Especial: 10 años sin Amy Winehouse, la reina del soul blanco
Amy Winehouse fue encontrada muerta en su apartamento de Londres un 23 de julio de 2011. Su última actuación había tenido lugar en el concierto de su ahijada Dionna Bromfield, en el Festival iTunes, tres días antes. Solo tenía 27 años cuando falleció dejando una estela de brillantez, grandísimas canciones, un meteórico ascenso y la desgarradora tragedia de su espiral descendente hasta la caída final.
Winehouse siempre fue una rebelde y quiso hacer las cosas a su manera. Cuando sus padres se separaron se independizó, empezó a coleccionar tatuajes, a fumar marihuana y dejó los estudios. Vio claro desde bien joven que su futuro era la música y pronto demostró que su talento era único, más allá de ser una fanática del jazz con la voz de una cantante de soul privilegiada. Había debutado a los 16 años de la mano del cantante Tyler James que la animó a sacar partido a su portentosa voz y a dar a conocer sus primeras composiciones, lo que hizo que rápidamente Island Records la contratara.
Con apenas 20 años se estrenaba en la compañía con Frank (2003), un éxito instantáneo que vendió más de un millón de copias, llegó a número 3 en la lista de Billboard británica y le valió un premio Ivor Novello. Ese éxito prematuro no le hizo ningún bien. Tal y cómo cantaba en la canción “Mr. Magic (Through The Smoke)”, pista oculta del álbum, era aficionada al abuso de sustancias. Pronto el alcohol y las drogas comenzaron a formar parte de su día a día y se mudó a Candem donde abrazó la escena local con los brazos abiertos, convirtiéndose en una habitual en sus pubs. Fue durante este tiempo que conoció a Blake Fielder-Civil, un adicto encantador que se convirtió en el centro del mundo de Winehouse y su adicción más peligrosa.
No seré yo quien haga juicios de valor con las adicciones, pero su entorno siempre marcó esa relación como el punto de inflexión que hizo caer a la cantante en esa fatídica espiral. Él la introdujo en la heroína y otras drogas duras; ella tenía su nombre tatuado sobre su pecho derecho y él se tatuó el suyo detrás de la oreja. La suya fue una relación tóxica intermitente al principio, ya que con frecuencia fueron separados por sus infidelidades y períodos en prisión. El dolor y la confusión alimentaron su creatividad, y sus movidas con Fielder-Civil inspirarían muchas de las letras de Back in Black (2006), su angustia, frustraciones y adicciones fundidas con los sonidos de los grupos de chicas de los sesenta.
Ese Back in Black (2006), segundo y por desgracia último álbum de su carrera, es una de las obras maestras que nos ha dejado el siglo XXI. Amy Winehouse creció como artista y compositora mostrándonos un lirismo francamente honesto, acompañado de una producción exuberante que tenía mucho de ese soul de la Motown o los antes mencionados grupos femeninos de principios de los 60 como The Shirelles. El apoyo de Salaam Remi y Mark Ronson fue crucial, dos geniales baluartes que fueron capaces de recrear esa magia adaptándola a nuestro tiempo. Todo lo aprendido en Frank ganó en intensidad y logró convertir a cada una de sus piezas en clásicos atemporales.
Back in Black (2006) no tiene fisuras y nada sobra en su corto minutaje, pues tan solo dura 35 minutos. Incluso el crescendo y la pieza central del álbum, «Back to Black», apenas dura cuatro minutos. Parece mentira que algo con ese peso emocional sea tan breve. No pierdan la ocasión de volver a encontrarse con la enérgica y desafiante “Rehab” o la tristemente profética “Addicted”, que quedan ahí como testigos de lo que fue su también corta vida. En “You Know I’m No Good” cuenta todo sobre su por entonces fallida relación con Blake. La apesadumbrada»Love Is A Losing Game» y la desgarradora y taciturna «Wake Up Alone» pueden ser contrarrestados de alguna manera por momentos como “He Can Only Hold Her», pero la emoción predominante en el disco es el dolor de la pérdida y la confusión que produce el amor. Ese choque agridulce que te recuerda que aún cuando estás en lo más profundo de tu propia miseria, la vida continúa. Poco más que decir al respecto.
Lo que vino a continuación ya lo conocen: álbum más vendido en el Reino Unido en el siglo XXI, cinco premios Grammy, a Mejor Grabación, Mejor Canción del Año (ambos por “Rehab”), Artista Revelación, Álbum de Pop Vocal y Mejor Artista de Pop Vocal. También un Brit Award en la categoría de Mejor Artista Británica y el single “Rehab” fue elegido ‘canción del año’ en los premios de la revista Mojo. Su presencia en nuestro país tuvo dos únicos fogonazos, uno en el Festival de Benicàssim en 2007, con una actuación soberbia en el escenario mediano mucho antes de que se convirtiera en un fenómeno mundial y otra en Madrid Río para el olvido, en la que por desgracia fuimos testigos de la otra cara de la moneda.
Disfruta el concierto de Amy Winehouse en FIB 2007
La espiral se acrecentó con adicciones, problemas de toda índole, rehabilitaciones, continua presencia en los tabloides sensacionalistas, amistades peligrosas… y un triste final para una persona con éxito y un espíritu atormentado. Si todo hubiera transcurrido como estaba previsto, el final de 2011 o quizá el principio de 2012 nos hubiera traído el esperado tercer disco de Amy Winehouse. Pero la fatídica muerte de la cantante evitó que una de las carreras más prometedoras de la música contemporánea tuviera continuidad. Ya no podremos presenciar la evolución de la reina del soul blanco, ni descubrir aquellas canciones rechazadas por su compañía por considerarlas demasiado oscuras, a pesar de que de cuando en cuando, seguirán saliendo a la luz nuevas maquetas y temas inéditos, para mantener las cuentas bancarias de sus herederos bien nutridas.
Da igual que pasen 10 ó 100 años, su obra perdurará, a pesar de que sus historias derrochen crudeza, hiperrealidad o resulten incómodas. Esa es la grandeza de artistas universales, esa es la grandeza de Amy Winehouse.
Recuerda las mejores canciones de Amy Winehouse
Más que merecido recuerdo. ¡Gracias!
Felicidades a Manuel Pinazo por el logrado texto en homenaje a Amy Winehouse: una artista especial, sin duda.
me gustó vuestro artículo, le hace justicia
Gran homenaje para una grandiosa alma soul.
Siempre Amy.
Muy bien elaborado artículo de Manuel Pinazo, y estupenda selección de canciones.