Discos

Godspeed You! Black Emperor – Allelujah! Dont Bend! Ascend! (Constellation Records)

Con la misma sorpresibidad y marketing norcoreano con la que anunciaron su regreso a los escenarios después de casi ocho años de silencio, al acabar un concierto en Canadá el grupo de rock instrumental Godspeed You! Black Emperor (GY!BE de ahora en adelante), pusieron a la venta el cuarto disco de su exquisita carrera. Cuidadísima edición, llena de extras, fotografías y simbología arcana, cobra plenamente su sentido en formato vinilo constando éste de un LP con un tema de veinte minutos en cada cara y un siete pulgadas con dos canciones de poco más de seis minutos.

En honor a la verdad las dos canciones largas ya son viejas conocidas en los setlists de los conciertos previos a su desbandada, y las dos más cortas son composiciones que aparentemente no están destinadas a ser incluidas con pleno derecho en el disco canónico, incluso parecen ser obra de una facción (Amar/Menuck/Bryant/Moya) esquejada del octeto canadiense. Estas dos canciones últimas son obras marcadas por elaboraciones ruidistas y áridas que, aún sin desencajar con su obra previa, no es la primera vez que incluyen pasajes parecidos, al no desarrollar una mayor elaboración instrumental posterior quedan como composiciones menores comparándolas con el resto de su carrera. La primera de ellas, «Their Helicopters´ Sing» es la más floja de todo el conjunto. Un drone creciente que acaba evolucionando hacia un guirigay parecido al de una compañía de gaiteros fantasmales. La otra canción, «Strung Like Lights at Thee Printemps Erable», aparte de confirmar su agrado por los títulos barrocos, todo lo que no dicen en sus canciones parece que se concentren por señalarlo en sus títulos, está considerablemente más elaborada recordando canciones parecidas a las de un Tim Hecker, otro canadiense ilustre del sello Constellation. De sonoridad más ambient y dominado por distorsiones de guitarras, se trata de otra readaptación de las aperturas típicamente wagnerianas y neo-románticas que GY!BE ha llegado a dominar y trasplantar a sus canciones hasta hacerlas seña de identidad. Lástima que acabe en un largo coitus interruptus que nos hace desear ponernos con el disco de verdad.

La primera canción del LP, Mladic» (aka «Albanian»), es sin ninguna duda el punto álgido del disco. Tomando como nombre el del general serbio responsable de la infamemente famosa masacre de Srebrenica, empieza la canción con ecos de folk balcánico que gente como Goran Bregovic ha popularizado por Occidente. Evidentemente con los antecedentes a los que remite, es una obra muy oscura y enérgica, donde las guitarras y la batería adquieren un protagonismo destacado, casi rozando los límites con el metal. Como es habitual en sus grandes temas, lo saben cerrar con todo el esplendor que les caracteriza. Los tambores finales que se oyen son una grabación extraída de las recientes manifestaciones estudiantes en Québec. La segunda canción, «We Drift Like Worried Fire» (aka «Gamelan»), no se encuentra entre lo más granado de su repertorio. Muy clásica, muy GY!BE, demasiado incluso. Especialmente en la primera mitad suenan de lo más normativo, recordándonos lo previsible que se ha vuelta la gran mayoría de bandas del género. Una parte que en manos de otro grupo de menor calado, no digamos ya, por ejemplo, Explosions in the Sky, si no incluso algo más básico, a estas alturas ya no llamaría la atención de nadie. Su segunda mitad, en cambio, en donde ya se nota la mano de Sophie Trudeau llevando un solo de violín que justifica él solo la canción entera, la banda se encuentra mucho más despierta, se quitan el piloto automático y acaban cerrando la canción no solo con el aprobado si no con el convencimiento que no nos hemos encontrado, ni por asomo, un disco decepcionante.

Es un trabajo extraño, tanto por el origen de los temas como por su disposición. Realmente es el más flojo de su carrera, aunque sobra decir que al lado de los tres monstruos anteriores cualquier obra se relativiza. Además, sumando la larguísima pausa que se tomaron, que de hecho era una ruptura en toda regla, no sorprende que hayan decidido hacer una reentrada segura y poner al día obras suyas que solo podían encontrarse en los numerosos bootlegs de la banda. En cualquier caso, de obligada asistencia para cualquier fan pretérito y una excelente introducción para toda la juventud que aún no hayan tenido el placer. Quedamos a la espera de sus nuevas aventuras que con un poco de suerte empezarán a mostrarnos en su próxima gira.

 

 

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