Frank Carter & The Rattlesnakes (Mon Live) Madrid 11/11/24
“Nueve años, cinco álbumes, cientos de escenarios compartidos en todo el mundo y nuestras canciones cantadas con cada uno de vosotros. Con tristeza anunciamos que The Rattlesnakes se tomarán una pausa indefinida”.
Así comienza la carta de despedida de Frank Carter & The Rattlesnakes, lanzada en sus redes el pasado mes de octubre. Un texto que, más que un adiós definitivo, es una invitación a celebrar y eso fue lo que exactamente ocurrió el pasado lunes en la sala Mon de Madrid; una fiesta de emociones, ruido y bailes frenéticos, propiciada por Route Resurrection Fest.
Pero antes pudimos ver a los “macarrucios” británicos Kid Kapichi, que nada más salir se disculparon por eso, por ser británicos – entre las risas del personal – unos figuras. Dicho sea de paso, fue de las pocas paradas de su vitaminado concierto.
Así fueron escupiendo trallazos como: “Artillery”, la bailable “Let’s Get to Work”, o la que inevitablemente nos recuerda a Sleaford Mods; “Rob the Supermarket”, hasta llegar los últimos momentos del concierto con las celebradas: “Can EU Hear Me?”, o “New England”. Unos bestias que se merecen gira en solitario.
Ya con las luces en modo tenue – aunque esa sería la tónica casi habitual en todo el set, parece que los técnicos de iluminación de las salas de Madrid están en modo eco – sonaban Iggy & The Stooges por monitores y sabíamos que esa era la señal inequívoca de que todo estaba a punto de comenzar, o de terminar, si nos ponemos nostálgicos.
Así se subían Frank Carter & The Rattlesnakes al escenario, como si quisieran condensar los nueve años de trayectoria en una sola noche, compartiéndola de la manera más cercana posible con los suyos. El solo de piano de Tank al comienzo de “Can I Take You Home” propició que Frank Carter se pusiera rápidamente en su particular modo de predicador, dando paso a su homilía punk.
Más que un mero concierto, íbamos a asistir a una celebración de lo que ellos mismos definieron como “una vida compartida entre la rabia y la alegría”.
Acostumbrados a que el bueno de Frank se baje del escenario durante la segunda, o tercera canción, esta vez decidió romper la cuarta pared en el quinto tema; “The Drugs”, quedándose entre el respetable también con: “Kitty Sucker” y la barbaridad de “Devil Inside Me”, convirtiendo la sala en un pogo colectivo, difícil no contagiarse. Si alguna vez hubo dudas de por qué Frank Carter & The Rattlesnakes conectan tanto con su audiencia, aquí se disiparon las dudas.
Otro de los momentos claves de esta comunión entre artista y público llegó con “Wild Flowers”, donde Frank pidió un mosh pit exclusivo para mujeres. Este guiño es habitual en sus bolos y puede que sea el reflejo de una banda, preocupada de hacer espacio para todas en el su particular caos; “una celebración de estar vivos sin importar las circunstancias”, en sus propias palabras.
El set avanzó con la intensidad inagotable con la que suelen despachar sus conciertos, pero esta vez a sabiendas de que iba a ser – posiblemente – la última vez. Con la misma urgencia con la que nos columpiábamos de pequeños en el parque, como si algo en nuestro interior nos dijera que esos tiempos nunca volverán, fuimos disfrutando de himnos como: “My Town”, “Juggernaut”, o “Cupid’s Arrow”, hasta llegar a la emotiva “Brambles”, que supo más que nunca a despedida.
En los inevitables bises y ya para finalizar, “I Hate You” dejó un regusto agridulce, con toda la sala coreando el tema, como una oda a la dualidad amor/odio, solo ellos lo saben hacer.
Frank y Dean habían cumplido su promesa: celebrar las canciones que cambiaron sus vidas y muy probablemente las de muchos de sus fans.
Mientras las luces de la sala se encendían y me dirigía a la salida, me fue difícil no recordar el resto de las palabras de la carta: “Queremos enviar todo nuestro amor y agradecimiento a la banda: Gareth, Tank, Elliot y Mitch. Ha sido un privilegio compartir el escenario con algunos de los mejores músicos que conocemos”, sintiéndome feliz de haber sido testigo de uno de los capítulos musicales más emocionantes, salidos de Reino Unido en los últimos años.
Como un día dijeron los Ramones: ¡Adiós Amigos!
Fotos Frank Carter & The Rattlesnakes: Fernando del Río