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Entrevistamos a Protomartyr por ‘Formal Growth In The Desert’

Es curioso que a Protomartyr, que son originarios de una ciudad tan musical como ha sido siempre Detroit, se les identifique más con el post-punk británico que con estilos más enraizados en su territorio. De hecho, son citados por la nueva hornada de bandas del Reino Unido (shame, IDLES, Fontaines DC…) como uno de sus principales focos de influencia. Tal vez sea por la forma tan intensa que tienen de asumir unas canciones que van bastante más allá del punk estilísticamente, pero están cargadas en su lírica de una ira cercana a su espíritu y que llevan desplegando a través de un estupendo ramillete de discos que tienen continuidad a través de Formal Growth In The Desert, trabajo grabado en Texas que llegó anticipado por “Make way”, con un espectacular videoclip marca de la casa. De todo ello y más hablamos con su muy carismático frontman, Joe Casey.

“El proceso de salir arrastrándonos (de la pandemia) es el tema del disco”

Quizás os resulte algo raro que empiece la entrevista así, pero me encantan las portadas de vuestros discos. Podéis hablarnos un poco del proceso creativo que hay detrás?

Probablemente sea la parte que más me gusta de estar en una banda: diseñar las portadas y los carteles. Siempre tengo una idea concreta de cómo debería ser «la próxima portada de Protomartyr» mucho antes incluso de escribir las canciones. Antes, con el collage, nunca acababas de encontrar exactamente esa visión, así que lo bonito del proceso procede del compromiso.  Para este álbum, sabía que quería dos caras y que fuera un Pigmalión al revés. El compromiso vino de contarle esa vaga idea a nuestro amigo fotógrafo Trevor Naud y que él la interpretara. Las fotos eran tan bonitas que decidí ni siquiera hacer mis «chapuzas» habituales con ellas. Suelo fotocopiar y colorear cosas que van más allá del sentido común. Me encanta que sea lo bastante diferente como para despertar el interés de la gente que ha prestado atención, sin dejar de encajar en la estética de la portada de Protomartyr.

Resulta curioso que una banda nacida en una ciudad con una herencia musical tan grande como es Detroit, sea siempre comparada con referencias británicas ¿A qué niveles sentís que vuestra procedencia ha influido en vuestro sonido?

Es difícil señalar influencias en el sonido. La influencia viene más de lo que puede ofrecer el entorno de la ciudad. En primer lugar, la ciudad está como herméticamente cerrada. Cuando alguien se muda a Detroit sigue siendo algo sorprendente. Aquí se hace música que suena como algo propio por eso. Como sólo nos tenemos a nosotros mismos para entretenernos, hay mucha polinización cruzada entre «escenas». Si eres un grupo «punk» y quieres pasártelo bien, vas a ir a una fiesta tecno o a una fiesta de barrio y verás allí a todo tipo de gente. Es una gran ventaja vivir en una ciudad que da prioridad a pasarlo bien sobre la recompensa económica o la fama.

En segundo lugar, Detroit es asequible, en comparación con muchos lugares de aquí. Así que puedes encontrar un sitio para practicar. Puedes tocar en un bar barato que tenga precios de bebida que no lleven a la bancarrota a tus amigos. Este mantra de «hacer mucho con poco» es algo que recorre toda la buena música de Detroit, desde el techno, el rock de garaje, la Motown, hasta las escenas de rap y punk. Eso me gusta mucho.

 

Y hablando de la influencia británica, es curioso que muchas de las bandas inglesas de última hornada (shame, IDLES…) os citen a vosotros como influencia ¿Efecto boomerang?

¿Prueba de que tienen buen gusto? Es imposible saber cómo funciona la influencia cuando tú eres el supuesto «influencer». Me gustaría «influenciar» a todos sus fans para que nos dieran 5 pavos. Siempre ha sido mi sueño tener mucho dinero (risas).

Acabáis de publicar vuestro sexto disco, titulado Formal Growth In The Desert, grabado en los estudios Sonic Ranch de Tornillo (Texas), en plena frontera con México ¿Qué os ha llevado hasta allí? ¿Buscabais algún tipo de sonido o sentimiento en concreto?

Teníamos bandas amigas que grabaron allí y les encantó (Cloud Nothings, Parquet Courts). Greg lo visitó en un viaje a El Paso hace un par de años para ver si estaba a la altura de las expectativas, y así fue. Tienen unos estudios estupendos para grabar y todo el equipo que puedas necesitar. Y lo que es más importante, la gente que trabaja allí es de lo más agradable y está muy bien informada.

Tal vez que el estudio estuviera tan cerca de zonas desérticas tiene algo que ver con el título (“Crecimiento formal en el desierto”) ¿Podríais explicar su significado?

Sería una buena historia, pero no. Escribir las canciones en un almacén de cultivo de marihuana probablemente tuvo más influencia sónica que el estudio. Por desgracia para nosotros, cuando grabamos un disco nunca llegamos a disfrutar demasiado del exterior. Estamos todo el día en el estudio con el zumbido de las máquinas.

El título del álbum procede de una ilustración para un libro de naturalismo pintado por Maxfield Parrish que me gusta especialmente. El «desierto» del título es más una metáfora de un estado mental. Desierto más en su significado formal: desierto, solo. Ese sentimiento es el punto de partida del álbum y el «crecimiento» viene después.

Imagino que todo lo ocurrido durante los tres años que median entre vuestro anterior disco, Ultimate Success Today y este, ha tenido que ver con su gestación ¿En qué medida ha influenciado la pandemia mundial en estas nuevas canciones? ¿Habrían sido iguales sin ella?

De ninguna manera. Todos nuestros discos anteriores, por la forma en que llegaron a existir, están más o menos relacionados con los tiempos en que se hicieron. No sé a vosotros, pero a mí no me fue bien mentalmente durante los años de encierro. Pero tanto la banda como yo seguimos aquí. El proceso de salir arrastrándonos es el tema del disco, creo. No puedo decir que hayamos salido del todo, formamos parte del mundo. Es un pozo profundo.

Enlazando con lo anterior, el videoclip del single de adelanto del disco, “Make way”, que has sido dirigido por vuestro habitual Trevor Naud, parece lleno de simbología respecto a la pandemia e ilustra muy bien las contundentes frases de su letra (“Welcome to the hungry earth, The living after life, Where we chose to forget, the years of the Hungry Knife”) ¿Cómo surgió el concepto? ¿Dejásteis libertad a Trevor o tuvisteis que ver en la idea y el proceso de rodaje?

Sí, llegados a este punto de nuestra colaboración, Trevor tiene libertad para hacer lo que quiera. Dijo que quería enlazar visualmente este vídeo con el que hizo para «Worm In Heaven», que es la última canción de nuestro último álbum. Como las canciones están relacionadas musical y líricamente, le dimos rienda suelta. Además, quería una mujer muy alta en el vídeo. Mi única nota fue «déjala para el final».

 

Volviendo a “Make way”, lo primero que llama la atención es el gran contraste de intensidad que hay entre las estrofas y el estribillo ¿Buscabais remarcar esa dicotomía entre la calma y la tempestad para conseguir un efecto narrativo? También parece que la producción y arreglos son más complejos que en anteriores grabaciones.

Sabíamos desde el principio que «Make Way» iba a abrir el disco, así que el objetivo realmente era tener un buen anticipo de todos los diferentes movimientos que se pueden escuchar en el álbum. Al fin y al cabo, es una introducción. Y luego entramos de lleno en «For Tomorrow».

En relación a esto último que dices ¿Qué ha cambiado en el sonido del grupo durante el tiempo de gestación del álbum? Como apuntas, parece ser que fue vuestro guitarrista Greg Ahee quien ideó la base musical del álbum pensando en él como una película narrativa ¿Cómo se consigue que un álbum de música rock se convierta en una película para los oídos?

Bueno, en el grupo a todos nos gustan las películas. No hablamos mucho de música, nuestros gustos son muy diferentes. Pero ver películas durante las giras es algo en lo que todos estamos de acuerdo. Greg había estado grabando algunos cortometrajes para volver a hacer música al final de la cuarentena. Realmente no hicimos nada durante un tiempo. Ni siquiera sabíamos si la banda podía ser viable entonces. Pero Greg utilizó esa experiencia y lo que aprendió sobre cómo realzar el estado de ánimo en la composición para formular lo que quería hacer compositivamente.

¿Y cómo ha sido la experiencia de trabajar con Jake Aron (L’Rain, Jamie Lidell, Snail Mail)?

Como decía, Greg quería enfocar este disco de forma cinematográfica. Quiere que pasen muchas cosas, pero con espacio para que la producción no sature las canciones. El trabajo de Jake Aron mezclando a L’Rain es específicamente lo que estaba buscando: un verdadero disco de auriculares con canciones bastante sólidas. A menudo nos sugieren productores de rock muy «inamovibles», pero nos atrae la gente con discografías variadas para intentar tirar de nuestro sonido de una manera extraña. Jake era perfecto para esto. Supo trabajar muy bien con Greg y reforzar sus ideas.

¿Entonces esa es la forma en que trabajáis como banda? ¿Hay una pequeña puesta en común previa y llegáis al estudio con esbozos que son susceptibles de ser trabajados allí?

Greg suele tener algunos bocetos con ritmos de batería realmente horribles. Alex y él discuten esas ideas. Alex da forma a las canciones y crea partes de batería mucho mejores. Trato de evitar esta parte porque se vuelve tediosa y esos chicos tienen una forma realmente instintiva de separar la mierda de los diamantes. Luego Scott y yo añadimos nuestras partes. Entonces es una canción. Para este álbum, diría que un tercio se escribió en el almacén de hierba, un tercio se escribió unas dos semanas antes de que fuéramos a Sonic Ranch, en una cabaña en Nueva York donde revisamos un montón de bocetos e hicimos canciones. El tercio final estaba pensado de antemano, pero sólo cuajó realmente en el estudio, sobre todo en lo relativo a las letras. Me gusta dejar algunas letras para el último momento, así puedo sumergirme en la música durante más tiempo y mantener la espontaneidad en la composición.

¿Qué sensaciones tenéis con el disco terminado? ¿Sentís que es un paso importante en vuestra evolución como banda?

Puedo fingir que lo es, pero creo que no nos corresponde decirlo. Creo que nos hemos animado después de todo lo que hemos pasado. Teníamos que decidir si Protomartyr realmente merecía la pena y la sensación positiva que tuvimos al hacer este álbum me hace pensar provisionalmente que sí.

 

Estáis embarcados ya en una intensa gira que os está llevando, empezando por el festival South by Southwest, por todo Estados Unidos. Tengo entendido que la gira también pasará por Europa en verano y otoño ¿Podemos esperar veros en España?

Lo pasamos realmente bien en España el otoño pasado, así que espero que volvamos más pronto que tarde. Creo que se está preparando al menos un espectáculo para 2023.

Por último: siempre que entrevisto a alguien acabo con la misma propuesta. Me gustaría que nombrarais una serie de discos que entendéis que os han situado ahora mismo justo donde estáis. No es necesario que sean vuestros favoritos ni nada de eso, simplemente, los que han estado marcando el camino durante la gestación de este álbum o en esta última fase de la banda ¿Os atrevéis a darme unos cuantos títulos y una pequeña explicación? Sería guay!

Bueno, Greg se estaba sumergiendo en bandas sonoras, en particular de Ennio Morricone. Y específicamente de sus spaghetti westerns.

Antes de este disco evitaba casi toda la música, no quiero que la influencia sea tan grande. Pero justo antes de grabarlo yo estaba escuchando esto:

Tyvek, «Fast Metabolism»:  por razones nostálgicas. La banda que me convenció para empezar una banda.

The Fall «New Facts Emerge»:  no pude escucharlo mucho cuando Mark E. Smith murió. Pensé que ahora era el momento.

Pere Ubu «Dub Housing» : un clásico entre los clásicos. Otra prueba de que el Rust Belt (región del nordeste y medio oeste de Estados Unidos con gran industrialización, que abarca muchas grandes ciudades; n.d.t.) es donde se hace el verdadero arte.

The Dubliners «Hometown!»: Quería averiguar cómo poner poesía a la música de la manera correcta. Luke Kelly lo hizo con «Raglan Road».

Escucha ‘Formal Growth In The Desert’ de Protomartyr

Un comentario en «Entrevistamos a Protomartyr por ‘Formal Growth In The Desert’»

  • Me encantan Protomartyr. Son un tesoro. Los vi en directo en una sala pequeña y tocan muy bien, muy compactos. Casey es todo un personaje, con un traje holgado y los bolsillos llenos de latas de cerveza que se va bebiendo durante el concierto. Para mi, Relatives in Descent es su mejor disco, pero tienen canciones buenísimas en todas partes. Pontiac 87 (de The Agent Intellect) es un pelotazo. ¡Gracias por la entrevista!

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