Gilla Band – Most Normal (Rough Trade / Popstock!)
El cuarteto irlandés Gilla Band tiene unas credenciales que los acercan a esta nueva hornada de jóvenes airados que declaman con rabia la cancelación de su futuro. No es nada nuevo: Sex Pistols mareaban la perdiz del no future mientras que el capital se encargó de normativizar la rebeldía.
Pasará lo mismo con tanto grupo de postpunk que las revistas de tendencias y promotores hambrientos de angustia existencial ya tienen en sus agendas: hay que dorar la píldora con buenas notas con decimales, eslóganes en festivales, portadas de revistas, y en definitiva hacer que la transgresión se vuelva un mero gesto que sirva para mapear el zeitgeist de la angustia debidamente monetizada.
De todo esto no sé si nos acordaremos de aquí a unos años, pero lo que está claro es que hay un poso de talento importante en alguna de estas bandas. El caso de Gilla Band me parece el del paradigmático grupo que tiene unas virtudes que los hace especiales del resto, un poco a la manera de los Dry Cleaning. En este Most Normal (Rough Trade, 2022) el cantante Dara Kiely declama con una teatralidad que resulta amenazante, como si cada sílaba que saliera por su boca fuera metralla. Me recuerda a Mark E. Smith, sí, pero también a Henry Rollins o a Jello Biafra. Un frontman que parece encapsular toda la angustia del mundo, aunque nos esté hablando de tonterías de veinteañero jugando a la Play Station, o la denuncia a esta mierda de mundo sea meterse con Ryanair.
¿Y la música? Las sonoridades que transmiten son de impacto: “The Gum” arranca con el martilleo de ruidos entrecortados y guitarras lacerantes, mientras Kiely se desgañita en loop. En “Eight Fivers” o “Blackwash” se les nota su habilidad por fagocitar legados ajenos, en este caso de los The Fall. El espasmo eléctrico de “Bin Liner Fashion” es de armas tomar, y parece que también lo industrial y el metal afilado se avienen perfectamente en su estética sonora. Cierran el disco con la magnífica “Post Ryan”, un mantra sonoro a base de noise, desidia juvenil, y ritmos que redefinen lo sexi, y lo transmutan en algo hiriente.
Es un buen álbum.
Llevan ya varios años haciendo cosas que se salen bastante de la norma incluso para gente que escuha noise, post-punk, o post-harcore… antes se llamaban Girl Band, no sé muy bien por qué se cambiaron el nombre. Sus videos son bastante peculiares también. Desconcertantes. No sé si el look del cantante les ayuda o es un hándicap