En la cabeza de Burrito Panza
A las cinco de la tarde. Quedamos a las cinco en punto de la tarde, como los toreros, y en Albacete hace un frío que pela. El aire crudo desfila por la calle Feria como una fiera. En frente de los locales, la furgoneta late en doble fila, con los intermitentes encendidos y parece que el frío se haya metido dentro y que ralentice ese latir luminoso hasta convertirlo en un pulso lánguido en la sombra. Arriba, entre los edificios, el cielo aparece radiante, con esa gracia de los días de sol de invierno. Un halo siberiano, sin embargo, se empeña en congelar en el aire las caladas de cigarrillo en el momento en que Carlos Flan llega, solo, con la chaqueta cruzada sobre el brazo izquierdo y una bolsa negra de viajes de Cutty Sark en la mano derecha. Chaquetón negro hasta las rodillas y bufanda roja.
Vivmos un día acompañando a Burrito Panza en su viaje de Albacete a Murcia para participar en Microsonidos. Te contamos la intrahistoria de un concierto en un artículo especial que puedes leer aquí.