Edwyn Collins – C.C.Intxaurrondo (Donostia)
En una semana especialmente triste para los amantes de la música por la muerte, en penosas circunstancias de Jason Molina, nos tocaba encontrarnos con el escocés Edwyn Collins.
Y al igual que el mes anterior con Mark Eitzel, una superación a los golpes vitales y sociales, que poco a poco, nos van dejando huérfanos de enormes talentos musicales en una lista que ya empieza a ser larga (Chesnutt, Smith, Linous, Molina,…). La plasmación de la terrenalidad de la vida de estas gentes que tanto nos hacen disfrutar, nos hace despojarnos de esas gafas virtuales con las que les miramos por estar encima de un escenario o tener artículos de prensa.
Así que un caso como el de Collins, superado un accidente cardiovascular que le ha dejado paralizado su lado derecho, que se presenta a contagiarnos su ilusión por seguir componiendo y tocando, no puede ser otra cosa que una celebración, un lujo.
Celebración en un formato semiacústico condos músicos, uno de ellos Carwyn Ellis, previamente nos deleitó con su pop kaleidoscópico como Colorama, que se alternaron eléctricas, acústicas y teclado sentados en primera línea del escenario. Formato que sentó realmente bien al poderoso cancionero que se acordó de Orange Juice y de sus trabajos en solitario, parando en los mejores temas de su último album Understated.
Las limitaciones son palpables pero tiene la suficiente fuerza para ponerse en pie y apoyado en su bastón, encarar su gran hit «A Girl Like You» despojado de su aire Bowie pero envuelto en una emoción alejada de cualquier sentimiento de lástima o de compasión, simplemente regalándonos su estupenda voz, su sinceridad contagiosa y sus ganas de vivir durante 70 minutos.
Quizás no fue un concierto de esos «de tocar el cielo», pero estuvimos cerquita, eso sí, con los pies bien anclados en tierra.