Freedonia – Joy Eslava (Madrid) 2/6/2017
Freedonia no lo ha tenido fácil para abrirse hueco en el panorama musical nacional, pero gracias al talento de la banda, la embaucadora voz de Maika Sitte y el Soul en su esencia más pura han logrado una notable notoriedad. Reconocimiento que puede verse en el ruido que han generado durante toda la semana por su actuación doble -viernes y sábado- en la Sala Joy Eslava de Madrid, dentro del ciclo SON Estrella Galicia, para presentar Shenobi, tercer álbum de estudio del grupo, dedicado a la figura de la mujer.
Ante una sala repleta, sale la multitudinaria banda compuesta por una docena de hombres y, tras colocarse como pueden en el limitado escenario, comienzan una larga introducción instrumental que sirve de preludio para la entrada de Maika, alma y símbolo de Freedonia, y deleitar a los presentes con su voz bluesera.
Tras varios temas de su nuevo elepé, entre los que destacan “Evolution”, “My Word” o “Nekope”, la composición en su lengua materna que homenajea a su progenitora, la vocalista muestra su potencial entre luces psicodélicas y melodías engatusadoras que reafirman los motivos por los que Freedonia es una banda tan respetada. En medio de la actuación, Maika otorga el protagonismo a su banda tras varios gritos reivindicativos, y esta se encarga de mantener el aura de Cotton Club con ritmos suaves que invitan al más elegante contoneo. La voz vuelve con tintes nostálgicos para interpretar “Dignity and Freedom”, de su álbum homónimo, y provocar la reacción del público aún frío…hasta que suena “Shake Your Body”, una de las composiciones más bailables de los madrileños. Desde este momento, la progresión en el setlist es palpable, y con canciones como “Running To Nowhere” sale la esencia de un proyecto hecho exclusivamente para ser disfrutado.
El bis protagonizado por “Begging You”- y la sorprendente ausencia de “Heaven Bells”- unida a la actuación a capela que ejecutan Maika y sus hermanos -grata novedad en Shenobi– ponen fin a una hora y media de regresión a los géneros negros de forma digna y renovada. Noventa minutos que esclarecen la devoción que se palpa en su directo y consolidan a una banda que reaviva un estilo que parecía extinto.
(Fotos de David G. Folgueiras)