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Echo & The Bunnymen: repasamos su discografía reciente

Echo & The Bunnymen son una de nuestras formaciones predilectas de todos los tiempos, que debutaran hace 35 años y cuyos discos tienen un lugar destacado en nuestras estanterías junto con los de The Smiths, Jesus & Mary Chain, The Cure o Depeche Mode.

El primer tramo de su discografía es impecable, desde su debut Crocodiles (1980), a la oscuridad de Heaven Up Here (1981) y Porcupine (1983), sin olvidar la majestuosidad de Ocean Rain (1984) y el pop de Echo & The Bunnymen (1987). Un poker de ases difícilmente igualable con hitos tan eternos como «The Killing Moon», «The Cutter», «Lips Like Sugar», «Bring On The Dancing Horses», «Rescue», «The Back Of Love»… y así hasta 1988 fecha de la salida de Ian McCulloch de la banda y el posterior fallecimiento de su batería original, Pete de Freitas, algo que el discreto Reverbetation (1990) con Noel Burke a las voces puso fin al grupo.

Casi una década después, en 1997, Echo & The Bunnymen regresaba demostrando que en ocasiones segundas partes sí son buenas y facturando un disco a la altura de las expectativas y de su leyenda. Un caso atípico en la historia de la música, ya que la mayoría de regresos suelen resultar por lo general un tanto decepcionantes.

Desde 1997 a nuestros días han facturado cinco discos brillando a un muy alto nivel, que se completarán  el próximo mes de junio con el sexto, que llegará bajo el nombre de Meteorites.

Es posible que su época dorada haya quedado atrás, pero su discografía más reciente podría dar sopas con ondas a cualquier nueva banda que se precie. Quizá mucho fan acérrimo se rasgue las vestiduras, pero también es posible que mucho recién llegado que considere las melodías de Coldplay el sumun de los pasajes melancólicos y desconozca a una de las influencias más incontestables en sus canciones o en las de bandas como The Verve, Travis, Interpol, BRMC, The Horrors, Arctic Monkeys, The Coral,… pueda llegar a amar justamente la obra de los de Liverpool.

Celebrando su regreso queremos hacer una pequeña retrospectiva de sus trabajos para demostrar la cantidad de grandes canciones que contienen.

¿Nadie ha valorado en su justa medida el pop cristalino de su disco de reaparición Evergreen y canciones como «In My Time»?:

 

Por cierto, que quizá muchos lo desconozcan, pero en su disco de regreso participaba un tal Liam Gallagher (sin acreditar) haciendo los coros en uno de sus nuevos himnos, la bonita «Nothing Last Forever»:

 

Dos años más tarde llegaría la segunda referencia de su nueva etapa, What Are You Gonna Do With Your Life (99) un disco retrospectivo lleno de bonitos arreglos que volvió a sorprender por su solidez. ¿Quién no cayó totalmente rendido a la sobriedad y la belleza de temas como «Rust»?

 

Ian McCulloch y Will Sergeant continuaron haciendo gala de esa perfecta fórmula para crear grandes canciones. En Flowers (2001) las guitarras delicadas, cristalinas y en ocasiones afiladas, seguían apoyándose sobre una de las grandes voces del pop entregando canciones como “King Of Kings”, “It´s All right” o “Life´s goes on”, pero si tenemos que quedarnos con una del disco, esa es «Buried Alive»:

 

 

Para sus nuevas canciones tuvimos que esperar hasta 2005, con la publicación de Siberia, una vuelta al sonido de sus orígenes pero sin demasiadas concesiones melancólicas. En él volvieron a contar con la producción del viejo conocido Hugh Jones (Heaven Up Here (1981)), para construir un trabajo en el que que se mostraban más directos e inspirados que en Flowers (01), una lección de postpunk y sonidos de otros tiempos para recién llegados («Stormy Weather», «All Because Of Your Days», Scissors In The Sand»,… ) con maravillas como esta «In The Margins», que cuando muchos la escuchamos por primera vez caímos absolutamente rendidos:

 

 

Su última obra hasta la fecha data de 2009 y se tituló The Fountain. Quizá su trabajo más luminoso, aunque no carente de las habituales letanías marca de la casa. Con él sumaban el mismo número de referencias que en su época dorada, cinco, pero sin mirar al pasado y derrochando grandes dosis de energía e inspiración. Por cierto, que en el disco participó Chris Martin.

Su última obra hasta la fecha llevó por título Meteorites. Un disco producido por Youth (Killing Joke) y definido por su vocalista como «el mejor disco de la banda en mucho tiempo, a la altura de Crocodiles, Heaven Up Here y Ocean Rain«. Entre The Velvet Underground y las melodías de los 60s y 70s.

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