Evanescence – Bikini (Barcelona)
Resulta complicado delimitar el campo de acción de Evanescence, una de las últimas sensaciones llegadas de Estados Unidos. “Bring me to life”, el tema principal de la BSO de Daredevil, los ha catapultado a los primeros puestos de las listas de éxitos. A medio camino entre el hit inmediato de radiofórmula más oscuro, y el tema más light de una banda de metal, les ha servido para vender más de un millón de discos en EUA y para entrar en Europa por la puerta grande.
Su primera parada fue en la sala Bikini de Barcelona – “nuestro primer concierto en Europa”, decía la vocalista Amy nada más empezar. Y como estreno no estuvo nada mal. Con un sold out absoluto, no cabía nadie en Bikini, y contaron con un público – de una heterogeneidad casi inimaginable – que se entregó desde el primer momento, y que se sintió decepcionado por una actuación de tan sólo 50 minutos. Pero un único trabajo, Fallen, no da para más, por mucha versión que quieran incluir, en esta ocasión, “Zero” de The Smashing Pumpkins.
El directo de Evanescence es demoledor. Su música adquiere un talante más duro e incluso agresivo que en el álbum. El piano que acompaña e introduce algunos de los temas en el disco lo cambian por unas bases electrónicas que hacen que su actitud se torne mucho más violenta y desafiante. El estilo de Amy sobre el escenario recuerda bastante al de Shirley Manson, insolente y algo zafia, sin dar un solo momento a la tregua, cosa que contrasta con su fina voz, más pensada para un grupo melódico que pseudo-metalero. Sus compañeros la parapetan tras facciones duras y un porte provocador.
Musicalmente, reconocen a bandas como Metallica y Guano Apes como dos de sus mayores influencias, sobre todo, en la contundencia de sus guitarras y la actitud sobre el escenario. También se habla de Marylin Manson a la hora de referirse a esta banda, pero en ningún caso llegan a las extravagancias y escentricidades del reverendo y su trouppe. Aunque Bikini es una de las salas con mejor acústica de la ciudad, los temas de Evanescence sonaron algo borrosos e indefinidos, e incluso la voz de la cantante aparecía difuminada entre tanta guitarra. El tema estrella fue, qué duda cabe, “Bring me to life”. Repasaron todos los temas de Fallen (destacaría “Tourniquet” y “Taking over me”), y solo se dejaron fuero los lentos, cosa que da una idea de la forma en que se plantean los directos, como verdaderos campos de batalla donde descargar su artillería pesada.
Habrá que esperar a ver si Evanescence son flor de un día, o tienen vida más allá de Daredevil. De momento, su directo convence, aunque la echáramos en falta alguno de los temas más reposados del disco para dar un poco más de ritmo al concierto. Y más temas. Sólo 50 minutos no satisfacen a gran parte de sus seguidores. Y de momento, son unos cuantos.