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Galliano – Halfway Somewhere (Brownswood Recordings)

Hubo un tiempo (principios de los noventa) que surgió una escena de baile absolutamente novedosa que se bautizaría bajo la etiqueta de acid jazz. Un subgénero que derivaba de sonidos en donde colisionaban el jazz con el funk, el soul, y las cadencias hip hop. El máximo responsable de todo esto fue el productor Gilles Peterson y Norman Jay y su disquera Talkin’ Loud. En sus sesiones como dj’s en las noches londinenses podían pinchar a Last Poets, Curtis Mayfield, James Brown, Roy Ayers, Quincy Jones o a Roberta Flack y hacer bailar al respetable.

El sello en cuestión tuvo una gran acogida en una década en donde la posterior sobreexposición del britpop y el grunge acabó por desactivar una escena que tuvo a grupos que, con mayor o menor fortuna, intentaron ampliar horizontes más allá de las influencias anglosajonas. Puede que el legado de 4Hero, Nicolette, Incognito, y Roni Size entre otros muchos ahora suenen a algo muy superado, pero recuperar esos discos sigue siendo una experiencia placentera cuanto menos.

Galliano se convirtieron en el buque insignia de la franquicia, sobre todo tras la publicación de su gran debut In Pursuit of the 13th Note (1991) y el posterior A Joyful Noise Unto The Creator (1992). Tras estas cumbres del género llegaron dos álbumes más que pasaron inadvertidos (The Plot Thickens (1994) y :4 (1996)) en donde la formula ya empezaba a mostrar signos de agotamiento.

Tras la aparición en escena en el festival We Out Here Festival que gestiona el propio Peterson, la banda ha decidido emprender de nuevo su singladura discográfica con este Halfway Somewhere (Brownswood Recordings, 2024) que, lejos de ser un producto anclado en la nostalgia, nos devuelve a una formación con los ganchos suficientes para seguir disfrutando de su propuesta.

Estamos ante un cancionero que de nuevo tiene un especial apego por las cadencias sinuosas en donde Rob Gallagher va declamando sobre una urdimbre de arreglos de metales, bajos suntuosos y la voz de Valerie Etienne poniendo el contrapunto. Así de bonitos son temas como “Dancin’ Your Own Time” (versión de “The Black 5” de Roy Ayers), o esa fabulosa oda al baile con acentos latinos que es “Circles Going Around The Sun”.

Entre bastantes interludios breves que van jalonando el disco (algunas piezas cortas que parecen borradores de futuras canciones y otras veces sonidos incidentales), se van hallando experimentos polifónicos como “Crow Foot Hustling”, un remedo de Chic en plan robótico, reflejos en la herencia góspel en “Of Peace” con un Gallagher que parece subido a un púlpito sermoneando mientras un imponente coro de voces femeninas da la réplica, resucitar el legado de la Fania sobre texturas sintéticas ochenteras en “In The Breaks”, el balanceo dub de “Cabin Fever Dub”, o acabar a lo grande entre percusiones y mucho Hi-NRG en la exultante versión de Eddie Chacon “Pleasure, Joy & Hapiness”. Ahora que la escena londinense de jazz está en plena ebullición, no estaría de más reivindicar a los clásicos olvidados, y agradecer discos como este.

Escucha Galliano – Halfway Somewhere

 

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