Goldfrapp – Black Cherry (Mute)
Gracias a Felt Mountain (2000) Goldfrapp consiguieron demostrar que había vida tras el trip hop. La prodigiosa voz de Allison Goldfrapp se fundía con los pasajes creados por su compañero Will Gregory. Juntos conjugaban momentos hipnóticos, ensoñadores y de una delicada fragilidad que, aderezados con adornos electrónicos resultaban un acertado crisol entre lo evocador y lo cinematográfico.
Quizá el exceso de éxito o la presión de crear su continuación haya hecho que el dúo británico tire por la calle de en medio, abandone el sonido con el que se dieron a conocer y se pasen a la electrónica contagiosa. Ya no hay demostraciones vocales, los pasajes etéreos se cuentan con los dedos de una mano y se ha perdido el espíritu que hizo famoso a la banda. Eso sí, esto no quiere decir que Black Cherry sea un mal disco ni mucho menos.
Con el segundo álbum de Goldfrapp apreciamos un intento por querer abarcar demasiado. En él pasamos del electroclash de “Train” (uno de los singles del año) a las bailables “Tiptoe” o “Crystalline Green”. Los nostálgicos de su anterior sonido encontrarán en temas como “Deep Honey” o “Hairy Trees” un sitio al que agarrarse y se sorprenderán del riesgo que conforman los momentos contagiosos y casi glam de “Twist” y “Strict Machine” o la oscura “Slippage” propia de Ladytron.
Black Cherry es un trabajo arriesgado, en el que su propuesta termina mezclando diversos estilos, en ocasiones contradictorios. A pesar de ello, es un paso valiente por no querer quedarse encasillados y una aventura que estamos seguros tendrá un interesante desarrollo en próximos pasos. Unos dirán “cuando algo funciona no lo cambies” , otros “renovarse o morir” …
Tú decides con qué opción te quedas.