Nick del envite.

Nuestra doble cita tuvo lugar en Amsterdam (6 de octubre) y Padua (4 de noviembre) y en ambas el triunfo del carismático crooner fue absoluto. A pesar de los condicionantes, Nick Cave se encuentra en plena forma. El concierto de Padua es especialmente significativo, ya que en una plaza totalmente menor para un artista de su talla el despliegue de intensidad fue tan alto como si estuviera actuando en Glastonbury. Y es que quizá sea ésta la mayor virtud sobre las tablas del veterano cantante y compositor, esa capacidad para afrontar cada concierto como si le fuera la vida en ello y para atacar cada tema como si fuese el single de su vida. Lo mismo podemos decir de los infalibles Bad Seeds, espléndidos en formación de seis miembros, con mención especial para un pletórico Warren Ellis, que ejerce en el escenario el papel protagonista que disfruta en la discografía reciente de Cave.

Con una escenografía sencilla, el peso recae casi en exclusiva sobre las canciones y la interpretación. Sin apenas ornamentación, el fondo del escenario sirve para proyectar contados primeros planos de la banda y alguna pieza visual de acompañamiento, destacando la “aparición” de la soprano Else Torpe en “Distant Sky” ya en el tramo final. También resultó muy de agradecer que en Amsterdam se utilizasen las propias pantallas del recinto para plasmar la actuación, no así en Padua. Dos conciertos prácticamente iguales, pero totalmente distintos. Si en Holanda no dejó de interactuar con las primeras filas del abarrotado Ziggo Domme (estuvo más tiempo en el foso que sobre el escenario), en Italia recorrió incesante las tablas del Kioene Arena de un lado a otro derramando sus oscuros versos sobre la totalidad del pabellón, para finalmente invitar a un nutrido grupo de espectadores de las primeras filas a subir al escenario con él en los coros de Stagger Lee y Push the sky away.

Con un repertorio idéntico cada noche durante este tramo europeo de la gira, además de presentar Skeleton Tree casi al completo (sólo se deja en el tintero “Rings of Saturn”), reserva también un lugar destacado en el setlist para Push the sky away (2013), cerrando los bises con el tema que le da título. Entre medias, un picoteo entre lo más selecto de su profusa obra, con rescates de su primera etapa (“From here to eternity” y “Tupelo” son una bofetada sin preaviso), grandes éxitos más o menos obvios (“Red right hand”, “The Mercy Seat”) y baladas marca de la casa (“Into my arms” sigue poniendo los pelos de punta). La sensación a la salida de ambos shows es que nos encontramos ante un artista en plenitud, estado en el que Cave parece llevar tiempo instalado. Pocos artistas con una carrera tan longeva gozan de su vigencia y es que nada parece poder con él y sus malas semillas. Larga vida a Nick Cave.

Este fue el repertorio de ambos conciertos:

Anthrocene
Jesus Alone
Magneto
Higgs Boson Blues
From Her to Eternity
Tupelo
Jubilee Street
The Ship Song
Into My Arms
Girl in Amber
I Need You
Red Right Hand
The Mercy Seat
Distant Sky
Skeleton Tree

Encore:

The Weeping Song
Stagger Lee
Push the Sky Away

Créditos imágenes Instagram:

Portada: @simonlamme, 6 de octubre, Ziggo Domme, Amsterdam
Foto 1: @sandros110, 6 de octubre, Ziggo Domme, Amsterdam
Foto 2: @probot1968 4 de noviembre, Kioene Arena, Padua
Foto 3: @nickcave.it, 4 de noviembre, Kioene Arena, Padua

 

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