Entrevista a Elle Belga, que lanzan el EP ‘Lagunak’
Vivimos inmersos en un monstruoso mundo donde la prisa, la inmediatez y lo efervescente están a la orden del día y casi diría que marcan y determinan la mayoría de movimientos de sus habitantes. En semejante contexto, contar con un proyecto como Elle Belga, no puede ser tildado de otra cosa que de milagro. Un auténtico placer haber tenido la oportunidad de conversar con unos de los últimos artesanos musicales que nos quedan.
“Como los pequeños artesanos, cuidamos y atendemos todos y cada uno de los detalles que forman la pieza”
¿Cómo surge la idea de grabar vuestro reciente EP Lagunak (22)?
La mítica casa autogestionada de Tolosa, Bonberenea, cumple este año 25 años en activo, con la que, desde la época de Manta Ray y después con Elle Belga, nos une una vinculación muy especial, más allá de la relación que puedas tener con una sala de conciertos al uso. Para celebrar su 25 aniversario, además de a otros artistas, nos proponen grabar y editar unas canciones. No nos lo pensamos dos veces. Rematamos unas canciones que teníamos ya compuestas y, durante apenas una semana, grabamos en los estudios de Bonberenea, con Karlos Osinaga (Lisäbo) lo que saldría a la luz con el título de Lagunak (amigos). En él colaboran admirados amigos y amigas como Pedro Vigil, Borja Iglesias (Inoren Ero Ni), Amorante o Verde Prato. Nos sentimos realmente orgullosos del resultado. la verdad.
Me da la impresión de que, tras la publicación del extraordinario Simetría (20) y ahora Lagunak hubieseis recorrido un trayecto circular que os hubiera devuelto a los orígenes de 1971 (09) añadiendo la experiencia de pasar por etapas más exigentes en lo sonoro como Refugio (13) y Euforia (16). ¿Estáis de acuerdo?
Nunca trabajamos con una idea premeditada. Cada etapa vital nos conduce por unos u otros derroteros en lo musical. Tu reflexión no va desencaminada en absoluto, pero es verdad que solo podemos hacerla “a posteriori”, cuando el trabajo ya está terminado.
Refugio (13) más atmosférico, con más capas, después Euforia (16), donde las canciones se desnudan, hasta rozar la crudeza… Después llega Simetría (20), que quizás, como tú dices, es el disco que más se asemeja al origen, a 1971 (09), y por último Lagunak (22), con todo el anterior bagaje subyacente… Lo que sí es cierto es que en todos y cada uno de los discos, la melodía y la voz constituyen un pilar sustancial.
El silencio siempre me ha parecido un elemento fundamental y vertebrador de vuestro sonido. ¿Es posible que lo sintáis así?
Creemos que ese silencio del que hablas lo genera la dinámica… podemos estar en algunas partes con la distorsión de la guitarra y con una pegada fuerte en el timbal y la caja e inmediatamente acariciar las cuerdas y apenas rozar el timbal con la maza, mientras que la voz se convierte en un susurro. También es cierto que nos gusta dejar que las canciones “respiren”, en alguna parte la canción baja de intensidad hasta llegar casi al silencio.
Siguiendo con el silencio, creo que es un transmisor de emociones fundamental utilizado convenientemente. Me gustaría saber si pensáis lo mismo y también que me comentarais en qué proyectos artísticos lo captáis y de qué manera os puede influir.
Estamos totalmente de acuerdo en que el silencio es un transmisor de emociones. Nosotros, de forma consciente, lo utilizamos para generar inquietud y esto queda de manifiesto de manera evidente en nuestros directos. El silencio genera tensión entre el público, por norma general ellos también permanecen en silencio y de alguna manera son participes de nuestra música, porque están contribuyendo a nuestros pasajes susurrados y pasan a ser un elemento activo y no pasivo.
Einstürzende Neubauten tienen un tema maravilloso titulado «Silence is Sexy». En un momento de la canción emerge un silencio que poco a poco genera una gran tensión, porque estamos esperando el desenlace como final de canción, y entonces, si subes el volumen puedes oír que hay algo que está sonando … y es el sonido de un cigarrillo al darle una calada. Estas brillantes resoluciones de alguna manera te influyen, los pequeños detalles son tan importantes…
Otra cosa que aprovecho para expresaros es lo bien que fundís en cada pieza el respeto y prioridad por la canción unidas a una intención de indagar en texturas o ambientes más esquivos. ¿Cómo conseguís ese equilibrio?
Surge de modo natural al componer. No solemos quedarnos con la primera idea y no damos nada por sentado… intentamos varias vías, varios caminos… lo reposamos en un ensayo y lo retomamos al siguiente… A veces pensamos que una canción necesita algo más y después de vestirla con samplers, teclados o más elementos de percusión, la volvemos a desnudar… Si conseguimos ese equilibrio es a base de trabajar en cada tema una y otra vez hasta que el resultado nos convence del todo.
Si tuviera que definir de alguna manera vuestra música, diría que es bonita, honesta y emocionante. Se nota profundamente, o así al menos lo intuyo yo, que escribís desde aquello que os afecta y conmueve, que de alguna manera no tenéis en la cabeza el cómo calará eso en vuestra audiencia o en quién va a llegar a escucharlo. Ese ejercicio tan loable de hacer lo que a uno le llena, le afecta o le inspira, sin importar realmente otra cosa, es admirable. ¿Os sentís afines a este planteamiento?
De hecho, nunca hemos concebido Elle Belga de otro modo. Nos sentimos privilegiados en ese sentido. Podemos decir rotundamente que no hacemos la música que nos gustaría hacer, ni la música que creemos que va a gustar, hacemos la música que nos sale cuando componemos.
Las voces, su particular juego de tonalidades y lugares, me parecen otro gran elemento distinguible de Ella Belga. Me gustaría que me comentarais cómo es el proceso compositivo de las canciones desde su origen.
Como ya comentamos en alguna ocasión, cualquier canción nuestra podría ser silbada. La melodía es fundamental y, además, nos fascina la voz como instrumento, porque creemos en su poder de emocionar. Es el único instrumento capaz de transmitir un mensaje a través del lenguaje hablado y ponemos atención en cada palabra, en cómo ha de ser interpretada, en su duración… todo es relevante. Como dijimos anteriormente, los pequeños detalles son importantes para nosotros, y en nuestro proceso de composición les damos mucha importancia. Nos cuesta llegar a la conclusión de que una canción ya está terminada porque, como los pequeños artesanos, cuidamos y atendemos todos y cada uno de los detalles que forman la pieza. Nos exigimos explorar todas las posibilidades que te ofrece una melodía. Es un proceso agotador en ocasiones, pero ni sabemos ni queremos hacerlo de otra forma
De las veces que os he visto en directo, recuerdo una abriendo en Madrid para Low, grupo con el que considero guardáis bastantes similitudes. Desde luego me parecen una banda única y tremendamente necesaria. A veces la muerte de un artista puede dejarnos mucho más tocados que la de personas que habitan nuestro entorno. ¿Os ha afectado de alguna manera el fallecimiento de Mimi Parker?
Cualquier muerte a esa edad tan temprana no te deja indiferente, tratándose de una mujer con tanto talento a la que admiras, pues, claro, aún te impresiona más…
Me crea curiosidad cuáles pueden ser vuestros próximos pasos creativos. ¿Alguna idea o planteamiento os ronda la cabeza?
De momento, tenemos por delante unos cuantos conciertos, con un repertorio al que le dimos una pequeña vuelta para incluir canciones de nuestro último trabajo Lagunak.
Siempre que me surge la oportunidad de entrevistar a grupos que me emocionan, me gusta preguntar por algunas de mis canciones favoritas suyas para que me cuenten alguna vivencia, detalle o recuerdo relacionados con ellas. Os enumero alguna por si queréis decirme algo de cada una.
«Todas las cosas». El inicio de un “increíble amor”.
«Yo podría dar mi voz». Reconocer nuestras mentiras es tan importante como distinguir nuestras verdades.
«Tus manos rotas». Las manos de una madre que ha trabajado muy duro para darle lo mejor a su familia.
«Victoria». Escena final de la película “Las bicicletas son para el verano”, en la que el personaje que interpreta Agustín González dice, cuando anuncian el fin de la guerra: “No ha llegado la paz, ha llegado la victoria”.
«Simetría». Las relaciones simples, sin aristas, simétricas…
«Seres invencibles». La fortaleza que otorga el amor ante el resto del mundo.
«Dolores». Una letra con aire de copla
Como gran fan de Manta Ray, una banda que me construyó tanto por dentro, no puedo pasar la oportunidad de preguntar por las sensaciones que evoca en ti, José Luis, un disco tan increíble para mí como Esperanza (00) y, en concreto, una de las canciones más hermosas que podré escuchar en mi vida, “Cartografíes”.
Esperanza (00) fue un disco marcado por una necesidad, la necesidad de seguir adelante tras la marcha de Nacho Vegas. Nunca quisimos buscar a otra persona para sustituirlo y esta circunstancia nos obligó, a cada uno de los miembros restantes, a tener que aportar algo más de lo que habíamos dado hasta entonces. Esperanza supone, además, el cierre de un ciclo en el que la parte melódica se impone a la parte rítmica. Y «Cartografíes» es nuestra obra más ambiciosa en este sentido. Para mí recordar esta canción es muy gratificante, porque me recuerda que a veces hay que partir desde un punto ambicioso, desde donde quieres lograr un crescendo brillante, emocionante, y construir una canción que resuma toda tu carrera hasta esa fecha, en la que se vean plasmadas todas tus señas de identidad. Y digo que me es gratificante recordar esta canción porque creo que lo conseguimos y que supimos emocionarnos a nosotros mismos y como consecuencia, llegar a emocionar a otras personas
Muchas gracias por vuestra música.
Muchas gracias a ti, Raúl. Un placer contestar esta entrevista.