El Disop – Luces y Sombras (Avoid-El Diablo)
Somos algunos los que creemos que, pese a que casi nadie se haya enterado, Barcelona es la gran capital del hip hop rimado en español. Por creatividad y valentía; por espíritu underground y conexión internacional; por apertura de miras y ganas de quitarse de encima la losa provinciana y casposa. Bien, pues El Disop es uno de los responsables de que esta vocación –poco y mal promocionada, dentro y fuera de la ciudad- sea tan cierta como que el trasnochadísimo Aznar es más dictador de lo que muchos piensan.
Llegado a nuestras manos su nuevo álbum, Luces y Sombras, descubrimos a un Disop que nos confirma que la conciencia obrera, en su sentido original, existe. Que hay mucha gente con curros de mierda, que se levanta a las 5 de la mañana para llenar la nevera con más pena que gloria; gente que protege a su madre frente a un desquiciado padre maltratador; gente sumida en la falta de recursos, de tiempo, de vida… y gente que a pesar de todo esto tiene fuerzas para resaltar la belleza de la vida, aunque se empeñe en emborronarlo la violencia que generan los “honestos” (o sea los empresarios inmobiliarios, los agentes bursátiles, sus acólitos fascistas…).
Así, este Luces y Sombras sigue el hilo empezado en el año 1999 con aquél impactante Cajas y Bombos Retumban En Tu Barrio (auténtico póquer del hip hop español: una imborrable disco, que todo el mundo, especialmente el mundillo del rap, debería escuchar). Músicas excelentes, facturadas por un ARS tan emotivo y asimétrico como siempre, adornan la métrica de un singular MC, cuya actitud refleja una personalidad que lucha por defender dignamente su música. El de L’Hospitalet, en vez de marcar territorio como otros, intenta dejar huella, para poder ser recordado –y a fe que lo será, como Mucho Muchacho o Solo los Solo. Imprime unos textos que no son baladí, que no sueltan paridas, que se esfuerzan por hablar bien (esas frases, ése lenguaje popular puro, sin influencia de la telebasura, que haría aplaudir al mismísimo Lázaro Carreter). Unos textos que hablan de hacer cosas, de moverse, de salir fuera, aunque sólo sea mentalmente. En definitiva, un disco que está en la mejor tradición del rap barcelonés, una música que por mucho que a veces presuma de “no decir nada” habla mucho de la rebeldía liberadora de esta ciudad. Trucos de MC’s inteligentes. Porque El Disop sí que es inteligente, y no ésos gallitos en busca del billete rápido rumbo a ningún sitio, que dan más pasos atrás que adelante y ensucian mediáticamente la imagen del hip hop. Sin duda, uno de los mejores discos nacionales del 2003. Esto es hip hop, señores.