Elvira – A pesar de todo… (Buenritmo)
Standstill se han convertido a día de hoy en un colectivo de expansión y creatividad sin límite. Cada miembro aporta lo mejor de sí para dar forma a un ente que trasciende las barreras de lo estrictamente musical trabajo a trabajo, proyecto a proyecto.
No es de extrañar que para desarrollar su propio universo personal, Pitino Elvira, más conocido como Piti, haya tenido que echar a andar una carrera en solitario que encuentra en A pesar de todo… (11) una segunda parada más a retener tras el heterogéneo Pequeños apuntes para canciones de mierda (08), donde hasta el hip hop tenía cabida.
El proyecto de Elvira no es el primer asidero a través del que plasmar sus actividades artísticas paralelas: su polivalencia instrumental, a parte de forjarla en las distintas piezas de ese rompecabezas del existir que fue el magno Adelante, Bonaparte (10), la encontramos en su labor como batería con It’s not not y The Lions Constellation.
Quizá el papel a las seis cuerdas convulsas e intensas, herederas del saber de Refused o At the drive in, habían dejado paulatinamente de tener protagonismo en el devenir artístico de Standstill como fuimos apreciando poco a poco sus fieles. Este hecho dotó de cierta discreción el papel de uno de sus miembros fundadores, como lo es Piti, en los últimos movimientos de la banda y ahora, con A pesar de todo… (11), ese segundo plano se echa a un lado para presentarnos un conjunto de canciones íntimo y propio, donde las enseñanzas aprendidas de la banda madre, junto al propio desarrollo compositivo y lírico de Elvira como cantautor, logran un resultado veraz y que sorprende por lo cohesionado que resulta.
Eviten pensar que escribo presa del peyote si les hablo de nombres como Bon Iver (“Dancing on a tightrope”) o Elliot Smith (“The trip”) para referirme a la obra que me ocupa; es evidente que esas referencias le quedan muy grandes a Elvira, pero me permiten fácilmente posicionarles de cara a lo que se puedan encontrar en A pesar de todo…(11): honestas composiciones sencillas donde nuestro protagonista ha grabado prácticamente todo, recurriendo únicamente al también Standstill Víctor Valiente -aportando guitarras y pianos-, a Xavier Calvet de los notables Bullit a los coros y los bajos ofrecidos por Rafa Funes.
Por último, señalar que el disco deja indicios de que el peso específico de Piti Elvira en la banda de toda su vida es más considerable de lo que pudiera pensarse a tenor del excelente resultado de temas como “Déjame ser”.