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Especial: Faith de The Cure cumple 40 años

The Cure lanzaban Faith un 14 de abril de 1981. El segundo disco de su trilogía más antológica, ya saben, la iniciada por el nocturno Seventeen Seconds (1980) y rematada con el angustioso y colosal Pornography (1982). Aunque a muchos Faith pueda parecerles una simple evolución en el sonido de los de Robert Smith de la época, nos atreveríamos a decir que estamos ante su primera obra maestra y ante una de sus entregas que mejor aguanta el paso del tiempo. ¿Cómo podían salir pasajes tan atormentados y depresivos de la cabeza de un joven que por entonces contaba con tan solo 22 años?

El barrido espectral en el que se adivina una iglesia, en la portada del álbum dice mucho de lo que contiene y de lo que lo inspiró. Durante su concepción la madre de su batería, Lol Tolhurst entró en fase terminal del cáncer que padecía y la abuela de Smith igualmente estaba muy enferma. El cantante comenzó a visitar iglesias apesadumbrado y asustado por la situación, para terminar por perder completamente la fe. De ese vacío existencial, de esa extraña forma de ver la muerte desde los ojos de un ya tardío adolescente, surgió el disco más triste de su trayectoria.

Para el que sería su tercer álbum, el cuarteto de Seventeen Seconds (1980) pasaba de nuevo a trío tras la salida del efímero teclista Matt Hartley después de su pertinente gira, asumiendo Smith el papel de compositor a la guitarra, teclados y voces. Le acompañaba la infalible base rítmica formada por los densos bajos de Simon Gallup y ese sonido hueco de batería que Tolhurst aporreaba de forma repetitiva y casi hierática. Esa oscura sinfonía comandada en varias sesiones y varios estudios por el productor Mike Hedges, adornaba a unas letras que manifestaban terror existencial, desolación y pedían respuestas para todo. Una voz apática llena de reverb y ecos, con las que se construían esas ocho canciones de una densidad demoledora, plagadas de profunda melancolía.

 

«The Holy Hour» abre el disco con una introducción inquietante antes de que se sumen sus cálidas guitarras. Si la música puede parecer reconfortante, la letra nos habla de tratar de encontrarle sentido a la oración: «Me arrodillo y espero en silencio como una a una las personas se escabullen en la noche / Cuerpos silenciosos y vacíos», dejando claro el poco consuelo que Smith encontraba en ella, ya que no veía poder superior que pudiera hacer nada por aliviar su dolor. Su cierre con esos tañidos de campana enlazaba con el segundo corte, una «Primary» que había ido tomando forma durante los conciertos de la anterior gira y que fue dedicada en más de una ocasión a Ian Curtis de Joy Division poco después de su suicido.

«Primary» es un vigoro artefacto de postpunk interpretado a dos bajos entre Galllup y Smith y fue el quinto sencillo de su carera. Su letra nos hablaba de los inconvenientes del paso del tiempo, tema recurrente en muchas de las canciones futuras de The Cure.

 

Volviendo a Joy Division, en Faith se respira una esencia similar a la de Closer (1980), clara influencia no solo en temáticas, sino en ciertos ambientes, que años más tarde han podido verse igualmente en la obra de multitud de artistas. Chris Parry, manager de la banda definió el sonido del disco como “música para ahorcarse”. Ese sonido atmosférico y claustrofóbico tan presente en momentos como «Other Voices» ¿Alguna vez has tenido la sensación de que estás solo en este mundo? ¿Estás tratando de encontrar el amor perfecto, pero siempre te equivocas y deberías dejar de intentar engañarte a ti mismo?

 

«All Cats Are Grey» es similar, inquietante y decadente, una canción casi instrumental, que se inicia con una percusión a la que van sumándose capas y capas de teclados y bajos envolventes. En la misma línea a otro de los momentos más recordados del disco, «The Funeral Party», con esas voces dolientes y ese tipo de tristeza exuberante que no volverían a alcanzar hasta años después con Disintegration (1989).

 

La rabia afterpunk de “Doubt” sirve de contrapunto y nos ayuda a no seguir deslizándonos hacia el abismo, al que volveremos en el tramo final con una de mis auténticas debilidades, «The Drowning Man», una de las cimas líricas en la carrera de la banda británica. Una canción minimalista de nuevo construida en base a multitud de capas y un ambiente desasosegante. La canción está inspirada en la historia de Lady Fuchsia Groan, personaje de ficción creado por el escritor Mervyn Peake que muere ahogada de una manera trágica: “Ella mira sola, a través del agua. La soledad crece y lentamente llena su cuerpo congelado deslizándose hacia abajo. Uno a uno sus sentidos mueren, los recuerdos se desvanecen y deja sus ojos viendo mundos que nunca fueron”.

 

Completa el conjunto la majestuosa «Faith», cerca de siete minutos que recopilan todas las temáticas del álbum y se cierra con con un triste quejido: «Me fui solo, sin nada más que fe». Una melodía de bajo increíblemente hermosa que acompaña toda la canción, sintetizadores oscuros y atmosféricos, guitarras sutiles y esa batería arrastrada, adictiva, como un mantra.

 

En su 25 aniversario el disco tuvo una versión ampliada que incluía “Carnage Visors”, banda sonora del cortometraje realizado por Ric Gallup (hermano de Simon). Del CD extra destacaban sobre todo la versión alternativa de “Primary” y las inéditas “Going Home Time”, “The Violing Song” y “A Normal Story”, además del single publicado poco después, la colosal «Charlotte Sometimes«.

En definitiva, Faith (1981) no debería ser nunca la puerta de entrada al universo The Cure para no iniciados, es toda una experiencia y un reto anímico para el que hay que estar preparado. Treinta y seis minutos para disfrutar del tirón en los que si te zambulles, quedarás atrapado para siempre.

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13 comentarios en «Especial: Faith de The Cure cumple 40 años»

  • Precioso artículo. Recuerdo aún su actuación en Xacobeo 2004 en la que terminaron con Faith y nos hicieron llorar a todos

    • Inolvidable aquella actuación del Xacobeo, la espera después de Starsailor, Muse y Lou Reed mereció la pena para contemplar a unos Cure en estado de gracia, quizás por la atmósfera o la generosa duración o por la increíble acústica o porque simplemente son los mejores

  • Buen artículo. Qué pena que no incluyeran Charlotte Sometimes, aunque musicalmente podría desentonar algo, es menos oscura o triste. Pero yo la habría sustituido por Doubt. La más «floja» del disco.

  • ……Si en «The Drowning Man» sientes la agonía de ver cómo te ahogas y te vas muriendo poco a poco!… En The Funeral Party directamente estás muerto , eres la expresividad de un fantasma, inerte como una estatua!.

  • … y ese mismo fantasma doliente y contemplativo de Funeral Party deja la inmovilidad en Other Voices ( Susurro tu nombre en una habitación vacía, al pasar rozas mi piel). Para ser un disco temeroso de la muerte,
    no creyente, hay mucho fantasma!, lo cual indica un más allá. Quizás sea un álbum más agnóstico! ( doubt) que ateo.

  • Fantástico artículo, he disfrutado leyéndolo y recordando las mil una veces que oí este lp (como se decía entonces jajaja)

    En su día un amigo me trajo del Reino Unido una cinta que en una de sus caras estaba CARNAGE VISORS, parece ser que allí se comercializó de esta manera. En aquellos tiempos en que el mundo era mucho más grande (no existía INTERNET, SPOTIFY, YOUTUBE, AMAZON …), el poder tener esa casette para mí era increíble… era como si tuviera un tesoro jajaja

    Enhorabuena por el texto l!!!

  • Muy buen artículo,hace rato que no los escuchaba,ahora que comenzó el otoño en el hemisferio sur que mejor que estar acostado con audífonos escuchando este discazo.

  • Asombroso disco, el mejor disco depresivo-otoñal que recuerdo, aun conservo la cassette original. La única canción que no me ha llegado jamás es la que titula el álbum

  • ¡Qué padrísimo artículo! Súper redactado y con un contexto genial de cada canción.
    Lo disfruté mucho. Muchas gracias.

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